El consumo insuficiente de hierro puede provocar anemia, lo que perjudica el crecimiento y el desarrollo humano. Sin embargo, los biólogos no suelen considerar el hierro como un factor determinante para los animales salvajes. Un nuevo artículo dirigido por los investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) Eric Galbraith y Priscilla Mezo y publicado en la revista Frontiers in Marine Science, establece que el suministro de hierro disponible en grandes áreas del océano es insuficiente para la mayoría de los peces, y como consecuencia hay menos peces de los que habría si el hierro fuese más abundante.
Los animales necesitan pequeñas cantidades de hierro. Sin embargo, no pueden vivir sin él, y los animales de sangre roja dependen de él para formar la hemoglobina necesaria para transportar oxígeno en su sangre. Debe obtenerse de los alimentos, pero es tan difícil de absorber que incluso los humanos pueden desarrollar anemia a pesar de que nuestros alimentos crecen en suelos relativamente ricos en hierro.
Por el contrario, el océano, lejos de las costas, está casi desprovisto de hierro. Las cantidades de hierro disuelto en las aguas de la superficie son tan bajas que su concentración no pudo ser medida con precisión hasta la década de 1980. Aunque es sabido que el crecimiento del fitoplancton puede verse limitado por estas concentraciones extremadamente bajas, hasta ahora los científicos no habían considerado la disponibilidad de hierro como un factor importante en la ecología de los animales marinos.
"La gran pista vino de mirar las observaciones satelitales de dónde se produce la pesca", explica Galbraith. Junto con el coautor David Kroodsma de Global Fishing Watch, el equipo analizó años de datos globales sobre dónde pescan realmente los barcos cuando se aventuran en alta mar. "Vimos que esencialmente no se está pescando en las tres regiones con mayores limitaciones de hierro del mundo: el Océano Austral, el Pacífico ecuatorial oriental y el Pacífico subártico".
"En base a esa pista, me dispuse a ver si había evidencia de que los peces podrían estar anémicos", dice Le Mezo. Y descubrió que sí la había. En la producción de peces para el consumo, la acuicultura marina suele suplementar su alimentación con hierro para asegurarse de que crecen rápidamente y son capaces de reproducirse. "Cuando comparamos la cantidad de hierro requerida por la mayoría de los peces con la cantidad que deberían ser capaces de obtener de los alimentos pobres en hierro del mar, observamos que obviamente no era suficiente".
"El factor decisivo fue cuando supimos del pez de hielo antártico", indica Le Mezo. El pez de hielo antártico de sangre blanca es el único animal vertebrado que ha perdido el uso de la hemoglobina en el transcurso de la evolución. "Muchas personas habían sugerido motivos por los cuales el pez de hielo podría haber desarrollado su sangre blanca, pero nunca se había planteado que se debiera a la baja disponibilidad de hierro". Como señala el estudio, el pez de hielo solo se encuentra en el Océano Austral, el mayor dominio pobre en hierro del océano, y la falta de hemoglobina reduce en gran medida los requisitos de hierro de los peces de hielo en comparación con otros peces.
Los resultados sugieren un importante papel del hierro, hasta ahora pasado por alto, en la determinación de qué animales marinos viven y dónde lo hacen. También indica que los ambientes más ricos en hierro pueden ser sorprendentemente importantes en la producción de los peces que capturamos, y pueden desempeñar un papel clave en los ciclos de vida de los peces, incluidos los salmones que desovan en los ríos. "Nuestro trabajo termina haciendo muchas más preguntas de las que puede responder -dice Galbraith-, pero si el papel del hierro resulta ser tan importante como creemos que es, tendremos que cambiar la forma en que pensamos acerca de la vida animal en alta mar".