Tal y como señalan los veterinarios, gran parte de las mascotas que acuden a las clínicas veterinarias con sus dueños presentan afecciones oculares de evolución crónica. Además, si a esto se le asocia un diagnóstico tardío, el problema puede ser aún más grave, ya que podría presentar alteraciones en la visión e incluso ceguera.
La gran capacidad de adaptación de los animales de compañía a las deficiencias visuales, sobre todo si son progresivas, así como la falta de observación por parte de los propietarios, “son las principales causas de este problema”, indican los expertos.
De esta manera, el papel del veterinario clínico resulta fundamental para poder reducir el número de animales que pierden, de manera parcial o total, la visión.
Entre algunas de estas enfermedades oculares, destaca, entre otras, la queratitis, una de las múltiples afecciones que puede presentar la córnea.
Las más frecuentes en la clínica diaria, según apuntan desde el Colegio de Veterinarios de Madrid (Colvema), son “las queratitis ulcerativas, la queratitis superficial crónica y la queratitis pigmentaria”.
En mayor o menor medida, “cualquiera de estas alteraciones provocará un cambio en el estado fisiológico de la córnea. Esta dejará de ser lisa, transparente, brillante y avascular”.
En este sentido, destacan las razas de perros braquicéfalos, como los bóxers, los bulldogs o los shar peis, ya que “debido a la conformación anatómica de sus ojos, presentan alteraciones oculares”, indican desde el Hospital Veterinario Nacho Menes.
“El borde del párpado inferior de estos perros está enrollado hacia el ojo en la parte próxima a la nariz, de manera que los pelos del párpado rozan la córnea en cada parpadeo provocando que se inflame y lesione”, subrayan.
Por otra parte, están las cataratas, un problema producido “cuando el cristalino pierde transparencia”, señalan los expertos, que añaden que “para hacer un diagnóstico temprano, antes de que el paciente presente déficit visual, es imprescindible examinarlo en midriasis medicamentosa (tropicamida), para poder visualizar todo el cristalino”.
Aunque la aparición de cataratas puede ser algo habitual que se presenta con la vejez, “también puede aparecer de modo patológico a edades más tempranas. No es dolorosa, pero el animal pierde visión porque está viendo a través de un cristal empañado”, apunta la Clínica Veterinaria San Francisco.
Por último, destacan los problemas oculares derivados de la sequedad del ojo. “Cuando la producción de lágrima es insuficiente, de mala calidad o, aunque se produzca, no se reparte adecuadamente por la superficie ocular, aparecen una enfermedad que se llama síndrome de ojo seco”.
Así, destaca de nuevo la raza braquicéfala, ya que “estos perros tienen una abertura palpebral mayor de lo normal de manera que el ojo, está más expuesto a los elementos, menos protegido, y facilitando una mayor evaporación de la lagrima”, concluyen los veterinarios.
Aunque la información proceda de instituciones o profesionales veterinarios, desde Diario Veterinario siempre recomendamos que acudan a su veterinario de confianza.