El sarcoma de sitio de inyección felino (FISS, por sus siglas en inglés) es una forma agresiva de cáncer en gatos asociada con la administración de vacunas y medicamentos inyectables. Afecta a 1 de cada 1.000 gatos vacunados. Anteriormente se pensó que este cáncer era un efecto secundario poco común de las vacunas contra la rabia, pero ahora los expertos creen que puede ocurrir después de cualquier tipo de inyección, incluso microchip, explica en un comunicado la Universidad de Illinois.
Por ello, Elizabeth Maxwell, doctora en cirugía de pequeños animales del Hospital Veterinario de la Universidad de Illinois, EE.UU., ha estado investigando una opción de tratamiento para FISS durante tres años.
"La teoría actual es que cuando a un gato se le administra una inyección, se desarrolla una reacción inflamatoria crónica en el lugar de la inyección, que provoca una transformación anormal de las células", explica Maxwell.
"Sabemos que FISS es tratable con la extirpación quirúrgica del tumor, la radioterapia y la quimioterapia, pero estos enfoques pueden ser muy agresivos, costosos para los clientes y de mucho riesgo para los gatos viejos o muy enfermos. El mejor pronóstico radica en la cirugía que a menudo requiere la amputación o extirpación de una parte de los huesos o partes de la pared abdominal. Si bien, siempre es posible que el cáncer pueda reaparecer si una parte del tumor escapó o se propagó".
UNA ALTERNATIVA DE BOLAS DE ARCILLA CON CARBOPLATINO
De esta forma, y en colaboración con Heidi Phillips, profesora asociada de cirugía de animales pequeños, Maxwell está investigando una opción de tratamiento local rentable para los gatos con FISS.
Concretamente, su investigación se centra en el fármaco quimioterapéutico llamado carboplatino. El carboplatino se usa comúnmente en perros y gatos para tratar el cáncer, pero se puede asociar con insuficiencia renal o problemas gastrointestinales cuando se inyecta en el torrente sanguíneo. Si el carboplatino se pudiera administrar al tumor sin llegar a otras partes del cuerpo, podría ser más seguro y un enfoque de tratamiento menos costoso que los estándares actuales de atención para FISS.
Las expertas están estudiando si se puede colocar una pequeña bola de arcilla que contenga carboplatino debajo de la piel del paciente, donde la perla se disolvería y difundiría el fármaco en los tejidos.
"Nuestra esperanza es que al usar las perlas, el medicamento solo afecte al tumor y al tejido que la rodea y no se disemine y dañe el resto del cuerpo. Este procedimiento también sería mínimamente invasivo y permitiría una opción de tratamiento asequible para usar solo o junto con la cirugía”.