Muchos de los estudiantes de veterinaria en España, cuando entran en su primer año de estudios, no saben exactamente a qué se van a dedicar, pero lo cierto es que “finalmente, cuando acaban la carrera, van a ser, fundamentalmente, empresarios”, apunta José Luis Villaluenga, profesor de Gestión y Marketing desde hace ya 7 años en la Facultad Veterinaria de la Universidad Alfonso X (UAX), en declaraciones a Diario Veterinario.
“En España, aproximadamente 6 de cada 10 veterinarios a nivel global se van a dedicar a pequeños animales”, indica el experto. En este sentido, siempre explica a sus estudiantes qué es una empresa, ya que, al fin y al cabo, también lo es una clínica veterinaria.
Es cuando empieza a hablarles sobre “la importancia de lo que es el marketing, de lo que son los clientes, de lo que son los precios, cómo fijarlos, cómo darlos, cómo hacer un estudio de la competencia…”, para después ofrecerles un caso práctico con una serie de datos y finalmente concluir con los pros y los contras que tendrían a la hora de montar una empresa, “discutidos el último día en clase”.
Esta formación empresarial, “es bastante suave, pero los mentaliza de lo importante que es el cliente y los números, cosa que en muy pocas facultades se hace”, subraya Villaluenga.
“Posiblemente se da información sobre cosas muy teóricas, pero no con una visión empresarial”, continúa, aunque “hay facultades donde desde hace 5 o 6 años les dan medios prácticos en gestión empresarial”, y “hacen un esfuerzo para mentalizar a los veterinarios de que no todo es veterinaria”.
“Yo, les hablo a los alumnos de las dos chaquetas del veterinario: la chaqueta de empresario que tiene que llevar puesta al lado de la piel para que no se vea, y encima la chaqueta del veterinario, porque en un mundo tan competitivo, si no miras a tus clientes, no les ofreces una buena atención y los fidelizas, no sirve de nada”, comenta Villaluenga.
Además, apunta que, “cuando les preguntas a los alumnos por qué estudian veterinaria, el 95% contesta que ‘porque le gustan los animales’, pero yo les digo que con quien realmente van a tratar es con las personas”, lo que pone de manifiesto la necesidad de este tipo de formación.
Por otra parte, Villaluenga expone que aunque haya profesionales veterinarios que están haciendo que la gestión tenga visibilidad, “no hace falta ser veterinario para estar formando veterinarios”, empresarialmente hablando.
Además, añade que “la gente que está en las asociaciones (de gestión empresarial), son gente por encima de los 50, 55 años, y ellos no han recibido formación empresarial en su carrera, y están bastante desconectados de lo que ocurre en la facultad”.
“Lo que pretendo es explicarles cómo está el mercado de los veterinarios en España y que vean oportunidades para que las puedan aprovechar a lo largo de la carrera y cuando termina. Salen al año muchos veterinarios y hay trabajo para la mitad. Entonces yo lo que intento es decirles qué tienen que hacer para el día de mañana ser más competitivos, en qué tipo de cosas habría que especializarse…”, concluye.