En un momento en el que los médicos se encuentran cada vez más reticentes al uso de antibióticos y medicamentos en sus pacientes a la hora de tratar enfermedades y problemas como la ansiedad, investigadores de la Universidad Purdue (Indiana, Estados Unidos), señalan en uno de sus estudios que los perros podrían ser la respuesta para reducir este síntoma en los humanos, de manera que el uso de medicamentos se vería significativamente reducido.
El equipo de expertos dirigido por Jeffrey A. Kline, vicepresidente de investigación en el Departamento de Medicina de Emergencia de la Escuela de Medicina de la Universidad, fue el encargado de realizar un estudio “para ver si los perros de terapia pueden proporcionar una solución alternativa a los medicamentos para la ansiedad”, apuntan desde Purdue.
Si bien otros estudios han demostrado que la terapia con perros es útil en entornos clínicos, este es el primero que se lleva a cabo en un departamento de emergencias, concretamente en Sydney & Lois Eskenazi Health, un centro de Indianápolis, que cuenta con un programa de terapia animal administrado por una de las coautoras del estudio, Michelle A. Fisher.
Y es que “en comparación con la atención habitual, la exposición a un perro de terapia redujo la ansiedad del paciente en un 35%. Solo 1 de cada 40 pacientes, en total fueron 80, expuestos a un perro de terapia, recibió prescripción de un medicamento opioide para el dolor mientras estaba en el servicio de urgencias, en comparación con los 7 de cada 40 pacientes del grupo de atención habitual”.
En este sentido, es evidente que los perros provocaron constantemente un cambio positivo en el lenguaje corporal y el estado de ánimo.
Por otro lado, “el estudio no solo se suma a lo que se conoce sobre el valor del contacto con una mascota, sino que documenta el efecto en un entorno terapéutico muy necesario como es el departamento de emergencias”, indican los expertos.
Así, Kline señala como uno de los principales problemas para llevar a la práctica la utilización de perros de terapia la "necesidad de un aumento significativo en la cantidad de perros de terapia certificados para satisfacer las necesidades de los pacientes de la sala de emergencias". Además, explica que los centros de salud, para poder emplear este tipo de terapias, "deberían llevar una cierta higiene, diferente a la empleada habitualmente, pues se trata de animales y no personas los que entrarían dentro del lugar, equipado y preparado normalmente para humanos".
Por último, es importante destacar que este tipo de terapias son llevadas a cabo por voluntarios y no por personal cualificado como son los veterinarios u otro tipo de especialistas, lo que puede derivar también en problemas de intrusismo que deben ser sumamente controlados.