"Desde la historia reciente veterinaria moderna siempre ha habido casos de intrusismo", señalaba José Marín Sánchez, presidente del Colegio de Veterinarios de Badajoz en declaraciones a Diario Veterinario.
Por ello, la Organización Colegial Veterinaria Española (OCV), en su última reunión del pasado 15 de diciembre en la sede del Consejo General de Colegio Veterinarios en Madrid para realizar las últimas enmiendas al nuevo "Código Deontológico para el Ejercicio de la Profesión Veterinaria", incluyó nuevas medidas acerca del intrusismo laboral en la veterinaria.
El asesor jurídico del Consejo, Juan José Jiménez, fue el encargado de exponer el borrador que, tras un intenso trabajo de investigación y documentación, fue remitido a Colegios y Asociaciones Veterinarias para que hicieran sus observaciones y presentaran sus alegaciones. Prácticamente, “la mayoría de las propuestas y enmiendas fueron incorporadas al borrador cambiando en casi un 70% el Código Deontológico actual”, subrayaba.
Por su parte, Juan José Badiola, presidente del Consejo General, dio cuenta a los presidentes de los colegios de las actuaciones del Consejo en relación a varios temas candentes de la profesión veterinaria, entre ellos el del comentado intrusismo laboral.
Badiola, relató las gestiones que el Consejo ha realizado para combatir el intrusismo tanto en la denominada odontología equina como en la fisioterapia animal.
Respecto a los autodenominados odontólogos equinos, tras una dura y larga lucha, consiguieron afirmar que estos casos de intrusismo están prácticamente erradicados. “Una de las personas denunciadas por intrusismo ha sido condenada a más de dos años de prisión y, en otro caso, el condenado por intrusismo ha tenido que abonar una multa de elevada cuantía”, informaba el presidente.
En cuanto al caso de los fisioterapeutas, el Consejo detectó que un gran número de universidades ofrecían cursos de fisioterapia animal y que eran impartidos por escuelas de fisioterapia públicas y privadas, por lo que comenzó a enviar cartas a las universidades, decidiendo así retirar esa formación la mayor parte de ellas.
En este sentido, el Consejo General de la OCV tuvo conocimiento de un comunicado de la denominada Asociación Española de Fisioterapia aplicada en Animales (AEFA), en el que se pretendía trasladar a la opinión pública que los fisioterapeutas podrían tener competencias en relación a la sanidad animal sobre la base de que ''la fisioterapia en animales aplica los mismos principios que en la humana, adaptándolos a las peculiaridades de cada especie''.
Desde el Consejo General de Veterinarios han solicitado al Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas, que informen adecuadamente a sus Colegios y colegiados, ya la OCV entiende que "únicamente los Licenciados y/o Graduados en Veterinaria pueden actuar en relación a la salud de los animales, incluidas las actividades de rehabilitación y fisioterapia".
CASOS DE INTRUSISMO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS
El Colegio de Veterinarios de Lugo denunció el pasado 2017, 5 casos de intrusismo profesional. Además de este, desde el Colegio de Veterinarios de Badajoz, en 2018 se personaron como acusación particular contra un hombre que fue sorprendido "in fraganti" en la sala quirúrgica de un consultorio veterinario cuando procedía al corte de orejas y rabo de un perro de raza american bully.
Esta persona carecía de la titulación de Veterinario, por lo que se consideró autor de un delito de intrusismo profesional, y a la vez de otro de maltrato animal.
Por otra parte, también sonado fue la condena de un naturópata que tenía abierto un establecimiento sanitario en Las Palmas de Gran Canaria, donde ejercía con ánimo de lucro y sin poseer la titulación necesaria para actividades reservadas a los veterinarios. En la sentencia, dictada por el Juzgado de lo Penal número 2 de Las Palmas, se declaró probado que esta persona ejerció como veterinario sin título “colocando chips, inyectando vacunas, y realizando intervenciones quirúrgicas propias de un veterinario, a animales como perros y gatos”, según las informaciones del propio Colegio.
En la sentencia se condenó finalmente al naturópata a una pena de tres meses de multa, a razón de seis euros diarios, además de la obligación de eliminar del nombre de su establecimiento toda referencia a “veterinario”, además de no poder incluir esta denominación si abriese otro establecimiento, excepto si de verdad ejerciera la profesión un veterinario que dispusiera del título.