Una de las enfermedades más temidas actualmente debido a la alta tasa de mortalidad que provoca es el cáncer. Así, un día como hoy, 4 de febrero, se celebra el Día Mundial contra esta enfermedad. Pero no sólo se trata de un problema que afecte a los humanos, ya que por desgracia también afecta, y cada vez más, a los animales.
Y es que hoy en día, “las mascotas han aumentado su esperanza de vida, lo que ha provocado que aparezcan patologías que antes se veían mucho menos”, explica la veterinaria Inmaculada García Belizón de la clínica veterinaria Campos Eliseos, en declaraciones a Diario Veterinario.
En este sentido, “es cierto que en la consulta diaria, nos encontramos muchos casos de tumores, sobre todo a partir de perros con 10 años de edad, pues incluso hay cálculos que estiman que 2 de cada 4 perros mayores de esta edad van a padecer algún tipo de tumoración”.
De esta manera, “nosotros lo que hacemos es explorar a los animales cada vez que acuden a su vacunación anual, y hacerles una revisión completa, palpándolo, revisando sus ganglios y además, haciéndole una serie de preguntas al propietario por si existe algún indicio de tumor, ya que así, en el caso de detectarlo, cuanto antes lo hagamos, antes podremos poner solución”.
Aunque es cierto que el aumento de la esperanza de vida en los animales ha provocado que estos sufran más enfermedades, entre ellas el cáncer, “actualmente también se diagnostican más tumores porque tenemos mejores métodos de diagnóstico. Por ejemplo, hace 15 o 20 años no se usaba el láser como tratamiento ni la tomografía axial computarizada (TAC), por lo que había masas y quistes que pasaban desapercibidos que, hoy por hoy, hace que muchos procesos cancerosos sean diagnosticados muy precozmente. Sin duda, esto beneficia el pronóstico del animal y hace que pueda ponerse en manos de profesionales lo antes posible y de un tratamiento lo más efectivo posible”, subraya la veterinaria.
¿ES SIEMPRE MALO UN TUMOR?
El cajón de tumores, sean benignos o malignos, explica García, “dependerá mucho del lugar donde aparezca. Así, un tumor en la piel, es cierto que es malo, pero la solución quirúrgica será menos traumática por ejemplo, que un tumor ‘bueno’ en el hígado, en el bazo o en el ovario de una perra, por lo que muchas veces la gravedad viene definida por la zona, además de por el tiempo que lleve, y por la complejidad en sí misma del tumor”.
“Un tumor ‘bueno’ en un sitio que es complicado de quitar, resulta en una solución bastante complicada. Más que benigno o maligno, debería definirse por el pronógstico del tumor en sí”, añade.
Pero hay que pensar que “cada paciente es diferente, y un mismo tumor en un animal puede no tener nada que ver en otro. Hay que tratar a ese paciente con ese tumor concreto”.
TRATAMIENTOS
Los tratamientos de los que hoy en día dispone la medicina veterinaria, muchos vienen de la medicina humana, con técnicas muy novedosas para tratamientos de tumores en las mascotas.
Los expertos señalan que, cuando es posible la cirugía, para quitar es 'masa' y dejar los márgenes del tumor limpios, "siempre va a ser la forma más eficaz de luchar contra un cáncer”.
Sin embargo, “otras veces no existe esa opción, y hay que recurrir a tratamientos con fármacos, entre ellos muchos quimioterápicos traídos de humana, aunque las dosis usadas en perros no tienen nada que ver, ya que se llevan a cabo protocolos diferentes, con dosis muy bajas que no suelen tener en ellos los efectos adversos que sí tiene en humanos, como por ejemplo la caída del pelo”, indica la experta.
Por otra parte, es importante destacar la importancia de que el dueño del animal “entienda el problema que hay, y en ese sentido, tenemos que ser nosotros capaces de transmitirlo, y empatizar con ellos”.
A pesar de que existan tumores radicales como son los osteosarcomas (tumores de hueso), que suelen implicar la impactante amputación de un miembro, “lo cierto es que las mascotas se adaptan perfectamente a la nueva situación, pues no tienen el factor psicológico de los humanos, que es lo que los limita”.
¿POR QUÉ APARECE?
Aunque son muchos los factores que influyen en la aparición de la enfermedad, entre algunos de los más destacables, los veterinarios señalan los factores ambientales como por ejemplo el daño que el sol hace en la piel, los factores genéticos como la herencia que una mascota recibe de sus padres, y los factores nutricionales que llevan a determinadas carencias de algunas vitaminas y minerales en el perro.
“Todos ellos pueden hacer que una célula, sin saber muy bien por qué, evolucione y se convierta en mala”, concluye García.