Las enfermedades relacionadas con el circovirus porcino han liderado, junto a las diarreas, el mercado mundial de las vacunas en 2016 y se espera que continúen su dominio hasta 2025, según Transparency Market.
Esto es debido a que el circovirus porcino es uno de los grandes problemas del sector porcino, ya que se calcula que el sector puede estar perdiendo entre 600 y 900 millones de euros al año en Europa debido a esta enfermedad. Por el momento se conocen tres especies víricas de este virus, PCV-1, considerado no patógeno, PCV-2, uno de los virus de mayor relevancia económica para la industria porcina, y el circovirus porcino de tipo 3 (PCV-3).
Éste último ha sido descubierto en 2016 en los Estados Unidos durante el marco de estudios de metagenómica, concretamente en una granja cuyos animales presentaban fallo reproductivo, aumento de la mortalidad en cerdas y disminución de la tasa de concepción. Otro estudio de ese mismo año, también en EE.UU., reveló la presencia del virus en animales afectados por inflamación cardíaca y multisistémica. Desde entonces, “el virus se ha descrito circulando en distintos países de forma generalizada tanto en animales con diferentes presentaciones clínico patológicas como en cerdos sanos”, explica Francini Klaumann, veterinaria e investigadora del Instituto IRTA de Investigación y Tecnología Agroalimentarias.
SITUACIÓN EN ESPAÑA DEL PCV-3
Klaumann y un equipo de investigadores, para dar respuestas sobre la epidemiologia molecular del PCV-3, dado que la información sobre el virus es limitada, han llevado a cabo una tesis doctoral con tres distintos estudios en muestras de cerdos domésticos y jabalíes en España.
“En un primer estudio se evaluó retrospectivamente la presencia de PCV-3 en la población porcina española entre los años 1996 y 2017 en sueros de animales de diferentes fases de producción y condiciones clínico patológicas. Los datos obtenidos confirmaron que el virus ha estado circulando en la población porcina española desde el año 1996. Aunque la información obtenida fue limitada, la presencia de PCV-3 no pareció estar relacionada con ninguna condición patológica específica ni asociada a ninguna fase de producción del cerdo”, señala la veterinaria.
Por otra parte, en un segundo estudio evaluaron la dinámica de la infección por PCV-3 en sueros de 152 cerdos de 4 granjas convencionales sin ningún tipo de sintomatología clínica. Los animales fueron monitorizados longitudinalmente cinco o seis veces desde las 2 a 4 semanas de edad hasta el final de la fase de engorde. El genoma del PCV-3 se detectó en cerdos de todas las edades y granjas evaluadas. El análisis filogenético mostró una gran similitud entre las secuencias obtenidas y los genomas de PCV-3 de diferentes países disponibles en las bases de datos.
Así, los resultados confirmaron que el PCV-3 circuló en las granjas estudiadas en España, lo que sugiere que la infección probablemente sea generalizada en el país. La mayoría de los cerdos se infectaron durante su vida productiva, aunque no se encontró asociación con una edad específica.
Por último, en lo referente a las muestras de jabalíes, se verificó la frecuencia retrospectiva de la infección por PCV-3 entre 2004 y 2018, así como en una población de jabalíes capturados y recapturados. Los resultados obtenidos confirmaron la susceptibilidad de esta especie a la infección por PCV-3, con una alta frecuencia de detección (221 de 518, 42.66%) y demostrando circulación al menos desde el año 2004.