Este último sábado de abril se celebra el Día Mundial del Veterinario y, en esta ocasión, gira en torno al siguiente eje principal: “La salud animal requiere de un equipo”. Este tema destaca la naturaleza colaborativa de la práctica veterinaria y subraya el papel esencial que desempeñan múltiples profesionales en la prestación de servicios veterinarios de alta calidad.
Un ejemplo que representa a la perfección el tema de este año es el extraño caso, acontecido en Estados Unidos, que veterinarios y médicos lograron resolver gracias a la colaboración. Se trataba de un niño que había recibido varios arañazos de un gato salvaje y que, dos años después, comenzó a desarrollar convulsiones tras la picadura de un insecto y la posterior erupción cutánea.
La familia del niño, que solía viajar a menudo en compañía de sus perros, informó que, durante estos viajes, todos ellos habían sufrido picaduras y arañazos de gatos domésticos, perros, conejos, aves de corral, así como mordeduras de roedores domésticos. Tras el análisis, se detectó que todos los miembros de la familia y un perro estaban infectados con B. divergens, ambos padres estaban infectados con B. microti, y todos los miembros de la familia, los dos perros, y un conejo mascota, estaban infectados con Bartonella (B. quintana y/o B. henselae, o una especie indeterminada).
Asimismo, los científicos señalaron que “el niño probablemente adquirió B. henselae de un arañazo de gato salvaje a los dos años de edad, seguido de la transmisión por garrapatas de B. divergens y B. odocoilei a los 4 años de edad, lo que resultó en la documentación microbiológica de coinfección con tres organismos patógenos a los 8 años de edad”.
“Lo que es increíble fue cómo esta familia demostró claramente por qué es necesario un enfoque de One Heath para las enfermedades físicas y neuropsiquiátricas”, afirmaban antes de recalcar que “una familia es un sistema complejo que incluye a todos los miembros vivos, es decir, humanos, perros, gatos, conejos y cualquier otra criatura que comparta el mismo entorno”.
Aunque no es muy conocido, son muchos los veterinarios que trabajan en medicina humana. Es el caso de la veterinaria Sara Martínez, quien contó hace tiempo su historia a Diario Veterinario. Así, Sara relató cómo comenzó su carrera en el Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur (IISGS) colaborando en el desarrollo de una tesis sobre artritis reumatoide en humanos.
En la actualidad, conceptos como el llamado One Health están contribuyendo a fomentar la cooperación y el trabajo conjunto entre médicos y veterinarios, favoreciendo contratos como el de esta joven veterinaria en un hospital de medicina humana. "Los veterinarios somos los únicos autorizados para obtener el nivel máximo de capacitación en experimentación animal, un campo a día de hoy fundamental en biomedicina", reivindicaba la veterinaria.
En una conferencia de la Real Academía de Ciencias Veterinarias, la catedrática de Parasitología María Dolores Bargues Castelló señalaba que “los cambios medioambientales y las modificaciones antropogénicas están contribuyendo a la trasmisión vectorial de enfermedades zoonósicas”. Concretamente, la experta disertó sobre la fasciolosis humana, “una zoonosis de transmisión vectorial, transmitida por caracoles Lymnaeidae”.
Durante un estudio de la enfermedad en América Latina, los investigadores se dieron cuenta de que “en el altiplano andino boliviano, bovinos, ovinos y burros son cruciales para la sostenibilidad de la comunidad”, exclamaba Bargues. A raíz de esto, comprobaron que ovinos y bovinos son los principales reservorios, seguidos del cerdo y del burro, animal que tiene una problemática añadida, pues se usa como medio de transporte de mercancías. “Por este motivo, como veis, se hace especialmente necesario estudiar los cambios en los comportamientos humanos, sus tradiciones y sus costumbres”, insistía la catedrática.
La doctora Bargues concluía que “una iniciativa One Health contra la fasciolosis es muy compleja de llevar a cabo, pero muy necesaria" y que su dificultad residía, principalmente, "en los esfuerzos multidisciplinares necesarios para enfrentar la complejidad de las interacciones de los muchos organismos involucrados en la circulación de los parásitos.”
En realidad, son muchos los expertos que han manifestado la necesidad de introducir el enfoque One Health en la investigación, así como en las políticas y otras aristas que afectan a la sociedad.
“Estamos rompiendo la biodiversidad, hemos abierto la puerta para que salgan, o para entrar nosotros, en esos entornos naturales que antes se mantenían a salvo. A esto hay que sumar la globalización, la migración y los cambios en alimentación respecto a los animales silvestres. Solo ha salido un 1 % de los virus que están escondidos, esto es un gran riesgo”, comentaba en el IV Congreso De Cooperación Internacional el catedrático de Salud Animal Santiago Vega.
En este congreso, los expertos enfatizaban que, a día de hoy, es imprescindible “defender la consolidación de la idea de una sola salud global One World, One Health que proteja a la vez ecosistemas, fauna, flora y humanos”.