En las últimas décadas, la comprensión del comportamiento de las vacas lecheras ha sido un tema candente en la investigación científica sobre la producción lechera. Un nuevo estudio destaca la importancia del enriquecimiento ambiental para mejorar el bienestar de las vacas lecheras alojadas.
Investigadores de Nottingham, Reino Unido, descubrieron que introducir un objeto simple y novedoso en el entorno de las vacas puede reducir significativamente los comportamientos asociados al aburrimiento, hacer que el entorno sea más atractivo y ayudar a la comunidad científica lechera a comprender mejor los efectos del alojamiento en el comportamiento.
"Hay un creciente interés en la investigación por garantizar el mejor bienestar posible de las vacas lecheras a nuestro cargo, en particular las que viven en el interior. El alojamiento del ganado puede ser beneficioso para las granjas y la salud y el bienestar de las vacas; sin embargo, también puede generar condiciones monótonas que predisponen a los animales al aburrimiento, un estado emocional negativo que preferiríamos evitar", explican los expertos.
Si bien la investigación del enriquecimiento ambiental ha mostrado resultados positivos para aliviar el aburrimiento en otras especies animales, esta área de investigación es escasa en el caso de las vacas lecheras alojadas.
En el estudio, se propusieron comprender si proporcionar un objeto de enriquecimiento novedoso, como se hace con frecuencia con los cerdos, podría ofrecer estimulación a las vacas y ayudar a la comunidad lechera a comprender mejor los comportamientos de aburrimiento en las vacas. Involucró a 71 vacas Holstein alojadas en cubículos con camas de arena con acceso a un cepillo automático, que es una herramienta que ya se considera ampliamente como una fuente positiva de enriquecimiento para las vacas.
Luego, a las vacas se les presentó un nuevo objeto (una boya de navegación inflable suspendida a la altura de los hombros de la vaca) en el área de descanso de su corral durante tres semanas.
"Elegimos una boya porque es segura y prácticamente indestructible, y ofrece una oportunidad completamente nueva de interacción con las vacas", explican. El equipo comparó el comportamiento de las vacas durante este período con el de las semanas de referencia en las que no hubo enriquecimiento.
Durante el ensayo se registraron de forma contínua los comportamientos en torno a la boya y en el sistema de ordeño robótico utilizado. "No sólo registramos si las vacas interactuaban con la boya, sino también dos comportamientos asociados con el aburrimiento, además del comportamiento de acicalamiento".
Las conductas de aburrimiento incluyen el ocio, donde las vacas permanecen quietas y parecen desinteresadas, y los rechazos durante el ordeño automático, donde las vacas ingresan al robot de ordeño buscando estimulación después de que ya han alcanzado su rendimiento diario o antes de su próximo intervalo mínimo de ordeño, así como conductas de autoaseo como lamerse, masticar y rascarse.
"Las vacas interactuaron con la boya de forma rápida y repetida, a un nivel comparable al del cepillo, lo que sugiere que la encontraron una adición positiva a su entorno", afirman.
Los resultados del estudio también mostraron una disminución en los rechazos de los robots tanto de inactividad como de ordeño cuando la boya estaba disponible para las vacas, lo que sugiere que las herramientas de enriquecimiento pueden ser efectivas para hacer que el entorno de alojamiento sea más estimulante.