A partir del principio "vale siempre más prevenir que curar", en la sesión pública del Consejo de Agricultura y Pesca del Consejo de la Unión Europea, del pasado 9 de diciembre, se abordó el trabajo que se está realizando para encontrar soluciones, métodos de protección y la manera de aliviar las consecuencias de enfermedades animales como la peste porcina africana (PPA) o la fiebre catarral ovina o lengua azul, que actualmente están afectando de gran manera a varios países europeos. Estos trabajos han ido desde la bioseguridad a la vacunación.
En Italia, por ejemplo, se está combatiendo la peste porcina africana con medidas extraordinarias que involucran no solo a su Ministerio de Agricultura, también a los ministerios de Sanidad, de Interior, de Defensa, de Infraestructura, Viales y también las regiones. Estas medidas constan de: contención de la población de ungulados y porcinos, aplicación de barreras sólidas físicas; y jabalíes, cerdos domésticos y fauna silvestre que están siendo vigilados. "Se trata de potencializar las medidas de bioseguridad en las explotaciones", destacaron.
Sin embargo, para Italia, las medidas de control previstas por la legislación europea "suponen un cargo económico importante para las explotaciones de porcino que se encuentran en zonas sometidas a restricción, pero que no están afectadas directamente por la peste porcina africana". Por lo tanto, se pidió apremiar la situación de las explotaciones "virtuosas, de manera que estas explotaciones, a pesar de que se encuentren en una zona de restricción, puedan seguir desarrollando su actividad ganadera".
Asimismo, Italia expresó que también es necesario profundizar en los conocimientos científicos para poder ampliar la lista de productos que son seguros para el comercio, "para lo cual es necesario invertir en la investigación sobre las medidas desactivantes, y dialogar con los países terceros para promocionar un sistema de garantías sanitarias como el nuestro, para evitar que surjan obstáculos injustificados en el comercio internacional".
Y, referente a la fiebre catarral ovina o lengua azul, para Italia "es importante que la vacunación se coordine y se intensifiquen los esfuerzos para que haya más vacunas disponibles a escala europea".
Finalmente, Italia aseguró que ha sido adecuado el equilibro que se ha encontrado entre el bienestar animal y las intervenciones sanitarias para conseguir la aplicación de medidas estratégicas que sirven para prevenir, "lo cual supone un coste inferior de lo que luego consiste resolver una situación cuando ya se produce, porque eso sí ya es más difícil que sea sostenible".
Por su parte, Alemania señaló que "la vacunación ha demostrado su valor añadido, sobre todo en la labor de prevención". Ahondó en que el periodo de cierre, en caso de que haya un solo caso de peste porcina africana, en una zona que hasta entonces estaba libre de la enfermedad, "nos parece que es una limitación excesiva". "Hay explotaciones que no tienen casos y se ven sometidas a duras medidas, por tanto, resulta que no se les paga un precio justo por los animales", lamentó el país. Por ello, comentó que "necesitamos dotarnos de medios proporcionados, y de ahí, mi llamamiento a que los periodos de cierre se establezcan basándonos en los riesgos reales".
En cuanto a la lengua azul, la vacunación preventiva ha sido lo más eficaz hasta ahora, "y por eso necesitamos acelerar el procedimiento para dar luz verde a esas vacunas".
Chipre indicó que "las epizootias se están difundiendo más rápidamente a raíz del cambio climático, y tiene efectos muy negativos sobre la ganadería, sobre todo la difusión de la fiebre catarral ovina". Chipre apoyó la iniciativa germana-italiana de usar una base de datos científicos para reducir el impacto de la peste porcina africana sobre los flujos comerciales. "Estamos también de acuerdo con al propuesta de vacunación voluntaria para la fiebre catarral porque es un instrumento muy importante para la protección del bienestar animal, y porque apoya a los ganaderos europeos", subrayó.
Mientras que Portugal expresó que la fiebre catarral está teniendo consecuencias muy negativas para el sector ovino. "Nosotros no hemos podido desplegar una estrategia de vacunación que se pudiera aplicar a la circulación de ovino, así que nos parece que habría que promover la vacunación voluntaria en todos los estados miembros". Además, comentó que el presupuesto de la Unión Europea debería contribuir a estas acciones de sanidad animal, "y deberían destinar recursos financieros no solo para ayudar a las autoridades locales y centrales, sino también para apoyar la renta de los ganaderos que han perdido animales".
Luxemburgo señaló que se necesita desplegar una acción coordinada, a escala de la Unión Europea, para favorecer la vacunación y "así contener la extensión de la enfermedad, y evitar consecuencias económicas todavía más severas para el sector".
Francia reforzó el hecho de que varias epizootias importantes se están produciendo al mismo tiempo, y que tienen consencuencias sanitarias y económicas muy graves para los agricultores. "Así que es importante coordinarse a escala europea para adelantarse a las necesidades, y trabajar para mejorar la disponibilidad de las vacunas de uso animal", ya que es una de las principales herramientas para facilitar el intercambio de animales vivos entre los estados miembros, en este tipo de situaciones.
Por último, Francia compartió que está trabajando con España para tener un banco suficiente de antígenos para las vacunas, "algo que combinado con otras herramientas, puede darnos más capacidad de respuesta en ciertas situaciones". Para lo anterior, Francia indicó que es necesario ir informando a distintos socios comerciales, y pidió que la presidencia polaca se entere de este asunto, para el que puede contar con apoyo francés.