El patólogo veterinario mexicano Edgar Guillermo Valdivia ha presentado recientemente su tesis doctoral, titulada “Inmunoterapia en el cáncer mamario canino”. Este trabajo, que además de beneficiar a los animales también podría tener implicaciones para el tratamiento del cáncer de mama en mujeres, es el fruto de cinco años de intensa labor clínica y patológica dentro del Hospital Clínico Veterinario Complutense (HCVC), lo cual es destacar en el marco del Día Mundial del Cáncer de Mama.
“Cuando las células tumorales se vuelven malignas, desarrollan estrategias para evadir la vigilancia del sistema inmune”, cuenta Valdivia en declaraciones a Diario Veterinario. “El propósito de la inmunoterapia en el cáncer es revertir esta evasión inmunológica, permitiendo que el sistema inmune reconozca y elimine nuevamente a las células cancerígenas”.
Para esta investigación, ha empleado unas nanopartículas capaces de inducir una intensa respuesta inmune dentro del microambiente tumoral, atacando directamente a las células cancerígenas. “Al aplicar esta inmunoterapia en perras afectadas por cáncer mamario, observamos una reducción significativa en el tamaño de los tumores y un aumento en la supervivencia de las pacientes. Resultados particularmente notables se dieron en casos de cáncer mamario inflamatorio, un tipo sumamente agresivo de cáncer que, sin tratamiento, limita la supervivencia a aproximadamente un mes. Con nuestro tratamiento, logramos extender la vida de las pacientes casi seis veces, proporcionando además una calidad de vida significativamente mejorada. Sorprendentemente, en casi el 50 % de los casos tratados, el tumor se redujo lo suficiente como para permitir una intervención quirúrgica exitosa, un logro sin precedentes para este tipo de cáncer”, asegura.
UNA INVESTIGACIÓN PROMETEDORA
El cáncer de mama en perras representa una patología frecuente y plantea desafíos terapéuticos significativos. Este tipo de cáncer “se posiciona como una de las principales causas de mortalidad asociada a cáncer en esta especie” y, desafortunadamente, las opciones terapéuticas disponibles están aún muy limitadas, declara Valdivia.
Aproximadamente el 50 % de las masas detectadas en las mamas son malignas, y suelen aparecer con mayor frecuencia en perras de edades comprendidas entre los 7 y los 11 años.
Los primeros síntomas a observar son uno o varios bultos en el tejido mamario. Llamados en medicina neoplasias mamarias, aparecen más comúnmente en las mamas abdominales e inguinales, que son las que tienen mayores dimensiones. El tumor se puede extender a otras partes del cuerpo, normalmente a pulmones, ganglios linfáticos, huesos y, excepcionalmente, a la cavidad abdominal, debido a su proximidad.
Algunos de los factores que pueden favorecer la aparición del cáncer de mama son la dieta y la contaminación ambiental. La obesidad y una alimentación rica en grasas durante los primeros años de vida están asociadas a un aumento de estas patologías.
La exposición a sustancias químicas también favorece la aparición de tumores, tanto en humanos como en perros. Un indicador que explica el mayor número de diagnósticos de cáncer, ya que en la actualidad hay más contacto con sustancias nocivas para la salud como algunos pesticidas, aminas aromáticas o micotoxinas, que han demostrado estar involucrados directamente en el desarrollo de neoplasias. La administración de hormonas (como los progestágenos) utilizados para inhibir el celo en las perras, aunque ya en desuso, han demostrado ser otra de las causas involucradas en el desarrollo de los tumores de mama caninos.
Por esta razón, los resultados de esta investigación son sumamente prometedores y abren un amplio campo a futuras investigaciones en inmunoterapia del cáncer de mama canino. “Además, este trabajo tiene implicaciones traslacionales, ya que el cáncer de mama en perras comparte numerosas características clínicas, patológicas y genéticas con su contraparte humana”, señala el patólogo veterinario.
El cáncer de mama en humanos y perros guarda grandes similitudes. Por ejemplo, hay una mayor incidencia en hembras de edad adulta debido a la influencia de las hormonas. Debido a estas coincidencias, los departamentos oncológicos han propuesto a los canes como modelo animal para investigación de tratamientos contra el cáncer de mama en mujeres ya que, a pesar de la divergencia entre el genoma canino y humano, hay similitudes importantes en el desarrollo y funcionamiento del sistema inmunológico y ambas especies a menudo comparten el mismo entorno.
Por ello, Valdivia recuerda que es esencial continuar con la investigación, tanto a nivel clínico como básico, para profundizar en la comprensión de la biología del cáncer mamario en caninos y, así, desarrollar estrategias terapéuticas más precisas y eficaces. De igual modo, subraya que “es vital promover entre los propietarios de mascotas la conciencia sobre la importancia de la detección precoz y las medidas preventivas”.
EL PAPEL DE LA ESTERILIZACIÓN
Los estudios sobre el impacto de la castración en la salud de las perras relacionan la edad en el momento de la castración con el desarrollo de algunas enfermedades. Por ejemplo, comentan que la castración temprana se ha asociado con un mayor riesgo de rotura del ligamento cruzado craneal, displasia de cadera e incontinencia urinaria, y una menor incidencia de aparición de los tumores mamarios.
CONTEXTO DE LA INVESTIGACIÓN EN MÉXICO Y ESPAÑA
Bajo la dirección de las doctoras Laura Peña Fernández y María Dolores Pérez Alenza de la unidad de oncología mamaria veterinaria en el HCVC, el veterinario ha tenido la oportunidad de contribuir y participar activamente en el desarrollo y avance de una prometedora terapia contra el cáncer de mama inflamatorio canino en la que se ha basado esta tesis doctoral.
En referencia a las diferencias que encuentra entre España y México, manifiesta que ambos países tienen puntos fuertes a su favor. “La medicina veterinaria en México ha experimentado un notable desarrollo en los últimos años, logrando avances significativos en investigación, tecnología y prácticas clínicas”, lo que ha elevado la calidad de los servicios veterinarios y propiciado la expansión de las especialidades disponibles para el cuidado de los animales. Si bien es cierto que el país aún se enfrenta a retos en cuanto a la oferta de programas de especialización formal, también lo es que “se están implementando estrategias y esfuerzos significativos para mejorar en este aspecto”, aclara.
Por otra parte, de España destaca que ostenta una larga y consolidada trayectoria en el campo de la medicina veterinaria, respaldada por instituciones educativas de renombre y centros de investigación de vanguardia. “Aquí la profesión veterinaria se ha erigido como un pilar fundamental, ofreciendo una amplia gama de servicios y jugando un papel crucial en el fomento del bienestar animal y la salud pública. La internacionalización europea ha favorecido la creación de diversos colegios de especialidades veterinarias en Europa, estableciendo altos estándares para la formación y certificación de veterinarios especialistas”. En este sentido, el doctor apunta que, a su juicio, la principal diferencia entre ambos países es la “consolidación de colegios de especialistas” que hay en el ámbito veterinario en España.
En cuanto a la situación actual de la formación veterinaria, el doctor considera que tanto México como España cuentan con instituciones educativas de alta calidad que aseguran que la formación de los futuros veterinarios sea integral y de primer nivel.
“En México existe un fuerte énfasis en la formación de futuros investigadores, con un número considerable de becas proporcionadas por instituciones como el CONACyT, lo que facilita el acceso a programas de maestría y doctorado”, mientras que “en España, aunque la oferta de becas y financiamiento puede ser más limitada en comparación con México, el país cuenta con una infraestructura de investigación consolidada y diversas instituciones dedicadas a la promoción de la ciencia y la tecnología”.
Lo que sí ha valorado como un factor común en ambos países es la necesidad de mejorar la remuneración para los profesionales dedicados a la investigación. “Es vital que se reconozca y valore adecuadamente el trabajo de los profesores e investigadores para fomentar un entorno en el que la investigación pueda prosperar y contribuir significativamente al bienestar de la sociedad”, añade. De igual forma, hace especial hincapié en la importancia de incrementar los recursos económicos invertidos en la veterinaria para continuar con el desarrollo y la adopción de nuevas tecnologías.
VIRUS DEL MOSAICO DEL CAUPÍ (CPMV) COMO NEOADYUVANTE
Por su parte, Laura Peña Fernández es catedrática de Anatomía Patológica Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid y vicepresidenta del European College of Veterinary Pathologists.
La traslación de los resultados de las investigaciones en medicina veterinaria hacia la humana “a nivel internacional es una punta de lanza muy importante, pero en España la cosa todavía va muy lenta”, lamenta. En el caso de su equipo, asegura que trabajan "con modelos animales espontáneos” que, a diferencia de los animales de experimentación, a los que se provoca la enfermedad, “la desarrollan de forma espontánea”.
Esto tiene “una doble ventaja desde el punto de vista veterinario”. La primera es que “aplicamos terapias que van antes que en medicina humana”, lo que permite “obtener beneficios inmediatos, que después se trasladan a humana”. Además, “los modelos espontáneos animales son mucho más veraces que los experimentales, puesto que reproducen mucho mejor la enfermedad”.
Emplean estos animales porque “estamos trabajando en una inmunoterapia anticáncer nueva, con nanopartículas, y lo que nos interesa es que el sistema inmune del animal esté entero y sea lo más parecido posible al que pueda tener una mujer con cáncer de mama”. La mayoría de modelos experimentales de cáncer se hacen “con animales que no tienen sistema inmune, porque si no, no desarrollarían el tumor”, pero los modelos espontáneos permiten tener “características clinocopatológicas, genómicas e inmunológicas similares a las humanas”.
Han publicado dos artículos “con resultados espectaculares” sobre una inmunoterapia contra el cáncer de mama inflamatorio en perras, empleando el virus del mosaico del caupí (CPMV) como neoadyuvante. Este cáncer es muy agresivo tanto en perras como en mujeres, tiene unos índices muy altos de metástasis y muy baja supervivencia. Con el primer estudio lograron la reducción del tumor en todos los pacientes tratados, e incluso “en dos de ellos se permitió la cirugía, aunque no suele ser una opción en este tipo de cáncer”. Además, en las perras en las que se empleó esta terapia “se consiguió un incremento en la supervivencia estadísticamente significante”, en comparación con aquellas en las que se usó tratamiento médico. No encontraron evidencias de que este virus tuviese efectos tóxicos en los pacientes.
En el segundo artículo demostraron que esta inmunoterapia “es eficaz y tolerada por el paciente, sin ningún efecto adverso”, con independencia de “el estadio clínico, el tamaño, el grado histológico o el subtipo molecular del tumor”. Este estudio sirve de apoyo “a la implementación de esta terapia en un amplio rango de cánceres de mama tempranos en humana, para los que no hay inmunoterapias eficaces”.
SITUACIÓN DE LA ONCOLOGÍA VETERINARIA
“El problema de la oncología veterinaria ahora mismo probablemente es la falta de concienciación a nivel social de los propietarios”. Recuerda que “al perro hay que tratarle tanto del cáncer como de una gastritis, y no decir que si el perro tiene cáncer pues qué le vamos a hacer”. Por otro lado, las instituciones “apoyan mucho el estudio de enfermedades infecciosas en animales de producción, pero el cáncer en animales de compañía es el gran olvidado”, lamenta.
Los veterinarios pueden ayudar a que la gente entienda la importancia de la oncología veterinaria. Peña y su equipo organizan “una jornada de concienciación en cáncer mamario canino y felino, en la que hacemos una inspección gratuita mamaria a estos animales”, pero también divulgando dentro de la profesión, porque “hay veterinarios que desconocen todo esto”. Asimismo, anima a que la información “salga del mundo de la veterinaria”.
“La tendencia actual de todas las profesiones, también de la veterinaria, es la especialización”, afirma Peña. En el caso de la oncología, “hay especializaciones a nivel europeo y americano, y a nivel nacional habría que realmente promover y facilitar la existencia de más residencias en oncología”. Aclara que “por supuesto que no todo el mundo tiene que ser un diplomado europeo, pero tiene que haber una formación de postgrado mejor que la que hay”.