Jesse Barandika estudió Veterinaria en León y al poco empezó a trabajar como clínico de pequeños rumiantes en esa región. Buscó su oportunidad en Tierra de Campos (entre Leon-Palencia-Zamora y Valladolid) y allí conoció de cerca el ovino de leche. En 2010 se doctoró con una tesis sobre enfermedades zoonóticas transmitidas por garrapatas. A ello dedicaría buena parte de su trayectoria como investigador. Antes, en 1999, había ingresado en el Departamento de Sanidad de NEIKER (Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario). Desde entonces ha participado en sucesivos proyectos relacionados con diversas enfermedades de los rumiantes domésticos, especialmente en la Fiebre Q. Ahora trabaja en un proyecto europeo para, precisamente y a partir del análisis del genoma de la bacteria Coxiella burnetii, descubrir los secretos que esta enfermedad provoca al ovino-caprino y al vacuno. Desde 2019 es presidente de la Sociedad Española de Ovinotecnia y Caprinotecnia y en breve aspira a renovar mandato. El congreso arrancará mañana, 18 de septiembre en el Paraninfo de la Cardenal Herrera CEU y concluirá el viernes, día 20.
- El año pasado, en Sevilla, SEOC ejerció de anfitrión y organizó el Congreso Mundial de la International Sheep Veterinarian Asociation (ISVA). Supongo que ya habrán tenido tiempo para realizar un balance de aquello. ¿Qué feedback han recibido de la infinidad de congresistas extranjeros que acudieron?
- Creo que algunos extranjeros, del mundo anglosajón fundamentalmente, no terminaban de estar convencidos de la capacidad organizativa y de convocatoria de una entidad de tamaño medio como lo es SEOC. Nuestra candidatura competía con Toronto (Canadá) –con casi 3 millones de población-, que ha sido aspirante a sede olímpica cinco veces, y Melboune -con 5 millones- que ya organizó unos juegos. Hay que ver lo que es el sector ovino y caprino en otros países como Australia, Nueva Zelanda o Irlanda para dimensionarnos porque aunque, tras el Brexit, hemos pasado a ser el primer país productor de la UE seguimos estando aún muy lejos de ellos. Pero con más de 700 personas llegadas de la práctica totalidad de zonas productoras del planeta, batimos récords de asistencia y demostramos seriedad organizativa y un grandísimo nivel científico-técnico. Llegaron a Sevilla pensando que lo mejor era la ciudad y el destino turístico y se fueron tras comprobar que, aparte de ello, en España también sabemos hacer las cosas bien. El siguiente encuentro mundial será precisamente en Wollongong, en Australia. Modestia aparte, tienen el listón muy alto.
- El Congreso XLVII Congreso Nacional y XXIII Internacional arranca el próximo miércoles con una jornada satélite en el Paraninfo Universidad CEU Cardenal Herrera.¿Por qué este año se ha elegido al CEU y a Valencia?; ¿qué asistencia esperan, lo habitual o algo mayor?
- Barajamos diversos emplazamientos pero en el caso de la Cardenal Herrera-CEU todo fueron facilidades. Y, en este sentido, tengo que personificar y agradecer el trabajo del doctor Ángel Gómez Martín, investigador Ramón y Cajal del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades en esta universidad. La Comunidad Valenciana tiene un peso relativo en el sector, se esfuerza por conservar como patrimonio a una raza autóctona de incuestionable relevancia histórica como la Guirra, ha perdido un considerable censo del ganado ovino, tanto cabezas como en número de granjas pero ha habido un ligero aumento en las ganaderías caprinas y tiene algunos casos de éxito, de resiliencia evidentes. Además de su incuestionable atractivo turístico y monumental, está perfectamente comunicada. Hacía 22 años que no recalábamos de nuevo en Valencia y ya iba siendo hora de poder hacerlo.
Esperamos superar los 200 asistentes, unos pocos extranjeros y de todas las zonas productoras del país, lo que supone una recuperación sobre las cifras normales y una manifiesta mejora sobre el Congreso de 2022, en Zamora.
- Usted participa como ponente en tal jornada previa sobre la fiebre Q, ¿podría anticiparnos algo sobre su conferencia y sobre el resto?. Se trata de una zoonosis que tiene sus implicaciones en la salud humana…
- En Neiker llevamos tiempo estudiando esta enfermedad en las tres especies de rumiantes domésticos (ovino, caprino y vacuno) en el marco de varios proyectos regionales. Aportaré algunos de los datos y conclusiones a la que hemos llegado. Quizá la más relevante es que esta zoonosis se presenta en cada rebaño de forma diferente. Su evolución es muy distinta según cada caso: hay veces que se resuelve sin casi hacer nada a los 2 ó 3 años pero otras el problema se puede prolongar 5 ó 6 años aún habiendo tomado medidas para su control. No conocemos aún bien las razones que provocan los rebrotes. Ahora estudiamos el genoma de la bacteria que la provoca -Coxiella burnetii- para buscar marcadores moleculares que nos aporten luz. Si una enfermedad es paradigmática del necesario enfoque One health para abordarla es ésta, no sólo porque es una zoonosis de declaración obligatoria que afecta también a las personas -que los médicos, por tanto, tienen que atender y saber diagnosticar- sino porque el medioambiente juega un papel crucial ya que, además del ciclo doméstico de la enfermedad en el que participan los rumiantes domésticos, hay también un ciclo silvestre en el que las garrapatas actúan como transmisores de la enfermedad. Y lo hacen tanto para los animales domésticos como para las personas.
- ¿Cuáles serán las principales temáticas que se van a abordar?; ¿cómo es la estructura del congreso?
- En las sesiones participarán ponentes del mundo académico-científico pero también técnicos de campo de varias administraciones públicas de ámbito regional y nacional -especialmente del ministerio y de la Generalitat Valenciana- para abordar temas que son de gran actualidad y motivo de preocupación para el sector, en los ámbitos de la sanidad animal, la salud pública, reproducción, alimentación, bienestar animal, medioambiente, calidad de los productos, gestión de las explotaciones o condiciones laborales vinculadas al sector. Se abordarán los últimos avances en tecnologías de reproducción, la importancia del microbioma en la productividad o las estrategias para hacer atractivo el trabajo de campo en pequeños rumiantes, así como los últimos hallazgos en patologías como la referida fiebre Q, la listeriosis o las mastitis.
Disponemos de un gran salón donde se pronunciarán las conferencias y mesas redondas principales y de otras dos salas secundarias donde se defenderán simultáneamente las comunicaciones, que este año son más de 50.
- ¿Qué actividades paralelas se van a desarrollar?
- Con dos días y medio (para la jornada satélite del miércoles) la prioridad de SEOC es dar satisfacción en el plano científico-técnico. Con todo, aprovechando el público y la temática que abordamos es lógico que concurran actos relacionados con este sector. Por ejemplo, antes de arrancar, el miércoles a las 12 está prevista la presentación de la Feria de Queso Artesano de Montanejos, que se celebrará en tal localidad entre el 4 y el 6 de octubre. Además, durante el congreso se darán diversas degustaciones y catas de quesos de oveja de la Comunidad Valenciana, que no es un sector tan conocido como el de otras partes de España pero que merece la pena explorar porque hay ejemplos de éxito y quesos de gran calidad. Ya el viernes celebraremos la cena de clausura.
- Otro de los temas que vienen recogidos en el programa es la situación en la que queda la figura del veterinario de explotación que, tras las movilizaciones de agricultores y ganaderos, cuya contratación el MAPA decidió que pasara a ser voluntaria y no obligatoria como se había anunciado. ¿Qué implicaciones podría tener tal cosa en el ovino-caprino?
- No creo que haya sido una decisión acertada. Cada explotación debiera tener un veterinario responsable en particular, que conociera bien a los animales, sus condiciones específicas, al propio ganadero, su entorno… Hasta el momento la atención veterinaria a través de ADS es un modelo que ha demostrado sus virtudes pero también sus carencias: hay rebaños muy bien controlados pero otros no precisamente tanto. En sectores como el nuestro, con explotaciones tan pequeñas en muchas ocasiones y mínimas medidas de bioseguridad, con tanto movimiento de animales, el riesgo sanitario es mayor. Lo que ocurrió el año pasado con la viruela del ovino y caprino, que el intenso trasiego de animales tanto y tan rápido contribuyó a expandir por Castilla La Mancha y Andalucía debiera habernos hecho aprender porque en estos casos, con enfermedades transfronterizas como ésta, la detección precoz es crucial y para ello la supervisión veterinaria es imprescindible. Desde septiembre de 2022 hasta mayo de 2023, cuando se confirmó el último brote en Castilla-La Mancha, se confirmaron hasta 30 brotes, lo que supuso el sacrificio de un total de 51.778 ovejas y 767 cabras.
- Otra cuestión, que está previsto abordarse en una mesa redonda, es el impacto socio-económico de los sistemas ovino-caprino en extensivo…
- Sí, queremos ofrecer una visión alternativa a la dominante, que tanto explota el perjuicio que la ganadería, también el sector de pequeños rumiantes, supuestamente provoca en cuanto a emisiones de carbono y de gases de efecto invernadero. En realidad, la repercusión medioambiental de estas cabañas es muy pequeña, desde luego, muy inferior a la de otras ganaderías más intensivas como el porcino. Queremos poner el acento sobre esos otros parámetros que no se consideran tanto, como su contribución a la fijación de la población en zonas rurales deprimidas, los efectos positivos sobre el paisaje, su labor natural para facilitar la limpieza de montes y la reducción de masa combustible.
- A ese respecto son muchas las pruebas y proyectos piloto que se han realizado en los últimos años sobre el poder medioambiental del pastoreo, sobre su capacidad para limpiar zonas forestales y prevenir incendios pero la práctica no pasa de eso. ¿Qué hace falta para que estas iniciativas cuajen?
- Voluntad política y dinero. Muchos de estos proyectos son parches, proyectos que buscan fundamentalmente proyectar una imagen medioambiental pero que después no tienen mayor recorrido. A estas alturas creo que no hace falta testar más veces que el pastoreo es positivo, que existe una ganadería regenerativa que perfectamente se puede concretar en el ovino-caprino extensivo. Las ventajas de la cría de cabras y ovejas frente a otro tipo de ganado son conocidas. Animales pequeños que ofrecen una gran calidad de carnes, lanas y leches, aportando numerosos beneficios a los ecosistemas. La protección de la biodiversidad que aporta la trashumancia facilita que las diferentes especies se distribuyan por el terreno gracias a la alimentación de los rumiantes y a sus heces. Además, en concreto, las razas autóctonas -como aquí la Guirra- se adaptan a los climas extremos, facilitando una integración perfecta con el entorno natural. La revisión del estado del suelo ayudará a potenciar el uso de estiércol o materia orgánica que contribuya, junto al agua, a recuperar los ciclos naturales de cada zona. Las coberturas vegetales y humedad relativa ayudarán a generar el carbono necesario para nutrir cada terreno. El sector no está para apostar de manera autónoma por esta vía, necesita una ayuda estructural: si aportamos un beneficio objetivo a la sociedad, la sociedad tendrá que pagar por ello.