Debido a que los médicos veterinarios zootecnistas (MVZ) se desempeñan en distintos ambientes, es posible que algunos sean testigos de casos frecuentes de maltrato animal. Esta ha sido y es la experiencia de Jimena Aline Bori Martínez, quien decidió especializarse en Investigación Criminal en Ciencias Forenses tras presenciar actos que han ido desde la negligencia hasta la muerte intencional de estos seres.
Esos hechos llevaron a Bori Martínez a desarrollarse como médica veterinaria zootecnista “para poder aportar desde esta profesión directamente al bienestar animal” y, “posteriormente, al ver que no existía una entidad enfocada a generar MVZ con conocimientos en temas de maltrato animal, tanto para identificarlo como para coadyuvar a las autoridades, fue que constituí la Asociación Mexicana de Veterinaria Forense (Amvfac), con la finalidad de apoyar al gremio y de generar conciencia entre la población y las autoridades en temas de respeto a los animales, trato digno y respetuoso, delitos ambientales, maltrato y crueldad animal, tenencia responsable de animales de compañía, etc.”, expresó la actual presidenta de la Asociación en declaraciones para Diario Veterinario.
Para la perita, las áreas veterinarias más requeridas por la sociedad, que son la clínica particular de pequeñas especies, equinos y de animales no convencionales, “cada vez se han vuelto más demandantes, en el sentido de cuando los propietarios de los animales requieren servicios de un MVZ y estos recaen en alguna responsabilidad por mala praxis, la cual puede ser por negligencia (cuando omito dar un tratamiento o realizar un protocolo), impericia (por falta de experiencia en alguna práctica o no poder comprobarla) o temeridad (si a pesar de conocer mis limitaciones o el caso del paciente es reservado o negativo, me atrevo a realizar una práctica que pone en riesgo la vida del ejemplar)”.
Si se determina que un médico veterinario está sujeto a una responsabilidad civil mediante una demanda o a una responsabilidad penal a través de una denuncia, “las sanciones pueden ser administrativas, como lo son exhortos escritos, pagos de multas de hasta 150 veces la UMA, arresto administrativo de seis a doce horas, la inhabilitación mediante el retiro de la cédula profesional y hasta la privación de la libertad en donde podrían considerarse desde seis meses hasta once años de prisión según la entidad de que se trate”, añadió la experta en materia de prevención, intervención y reacción ante casos de maltrato y crueldad en animales.
Aunado a las sanciones anteriores, el artículo 322 del Código Penal de la Ciudad de México aborda la responsabilidad profesional y técnica, donde se establece, para los delitos que resulten consumados, una suspensión temporal de un mes a dos años en el ejercicio de la profesión o definitiva en caso de reiteración, “pero además la reparación del daño por sus propios actos y los de sus auxiliares”, explicó la también profesora en pequeñas especies en la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootecnia en Pequeñas Especies FCM.
¿CÓMO EVITAR ESTE TIPO DE SITUACIONES?
Lo primero, de acuerdo con Bori Martínez, es tener título y cédula profesional. Después, “cumplir con los requisitos que exige la Secretaría para la expedición de las recetas si es que voy a prescribir, y si tengo un establecimiento, debo contar con un MVZ responsable”. De aquí en adelante, la perita sugiere “contar con formatos diversos para cada servicio que ofrecemos, como contratos y consentimientos informados; además es importante tener orden en la documentación y llevar expedientes de cada paciente, reconocer nuestros alcances y en su caso remitir con especialistas los casos necesarios”.
A la par, “la comunicación con los propietarios es de suma importancia, y sobre todo antes de cada procedimiento informar y explicar detalladamente de que constará, así como sus efectos secundarios y/o complicaciones para que sin dudas los propietarios tomen decisiones consientes y asuman una responsabilidad compartida; es bueno que los propietarios se acostumbren a firmar los consentimientos informados y contratos de servicios profesionales”.
En el caso de que un cliente acuse a un médico veterinario por negligencia, la presidenta de la Amvfac recomienda, antes que nada, siempre “tratar de mantener la calma para no engancharnos con el reclamo; de ahí en adelante si ya existe una demanda o denuncia, entonces se deben tener a la mano todas las documentales relacionadas con el caso, pues probablemente me lo solicite alguna autoridad, para esto pueden pasar semanas o meses, hasta que se realice la notificación de la misma y en ese sentido se deberá emitir una respuesta, la cual es recomendable elaborarla de la mano de un abogado y también considerar que se tiene derecho a solicitar un peritaje que determine si existió o no esa responsabilidad o mala praxis”.
Bori Martínez añadió que además existen los MASC (Mecanismos Alternos de Solución a Controversias), “los cuales son encabezados por un facilitador que durante el proceso llevan una guía para lograr resolver el conflicto a partir de la mediación y conciliación, de este modo se evita llegar al juicio”.
A pesar de que los casos de negligencia en la medicina veterinaria son frecuentes en el país, aunque “muchas veces se logran arreglar antes de llegar a un juicio, o simplemente se realiza una reparación del daño mediante una sanción económica, en las universidades no se habla mucho de este tema, solo se llega a mencionar pero no se profundiza, sin embargo sí debería abordarse con mayor profundidad para sensibilizar sobre las importantes repercusiones que puede tener una mala práctica médica veterinaria”.
No obstante, “desgraciadamente han existido casos en donde se acusa al MVZ y no solo queda ahí, sino que amenazan, agreden físicamente o incluso la misma población ha terminado con la vida de un MVZ sin acotarse a un proceso legal; esto nos habla de la falta de cultura de la denuncia y la demanda”.
¿QUÉ SE NECESITA PARA SER PERITO VETERINARIO?
En México no existe una especialidad en la carrera de Medicina Veterinaria y Zootecnia, pero “se ha estado capacitando mediante diplomados, ya que cada vez se han solicitado más intervenciones que requieren de peritos particulares y en las Fiscalías Estatales también se han sumado MVZ mediante convocatorias, porque los delitos en contra de los animales cada vez se denuncian más. Para esto, los MVZ que estén interesados en desempeñarse en el ámbito forense, deben capacitarse en materia de peritaje o de ciencias forenses para poderse desarrollar en este ámbito”.
El día a día de un perito veterinario se resumen en lo siguiente: capacitarse continuamente, estar atento a las solicitudes que deba atender, “ya que la autoridad fija los plazos y es así como se planea la intervención para comenzar a trabajar con los elementos objeto de estudio y documentales necesarias”, realizar su trabajo de campo y posteriormente el de gabinete en donde elaborará su dictamen y entregarlo a la autoridad solicitante. “Un día estamos trabajando en escritorio y al otro podemos estar en campo revisando ganado, animales heridos o cadáveres”, subrayó Bori Martínez.
Para concluir, la presidenta de la Amvfac compartió que el respeto hacia los médicos veterinarios zootecnistas y las retribuciones justas a su trabajo, vienen de ofrecer un servicio de calidad. “Si somos éticos, congruentes e íntegros tenemos mucho que ganar, por supuesto que hay que establecer límites a los propietarios, pero también a nosotros mismos”.
Finalmente, exhortó al gremio médico veterinario a reflexionar “sobre nuestra proyección como profesionistas, para continuar fortaleciéndonos, y reiterar que es importante el autocuidado; la salud emocional y mental nos brindará claridad para enfrentar el día a día y recordar que cada día podemos mejorar nuestra propia versión”.