La rinitis crónica (RC) es una afección común en perros asociada con una secreción nasal persistente (de semanas a meses) que varía de serosa a mucopurulenta (con o sin estornudos) que a menudo es refractaria al tratamiento con antibióticos, antihistamínicos o esteroides orales.
El diagnóstico de RC en perros es típicamente el de exclusión, después de que se hayan descartado otras causas de signos nasales, incluyendo enfermedad micótica (aspergilosis), neoplasia, cuerpo extraño, anomalías anatómicas oronasales (paladar hendido, pólipos nasofaríngeos, estenosis) y enfermedad periodontal. La histopatología del tejido de la biopsia nasal a menudo revela una inflamación linfoplasmocítica no específica que no se correlaciona ni con la gravedad de la enfermedad ni con la respuesta a la terapia.
Dada la falta de correlación entre los hallazgos histopatológicos y las respuestas al tratamiento en perros, la patogenia de la CR en perros sigue siendo en gran medida desconocida.
La rinitis crónica es un trastorno inflamatorio, basado en los infiltrados inmunes linfocíticos típicos observados en las biopsias nasales, pero se desconoce la naturaleza de las respuestas inmunes o las causas iniciadoras o perpetuantes. Clínicamente, una base alérgica para la CR en perros parece poco probable dada la falta de respuesta al tratamiento con glucocorticoides, antihistamínicos, AINE o ciclosporina.
Ocasionalmente, se pueden detectar anormalidades del tracto digestivo superior en un pequeño subconjunto de perros con RC, lo que postula una posible asociación entre el reflujo gastroesofágico y/o la inflamación gastrointestinal linfoplasmocítica.
El manejo de la RC sigue siendo un desafío y la afección es comúnmente una fuente de frustración para los pacientes, los dueños de mascotas y los veterinarios. Por lo tanto, una mejor comprensión de la patogenia de la RC es esencial para identificar mejores tratamientos y estrategias de manejo, y para ayudar a desarrollar un posible modelo canino de RC para el estudio de la rinitis idiopática humana.
MICROBIOMA NASAL Y DISCINESIA CILIAR
La discinesia ciliar es una causa rara pero importante de infecciones repetidas de las vías respiratorias superiores e inferiores en humanos y perros. La función de los cilios no se ha investigado ampliamente anteriormente en estudios de CR relacionada con alergia en humanos, y hay pocos informes de discinesia ciliar en perros. Sin embargo, un hallazgo común en perros con discinesia ciliar son las infecciones nasales recurrentes.
Por otro lado, las interacciones entre el huésped y los microbios son un componente importante del ecosistema nasal, ya que existe evidencia en humanos de que la alteración del microbioma nasal normal puede contribuir al inicio o perpetuación de la rinitis crónica. Estudios previos del microbioma nasal canino normal, informaron que los filos dominantes incluían Proteobacteria, Firmicutes y Bacteroidetes.
En perros con rinitis fúngica, se describió un microbioma disbiótico que incluía una abundancia disminuida de Morexella spp., una abundancia aumentada de Pasteurellaceae spp. y una abundancia aumentada de Lactobacillaceae. La evidencia de estudios previos del microbioma en humanos con rinosinusitis crónica sugiere que la abundancia de ciertos microbios puede estar relacionada con la persistencia de la inflamación nasal. Sin embargo, solo ha habido un informe en una enfermedad nasal humana donde el transcriptoma inmunitario del huésped se correlacionó directamente con el microbioma de la mucosa nasal.
Por ello, los objetivos de un estudio realizado en EE UU fueron caracterizar y comparar los transcriptomas y microbiomas de la mucosa nasal de perros sanos con los de perros con RC, para proporcionar una mejor comprensión de la patogénesis de la enfermedad en perros. Los autores plantearon la hipótesis de que tanto los transcriptomas nasales como los microbiomas en perros con RC serían significativamente diferentes de los de los perros sanos, y que se identificarían correlaciones específicas de la enfermedad entre poblaciones bacterianas específicas y genes de respuesta inmunitaria del huésped en perros con RC, y diferirían significativamente de las observadas en animales sanos.
Hasta donde saben los autores, el presente estudio es el primero en el que se ha investigado la interacción de la respuesta inmune del huésped y una población de microbioma de la mucosa en perros.
FIRMICUTES EN PERROS CON RINITIS CRÓNICA
Para realizar la investigación, aplicaron herramientas de secuenciación para explorar las anomalías presentes en la nariz de los perros con RC y compararon los perfiles inmunológicos y del microbioma con los de los perros sanos.
Los autores observaron una regulación negativa significativa de múltiples genes asociados con la función ciliar en perros con RC, lo que sugiere un papel previamente no detectado para la disfunción ciliar en este síndrome. El microbioma nasal también se alteró significativamente en los perros con CR, con una sobrerrepresentación de varios patobiontes potenciales.
Asimismo, de los 11 filos identificados en la nariz de perros con RC y en perros sanos, el filo más abundante fue Proteobacteria en los perros sanos y Firmicutes en perros con RC.
El análisis interactoma reveló interacciones significativas entre las células nasales y el patobionte Porphyromonas en perros con RC, lo que sugiere un posible papel causal para este organismo, que se ha informado previamente para la enfermedad dental en perros y humanos. Igualmente descubrieron una función ciliar defectuosa que se correlacionó con la abundancia de Streptococcus.
Asimismo, entre los hallazgos más sorprendentes destacados por los investigadores estuvo la aparente y amplia regulación negativa de la expresión de genes relacionados con la función ciliar y flagelar en perros con RC. Estos hallazgos “sugieren una disfunción significativa en los mecanismos de depuración de moco en perros con RC”.
En resumen, este estudio proporciona nuevos conocimientos sobre las interacciones entre el huésped y los microbios que ocurren en la nariz de los perros con RC. Particularmente notable fue la evidencia generalizada de disfunción ciliar en perros con RC, junto con la falta de evidencia de inflamación alérgica. Por lo tanto, “estos nuevos hallazgos proponen un replanteamiento del papel de la alergia en RC en perros e indican la necesidad de reorientar nuestra comprensión de la patogénesis de la enfermedad en el papel potencial de los patobiontes en la rinitis”.
Dicha propuesta se justifica porque “el análisis del interactoma proporcionó evidencia temprana de conexiones importantes entre los patobiontes potenciales en la cavidad nasal y la inflamación nasal sostenida”. Si se confirman, estos hallazgos “podrían allanar el camino para una terapia antimicrobiana dirigida, incluida la administración intranasal de antibióticos o el uso de vacunas dirigidas a patobiontes”.
ESTUDIO EN UN GATO
Otro estudio reciente, esta vez en Portugal, ha explorado el microbioma nasal en un caso de rinitis crónica felina. Un gato de 9 años fue remitido para rinoscopia en el Hospital Veterinario de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Lisboa, para una investigación de los signos respiratorios crónicos. En la rinoscopia, se observó secreción nasal y nasofaríngea, y los cornetes nasales mostraron signos de inflamación. Las biopsias nasales fueron evaluadas por histopatología y cultivos micológicos y bacterianos. La histopatología reveló inflamación linfoplasmocítica crónica. El cultivo micológico fue negativo, pero el cultivo bacteriano reveló el crecimiento de un aislado bacteriano en el cultivo puro, identificado como Pseudomonas aestus.
Los estudios disponibles sobre esta cepa ambiental de Pseudomonas se centraron en su uso potencial para la producción y aplicación de biocidas en entornos agrícolas y, hasta donde los autores tienen conocimiento, no existen informes que describan su asociación con enfermedades infecciosas en humanos o animales, lo que resalta la importancia de “establecer protocolos que apunten a la identificación y caracterización de Pseudomonas no tradicionales, resistentes a múltiples fármacos, en el ámbito clínico”.