Trece municipios de Sevilla se encuentran afectados por el riesgo de contagio del virus del Nilo Occidental, que ha acabado con la vida ya de dos personas este año y mantiene a otras nueve hospitalizadas. Cuatro años después del brote en 2020 que provocó el fallecimiento de ocho personas y el contagio de otras 77, parece que la amenaza, lejos de desaparecer, se ha incrementado. Y es que la población de mosquitos Culex (género pipiens y perexiguus) se ha disparado este año en Sevilla debido a las abundantes lluvias de Semana Santa.
Ante esta peligrosa situación, la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla) ofrece la colaboración del sector para establecer alianzas que ya dieron muy positivos resultados en el brote de 2020 y gracias a las cuales se logró resolver la situación en un menor periodo de tiempo.
Así lo afirma su director general, Jorge Galván, quien tiene claro que “en una situación como la provocada por el virus del Nilo Occidental, la colaboración entre el personal experto en gestión de plagas y Sanidad Ambiental y las Administraciones competentes resulta fundamental si queremos eliminar riesgos potenciales y reales para las personas”.
Ya entonces, el sector de la Sanidad Ambiental colaboró con la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía tanto en la evaluación del terreno para la prevención de posibles nuevos brotes como en la formación del personal de la Administración para el conocimiento y las habilidades necesarias para la gestión de los mosquitos transmisores del virus.
En abril de este mismo año, la Junta de Andalucía ha aprobado el programa marco de control de esta y otras enfermedades transmitidas por vectores: el Plan Estratégico Andaluz para la Vigilancia y Control de Vectores Artrópodos con Incidencia en Salud (PEVA), que ha venido a completar el programa específico de Vigilancia y Control de Vectores de la Fiebre del Nilo Occidental (FNO), aprobado ya en abril de 2023.
Este año, Anecpla reitera su compromiso con la Administración Pública y recuerda la importancia asimismo de implicar a los ciudadanos en esta labor de control. “No podemos dejar de lado en ningún caso a la ciudadanía, porque de ella depende poner en práctica normas preventivas tan importantes como la limpieza de criaderos de mosquitos, domésticos y peridomésticos, es decir, aquellos que permanecen en aguas estancadas, albercas, tanques o cualquier recipiente al aire libre que pueda acumular agua. Por nuestra parte, continuaremos realizando campañas de información a la población con la recomendación de medidas para la eliminación de focos domésticos y protección personal de la vivienda”.
Es importante recordar que no hay transmisión de la fiebre del virus del Nilo Occidental de persona a persona, sino que ésta solo se produce a partir de la picadura del mosquito Culex. Por este motivo, recuerda la Asociación, las medidas de prevención de la infección en humanos se deben centrar en evitar las picaduras, empleando todas las medidas necesarias, como colocar telas mosquiteras en ventanas y puertas, así como, en la medida de lo posible, evitar transitar por zonas de humedales al atardecer y el amanecer o usar manga larga y repelentes si es necesario.
Si bien es cierto que en el resto del territorio español el virus todavía no se ha detectado, recuerdan que no es descartable que pueda llegar a circular en otras áreas, especialmente ahora en verano, momento álgido de reproducción del vector transmisor.