Una nueva investigación dirigida por el Royal Veterinary College (RVC) sobre la propagación del MERS-CoV, el virus transportado por los camellos que causa el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), y en la que ha participado el veterinario español Javier Guitián, ha descubierto que los camellos jóvenes presentan un alto riesgo de exposición humana al virus, y que besar y acariciar a los camellos jóvenes es una ruta importante de transmisión viral.
Al igual que el SARS-CoV-2, el MERS-CoV es un virus respiratorio y forma parte de un pequeño grupo de beta-coronavirus zoonóticos mortales que han surgido con impacto global en las últimas dos décadas. La infección en camellos solo causa síntomas leves de resfriado o gripe, pero la infección en humanos puede ser mortal. Hasta la fecha, se han identificado más de 2600 casos humanos y se han notificado 940 muertes en 27 países.
A pesar de la alta tasa de mortalidad entre los casos notificados, las vías de transmisión zoonótica y las subpoblaciones de camellos que plantean el mayor riesgo no se han comprendido bien. Sin embargo, esta investigación pionera identifica cómo de alto es el riesgo de las actividades que implican exposición frecuente en espacios cerrados al aliento y las secreciones nasales de los camellos.
Se sabe que los camellos jóvenes expulsan grandes cantidades del virus cuando se infectan, debido a la falta de inmunidad previa, y los besos y las caricias son una práctica común entre muchas comunidades propietarias de camellos en Oriente Medio, donde los animales son muy venerados y apreciados, por encima de otros animales de granja. El tamaño físico de los camellos coloca sus hocicos a la altura de la cabeza humana, y actividades como alimentarlos y abrevarlos, donde los camellos se amontonan alrededor de personas que llevan sacos de alimento o comederos llenos, también se encontró que eran de alto riesgo.
Los resultados del estudio, publicados recientemente en la revista Lancet Microbe, demostraron que la transmisión del virus entre personas también parece estar ocurriendo en entornos domésticos familiares, y que los miembros de la familia que no han tenido contacto con camellos muestran evidencia de exposición al virus si comparten el hogar con otros miembros que son positivos, en particular aquellos que sí han tenido contacto con camellos. Se descubrió que los miembros de la familia que son diabéticos corren un riesgo especial de infección.
También hallaron que las carreras de camellos eran un entorno de alto riesgo de infección, con potencial de transmisión tanto primaria (de camello a humano) como secundaria (de humano a humano).
La investigación fue realizada por el RVC junto con expertos de la London School of Hygiene & Tropical Medicine (LSHTM), Rocky Mountain Laboratories (NIH), Jordan University of Science and Technology (JUST), Yarmouk University y el Gobierno jordano. La investigación fue un estudio transversal entre septiembre de 2017 y octubre de 2018 y abarcó a 879 personas que comprendían 204 hogares propietarios de ganado en el sur de Jordania.
Los hallazgos resaltan la importancia de realizar actividades de vigilancia eficaces del virus en toda la Península Arábiga y ayudan a identificar qué grupos de humanos y camellos deberían tener prioridad cuando las vacunas actualmente en desarrollo estén disponibles.
El veterinario español Javier Guitián, profesor de Salud Pública Veterinaria del RVC, afirma que “este estudio representa una de las investigaciones epidemiológicas más grandes del MERS-CoV entre poblaciones de alto riesgo desde que el virus se identificó por primera vez en Arabia Saudita en 2012. Nuestros hallazgos resaltan el papel del contacto con camellos dromedarios jóvenes y la asistencia a carreras de camellos en la transmisión zoonótica. Además, proporcionamos evidencia que respalda la transmisión dentro del hogar entre las comunidades propietarias de camellos. La vigilancia efectiva entre estos grupos de alto riesgo sigue siendo una prioridad de salud mundial".
“Cuando estén disponibles las vacunas para camellos que se encuentran actualmente en desarrollo, se debería dar prioridad a la vacunación de los camellos jóvenes. La educación en materia de salud pública en las comunidades propietarias de camellos debería apuntar a generar conciencia y reducir el riesgo de exposición a enfermedades zoonóticas, en particular a través de las secreciones nasales de los camellos jóvenes", agrega.