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¿Cómo manejan los veterinarios españoles la incontinencia urinaria en perros?
EDICIÓN

¿Cómo manejan los veterinarios españoles la incontinencia urinaria en perros?

La mayoría de los encuestados participaron en distintos recursos de educación solo si casos de incontinencia urinaria se presentaban en su práctica diaria
Ecografía perro veterinario eco
Los resultados mostraron un consenso de opinión sobre la prioridad de los tratamientos a utilizar.

La incontinencia urinaria (IU) se define como la pérdida involuntaria de orina durante la fase de almacenamiento de la micción. La castración, la raza, el tamaño corporal, el corte de cola, la obesidad y la edad se describieron como factores de riesgo para la IU, considerada como una condición compleja y multifactorial.


Por lo general, la IU se presenta en cachorros (<6 meses) como una forma congénita o en adultos como una forma adquirida. En cachorros, la causa más común de IU es el uréter ectópico unilateral o bilateral, mientras que en adultos la causa no neurogénica más frecuente es la incompetencia del mecanismo del esfínter uretral (USMI), en la que pueden desempeñar un papel las anomalías anatómicas y hormonales.


Esta causa se observa en el 60 % del total de perros afectados de IU. Con frecuencia, la USMI se desarrolla con el tiempo y los propietarios retrasan la visita al veterinario hasta que la frecuencia o la gravedad de la IU alcanza un punto intolerable. Hasta el 39 % de los perros tenían signos de IU 1-2 años antes de visitar al veterinario. Los perros incontinentes pueden presentar IU intermitente o continua con distintos grados de gravedad. Generalmente, empeora cuando el animal está acostado o durante períodos de aumento de la presión abdominal.


Otras causas no neurogénicas de IU adquirida son la atonía vesical secundaria, la inestabilidad del detrusor y la fístula urovaginal. En este sentido, se ha descrito una fístula vesicovaginal como causante de IU en una perra.


Por otra parte, causas neurogénicas como lesión o contusión de la médula espinal, a menudo como consecuencia de ejercicio intenso o trauma, pueden conducir a IU adquirida. Además, la neoplasia como el linfoma de la médula espinal es una causa de IU neurogénica. Las causas neurogénicas también incluyen disinergia del detrusor y atonía vesical primaria.


PROBLEMAS DERIVADOS DE LA INCONTINENCIA URINARIA


Las consecuencias de la IU son muy desfavorables para los afectados. Los propietarios a menudo muestran sentimientos de enfado y frustración e incluso se plantean la eutanasia del animal afectado. En un estudio americano sobre las causas de abandono de mascotas en refugios, la suciedad en la casa debido a los perros fue la única razón en el 9,5% de los abandonos y un factor muy importante en un conjunto de causas en el 18,5 % de los casos. Además, el impacto directo de la IU en el bienestar de las perras incluye un mayor riesgo de infecciones del tracto urinario e irritación debido a la humedad continua de la orina.


Hasta la fecha, no existen datos sobre la incontinencia urinaria en perros en España, ni guías actualizadas para su diagnóstico y tratamiento. Por ello, el objetivo de un trabajo realizado entre investigadores españoles del Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2) y de la Universidad de Zaragoza, Italia y Francia fue recoger información mediante una encuesta anónima a profesionales veterinarios sobre los casos que atienden, el diagnóstico y tratamiento de esta patología, el seguimiento que realizan los veterinarios a sus casos y el interés que tienen en este tema. La información recogida permite elaborar recomendaciones específicas, concretas y útiles para la clínica con el objetivo de ayudar a los veterinarios a gestionar mejor esta patología.


Los autores de este estudio diseñaron un cuestionario compuesto por 27 preguntas en total. En España, gracias a la colaboración de AVEPA, el cuestionario se puso a disposición de 5.350 veterinarios que forman parte de esta organización; se obtuvieron 305 respuestas. En Italia, 1.214 personas visualizaron/abrieron la encuesta mientras que 552 la completaron. La encuesta finalizaba si el veterinario indicaba que no había visto ningún caso de IU en los tres meses anteriores. Por tanto, el análisis se limitó a 265 (España) y 462 (Italia).


La mayoría de los veterinarios tanto en España como en Italia afirmaron ver entre 1 y 3 casos de IU por trimestre (63,6 y 68,3 %, respectivamente), resultando en un porcentaje de machos incontinentes menor que el de hembras. El porcentaje de hembras incontinentes esterilizadas fue menor en España (0-24%) que en Italia (75-100%).


En ambos países, la mayoría de los encuestados utilizaban un algoritmo diagnóstico, aunque los usuarios de dicho algoritmo eran más frecuentes en España. También utilizaron informe e historia del paciente, análisis de sangre, análisis de orina y ecografía abdominal. No obstante, la medición de la presión uretral/vesical fue inusual (España: 0,2%; Italia: 2,4%).


En España, la radiología con medio de contraste y la urografía por tomografía computarizada (26,3% y 34,4%, respectivamente) fueron más frecuentes que en Italia (11,6% y 22,7%, respectivamente). Asimismo, ante la sospecha de incompetencia del mecanismo del esfínter uretral se realizó ensayo farmacológico (España: 93,2 %; Italia: 78,9 %).


EL TRATAMIENTO MÉDICO DE PRIMERA ELECCIÓN FUE PROPALIN


Los resultados mostraron un consenso de opinión sobre la prioridad de los tratamientos a utilizar. En ambos países el rango mediano atribuido a cada tratamiento fue el mismo. El orden de prioridades fue el mismo en ambos países. El tratamiento médico de primera elección fue Propalin (fenilpropanolamina), de Vetoquinol, seguido de la efedrina. “La preferencia terapéutica en ambos países para el uso fenilpropanolamina (España: 81,0 %; Italia: 76,5 %)”.


Cuando la farmacoterapia fracasó, la opción más frecuente fue el cambio de fármaco, seguido del aumento de la dosis/frecuencia de administración del fármaco, la terapia quirúrgica y la colposuspensión. En España, los veterinarios no especializados eligieron el cambio de fármaco con mayor frecuencia que los veterinarios especializados.


Por su parte, aunque la colposuspensión fue la tercera opción, fue elegida con mucha menos frecuencia que las dos opciones anteriores. No obstante, “solo el 1,3 % de los encuestados españoles optó por enviar el caso a un especialista, frente al 4,5 % de los encuestados italianos; este hecho provocó una diferencia significativa entre países para esta variable”. Por último, las opciones restantes (Diagnósticos más avanzados, Homeopatía/acupuntura y Nunca ocurrió) solo fueron elegidas en Italia.


En ambos países se completó una revisión después de la primera semana de tratamiento seguida de revisiones periódicas.


En cuanto a la formación, la mayoría de los encuestados participaron en distintos recursos de educación solo si casos de incontinencia urinaria se presentaban en su práctica diaria (España: 63,0%; Italia: 55,4%) y alrededor del 30 % de los encuestados lo hicieron independientemente del número de casos de IU tratados.

Ante estos resultados, los autores hicieron algunas recomendaciones en la práctica clínica. Por ejemplo, comentaron que los propietarios pueden subestimar la incontinencia urinaria, “por lo que los veterinarios deben obtener una historia clínica completa”.


Igualmente, de acuerdo con los datos, “es necesario evaluar la necesidad de esterilización caso por caso, considerando la edad de la hembra, la predisposición racial a la inseminación intrauterina y el deseo de prevenir tumores de origen hormonal. En general, no sería recomendable esterilizar antes del primer celo


Por último, recomiendan un enfoque paso a paso y el uso de un algoritmo diagnóstico-terapéutico específico para la incontinencia urinaria en perros. En cuanto al tratamiento, sugieren enfoques conservadores (ejercicio regular, pérdida de peso en perros con sobrepeso y llevar un “diario de incontinencia” para identificar patrones anormales de micción).

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