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Veterinarios mexicanos desarrollan un modelo para predecir la enfermedad cardiaca en perros infectados por Trypanosoma cruzi
EDICIÓN

Veterinarios mexicanos desarrollan un modelo para predecir la enfermedad cardiaca en perros infectados por Trypanosoma cruzi

​Los perros son importantes reservorios de T. cruzi y desarrollan una progresión similar de la enfermedad en personas, lo que los convierte en modelos útiles para estudios de la enfermedad de Chagas en humanos
Cardio dog
Enfermedad de Chagas o tripanosomiasis americana tiene una creciente incidencia en humanos y perros de México.

El Trypanosoma cruzi es un parásito protozoario con un alto tropismo hacia el tejido cardíaco, causando cardiopatías graves, reportadas principalmente en humanos. En un estudio se determinaron los cambios en la estructura cardiaca y los parámetros miocárdicos mediante ecografía en tiempo real en perros infectados naturalmente con T. cruzi reportados en zonas endémicas de México.


El estudio fue elaborado por Eduardo Ávalos Borges, Carlos Acevedo Arcique, José Segura Correa, Matilde Jiménez Coello y Antonio Ortega Pacheco de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), con ayuda de Nisha J. Garg perteneciente a la Facultad de Medicina de la Universidad de Texas en Estados Unidos. 


La enfermedad de Chagas o tripanosomiasis americana (TA) es causada por el protozoario trypanosoma cruzi, transmitido por vectores hematófagos como se mencionó anteriormente. Es una enfermedad endémica en América Latina, con una creciente incidencia observada en humanos y perros de México, especialmente en Yucatán, donde se ha detectado en canes con una prevalencia del 12,2 % en áreas urbanas y rurales.


En humanos, la enfermedad crónica se manifiesta con diversas anomalías cardiacas, desde formas leves hasta graves dilataciones de los ventrículos izquierdo y derecho, siendo estas últimas las más reconocibles.


Los perros son importantes reservorios de T. cruzi, desarrollan una progresión similar de la enfermedad, lo que los convierte en modelos útiles para estudios de la enfermedad de Chagas en humanos.


ESTUDIO


El proyecto se enfocó en caracterizar las alteraciones ecocardiográficas en perros naturalmente infectados en Yucatán, utilizando equipos de ultrasonidos comúnmente empleados en veterinaria.


El objetivo principal fue determinar si estos perros podrían desarrollar cardiomiopatía dilatada (DCM, por sus siglas en inglés) y describir los hallazgos cardiacos antes de la manifestación clínica grave de la enfermedad. Además, se buscó examinar una variedad de parámetros miocárdicos para identificar posibles similitudes con la enfermedad de Chagas en humanos.


Para realizarlo se eligieron aleatoriamente 130 perros con síntomas físicos de compromiso cardiaco. Los criterios de inclusión fueron que los perros vivieran en Mérida, Yucatán, y fueran seropositivos para T. cruzi mediante ELISA confirmados posteriormente mediante Western blot y/o métodos diagnósticos de PCR y que no hubieran recibido ningún tratamiento.


HALLAZGOS ECOCARDIOGRÁFICOS


Los perros fueron analizados mediante ecocardiografía para medir los cambios en la estructura y función del ventrículo izquierdo (VI) y caracterizar la presencia y ausencia de DCM.


En la imagen (A) (Figura 1) mediante ecografía (modo B) se observa el corazón de un perro negativo para T. cruzi donde se observan las cámaras y el septo interventricular dentro de los patrones normales para un perro sano.


Por otro lado, en la imagen (B) (Figura 1) ecografía (modo B) se aprecia el corazón de un perro con DCM y seropositivo para anticuerpos anti-T. cruzi. Se muestra una ventana paraesternal derecha con vista de eje largo de las cuatro cámaras. Se puede ver dilatación del ventrículo izquierdo (forma esferoide) con adelgazamiento del septo interventricular y su arqueamiento hacia el ventrículo derecho. También se nota un mayor diámetro de la aurícula derecha con respecto a la aurícula izquierda.


Enfermedad de Chagas estudio

Figura 1. Abreviaturas: RA = aurícula derecha, LA = aurícula izquierda, RV = ventrículo derecho, LV = ventrículo izquierdo, Ao = arteria aorta, IVS = septo interventricular.


HALLAZGOS ECOCARDIOGRÁFICOS EN MODO M


Las imágenes ultrasonográficas en modo M representativas y las mediciones de la estructura del ventrículo izquierdo (VI) de perros normales e infectados se muestran en la Figura 2. Se utilizó este modo de ultrasonido para comparar el diámetro del VI entre canes normales e infectados. 


Perros con DCM (Figura 2) (Imágenes C y D) mostraron significativa dilatación del VI en comparación con perros seronegativos no infectados (Figura 2) (Imagen A). Perros infectados pero sin DCM tuvieron cambios menores o nulos en el diámetro del VI. Asimismo, se identificó que 15 de 130 perros infectados (11,54 %) exhibieron DCM. 


Además, no hubo cambios significativos en el grosor del septo interventricular (IVS) entre grupos y el grosor de la pared posterior del VI (LVPW) mostró adelgazamiento significativo en perros con DCM, especialmente en infecciones crónicas (Imagen B).


En cuanto al diámetro interno del ventrículo izquierdo (LVID), hubo aumentos significativos en diástole (LVID-d) y sístole (LVID-s) en perros con DCM en enfermedad de curso agudo y crónico.


Referente a los parámetros de la función sistólica de la función ventricular izquierda, el volumen sistólico (VS), la frecuencia cardíaca (FC) y el gasto cardiaco (GC) mostraron aumentos notables en perros con DCM agudo y crónico. La fracción de eyección (FE) y el acortamiento fraccional (FS) disminuyeron en perros con DCM crónica, indicando deterioro de la función ventricular.


En la Figura 2, la Imagen A es referente a perros sanos, no infectados; la Imagen B a seropositivos para anticuerpos anti-T. cruzi y sin DCM, la C a seropositivos con DCM incipiente, la D a seropositivos con DCM avanzado. Las abreviaturas significan lo siguiente: septo interventricular (IVS), diámetro interno del ventrículo izquierdo (LVID), pared posterior del ventrículo izquierdo (LVPW), diástole (d), sístole (s), acortamiento fraccional (FS), volumen diastólico final (EDV), volumen sistólico final (ESV), volumen sistólico (SV), fracción de eyección (EF), índice sistólico (SI), gasto cardiaco (CO), índice cardiaco (CI) y, frecuencia cardiaca (HR).


Enfermedad de Chagas estudio 2

Figura 2. Imágenes representativas de la medición ultrasonográfica en modo M de las estructuras del ventrículo izquierdo en ventana paraesternal derecha, vista de eje corto a nivel de los músculos papilares.


En resumen, la ecocardiografía en modo M muestra cambios significativos en las estructuras y funciones del ventrículo izquierdo en perros con DCM, destacando la dilatación del ventrículo izquierdo, adelgazamiento de la pared y deterioro de la función sistólica en etapas avanzadas o crónicas de la enfermedad.


HALLAZGOS ECOCARDIOGRÁFICOS CON DOPPLER 


Se utilizó ecocardiografía Doppler (Figura 3) para evaluar el flujo transmitral en perros infectados con Trypanosoma cruzi, comparándolos con perros sanos seronegativos. Se observó que la mayoría de los perros infectados sin cardiomiopatía dilatada (DCM) presentaban un patrón de flujo transmitral normal, similar a los controles sanos.


Sin embargo, aquellos con signos tempranos de DCM mostraron un patrón de relajación retardada (E < A). Algunos perros con DCM también exhibieron un patrón pseudonormal, que podría indicar un flujo sanguíneo alterado.


A nivel de población, se encontró que el 20 % de los perros con DCM tenían un patrón restrictivo en el flujo, mientras que la mayoría mostraba patrones normales o de relajación retardada.


Además, se analizó la estructura y función del ventrículo izquierdo en perros infectados sin DCM. Se observaron cambios como el adelgazamiento de la pared posterior en perros con infección crónica y reducciones en el diámetro interno del ventrículo izquierdo durante el ciclo cardiaco. Estos resultados sugieren que el adelgazamiento de la pared posterior es un marcador importante del riesgo de desarrollar DCM en perros con infección crónica por T. cruzi.


En la Figura 3, la Imagen A pertenece a un perro normal, sano, seronegativo para anticuerpos anti-T. cruzi; la B a un patrón de relajación retardada en un perro seropositivo sin DCM, la C a un patrón normal en un perro seropositivo sin DCM, la D a un flujo de un patrón restrictivo en un perro T. cruzi positivo con DCM. Las abreviaturas hacen referencia a lo siguiente: aurícula izquierda (LA), ventrículo izquierdo (LV), aurícula derecha (RA), ventrículo derecho (RV), válvula mitral (MV), velocidad del pico E (MV E vel), velocidad del pico A (MV A vel) y índice E/A (MV E/A).


Enfermedad de Chagas estudio 3

Figura 3. Registro ultrasónico con Doppler de pulso del flujo sanguíneo transmitral y cálculo del índice E/A en perros infectados naturalmente con T. cruzi . Se muestra la vista de la ventana apical izquierda de cuatro cámaras. 


Aunque se observaron cambios en los patrones de flujo y estructura del corazón en perros infectados, no se encontró una asociación directa entre estos cambios y el estado de infección o enfermedad, según el estudio realizado con ecocardiografía Doppler y otros análisis ecocardiográficos.


En conclusión, los cambios en la estructura del corazón fueron evidentes en perros infectados presentando cardiomiopatía dilatada. Algunos de los perros infectados exhibieron una disminución del diámetro del ventrículo izquierdo con la presencia de engrosamiento del septo interventricular y de la pared posterior del ventrículo izquierdo, lo que indica el riesgo de desarrollo de DCM.


Los patrones de flujo transmitral no se asociaron con la gravedad del daño cardiaco en los perros infectados con cardiomiopatía dilatada.


Los resultados del presente estudio también sugieren que los cambios en el diámetro interno del ventrículo izquierdo en la sístole y la diástole son un indicador principal de afectación cardiaca en perros infectados con T. cruzi y la observación de cambios en el grosor del septo interventricular y pared posterior del ventrículo izquierdo en la sístole o la diástole, el acortamiento fraccional y una relación E/A por encima o por debajo del rango normal proporcionan una alta eficacia predictiva para determinar el riesgo de progresión de cardiomiopatía dilatada.

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