El colapso traqueal es una enfermedad respiratoria crónica que afecta en mayor medida a perros de raza pequeña o toy. Estos perros son atendidos en primera instancia con tratamientos conservadores que han mostrado ser eficaces en algunos pacientes con colapso traqueal ligero.
Recientemente en el gremio veterinario, ha cobrado popularidad la colocación del stent endotraqueal, con la finalidad de aminorar los signos clínicos asociados al colapso traqueal, sobre todo cuando los tratamientos conservadores no son efectivos.
La utilización del stent endotraqueal ha demostrado una mejoría de los signos clínicos además de que es un procedimiento rápido y no invasivo.
PERO NO ES PARA TODOS LOS CASOS
La colocación de un stent traqueal debe reservarse a perros en los que fracasó el tratamiento médico conservador o aquellos con dificultad respiratoria, que experimentan una obstrucción de las vías respiratorias potencialmente mortal y se ve afectada su calidad de vida debido al compromiso respiratorio.
Además, se debe informar a los propietarios, que la colocación de un stent traqueal es un procedimiento de segunda línea que no necesariamente va a curar la enfermedad, sino que disminuye los riesgos generados durante el colapso y que invariablemente, es necesario que de forma simultánea se continúe con un tratamiento médico junto con visitas de seguimiento.
Es por esto que, un grupo de investigadores llevó a cabo una revisión sistemática y metanálisis de las principales complicaciones que implica la colocación de un stent endotraqueal en perros.
Para llevarlo a cabo fueron seleccionados artículos desde el año 2000 hasta el 2020, que incluyeran las principales complicaciones del stent en perros. De los 1,196 informes seleccionados, solo 16 artículos cumplieron con los criterios de selección para realizar la revisión sistemática y el metanálisis.
DESVENTAJAS
El metanálisis reportó la siguientes complicaciones en virtud de su prevalencia e incidencia:
Tos aguda o crónica: Los investigadores indican que prácticamente todos los perros (99 %) experimentaron tos dentro de las primeras seis semanas después de la colocación del stent traqueal, aunque las cifras disminuyeron después del periodo de epitelización del stent a un 72 %. Esta compilación es de esperarse, puesto que un stent es un cuerpo extraño dentro de la luz del órgano y la tos un mecanismo de defensa.
Presentación traqueobronquitis: La presencia del stent endotraqueal podría afectar al epitelio columnar ciliado predisponiendo a infecciones. También demostraron que puede tener un efecto beneficioso, sobre todo en perros senior con historia clínica de problemas respiratorios recurrentes, puesto que después de la colocación del stent traqueal disminuyó significativamente la presentación de problemas en estos perros, promoviendo un efecto protector sobre la infección al restaurar el aclaramiento mucociliar después de la epitelización.
Formación de granulomas: Después de la colocación del stent, el crecimiento interno de tejido de granulación era común en al menos el 20 % de los perros, sin embargo esta cifra puede estar subestimada, ya que no todos los artículos realizaron radiografías de seguimiento. La irritación mecánica de la mucosa es causada por pequeños movimientos del stent durante la tos, la respiración o los movimientos normales de los perros. Estos movimientos pueden provocar la formación de tejido de granulación, lo cual puede obstaculizar la epitelización y facilitar la acumulación de moco, lo que aumenta el riesgo de crecimiento de tejido interno.
Fractura del stent: Esta es una de las complicaciones más graves. Los científicos estiman que alrededor del 12 % de los perros estudiados presentó dicho problema, aunque está relacionado a variables individuales, es decir propias de cada perro. La ruptura del stent se da justo a la altura de la tráquea intratorácica y la entrada al tórax, puesto que en esas zonas existe un menor diámetro, lo que impide que el stent pueda expandirse, lo que lo predispone a que se rompa. Las rupturas se pueden prevenir utilizando stents de nitinol.
Migración del stent: La prevalencia fue realmente baja, no significativa en todos los artículos estudiados. Esto se previene con una adecuada selección del tamaño y una buena técnica quirúrgica.
En conclusión, la colocación de stent traqueal en perros con colapso traqueal conlleva riesgos significativos. Los propietarios deben ser informados de que el stent no elimina la necesidad de tratamiento continuo y seguimiento veterinario. A pesar de estas complicaciones, la colocación de stent sigue siendo una opción valiosa para perros con obstrucción potencialmente mortal de las vías respiratorias o una marcada disminución en su calidad de vida.