El hipertiroidismo consiste en un exceso de producción de hormonas tiroideas, sobre todo tiroxina (T4), por parte de la glándula tiroides.
Es una patología con una incidencia bastante alta en comparación a otras enfermedades endocrinas, siendo mucho más frecuente en pacientes felinos, afectando al 2-10% de los gatos domésticos, sobre todo a los mayores de 8 años, sin embargo, en pacientes caninos es mucho menos habitual, predominando otra clase de patologías endocrinas.
En conejo, es una patología muy poco frecuente que apenas está documentada, sin embargo, se han descrito casos de adenomas tiroideos, hiperplasias tiroideas o tiroiditis que han llegado a generar hipertiroidismo.
En mamíferos, la glándula tiroides es la principal encargada del control del metabolismo del organismo, desempeña funciones fundamentales relacionadas con el metabolismo de los hidratos de carbono y lípidos, aumenta el catabolismo de las proteínas, modifica la motilidad digestiva e interviene en los procesos de crecimiento, entre otras funciones.
La glándula tiroides se encarga del control endocrino mediante la secreción de hormonas que controlan diversas funciones endocrinas y metabólicas. En concreto, secreta las siguientes hormonas: calcitonina, tiroxina (T4) y triyodotironina (T3), la secreción de dichas hormonas está controlada por la tirotropina (TSH) desde la adenohipófisis.
Cuando los niveles de tiroxina disminuyen, se produce una patología denominada hipotiroidismo, cuyos principales síntomas incluyen: cansancio, aumento de peso, alopecia, pioderma y cambios neuromusculares.
Sin embargo, cuando los niveles de hormonas tiroideas aumentan, se produce otra patología: el hipertiroidismo, cuyos principales síntomas son: pérdida de peso,polifagia, polidipsia, diarreas y exceso de excitación y nerviosismo.
La veterinaria Sara Plaza Martín, Hospital Veterinario Animales Exóticos 24h, ha recogido un curioso caso clínico de esta patología en un conejo. El paciente fue Maya, una coneja Belier de 9 años, con un peso de 1.800 kg, que acudió a consulta por presentar un cuadro de parálisis facial y pérdida de pelo.
SOBRECRECIMIENTO DENTAL EN LA ZONA IZQUIERDA
Al realizar la exploración física se encontró que la paciente está en buen estado de hidratación, sus mucosas tienen la tonalidad rosada adecuada, la palpación abdominal es depresible e indolora, auscultación cardiopulmonar sin alteraciones, borborigmos digestivos presentes y temperatura adecuada.
Presentaba hemiparesia facial en el lado izquierdo, y carecía sensibilidad en esa zona. Además, se encontró sobrecrecimiento dental generalizado en los molares de las arcadas maxilar y mandibular izquierdas, mientras que en el lado derecho no había ningún tipo de sobrecrecimiento, “lo que nos indica que no es capaz de masticar en el lado donde sufre la paresia”, comenta Plaza.
Hemiparesia facial en el lado izquierdo
Dado que generalmente “las parálisis faciales en conejos tienen origen en otitis, abscesos dentales, tumores y patologías similares”, se le realiza un estudio radiográfico del cráneo, en el cual se descarta otitis, sobrecrecimiento de raíces dentales, abscesos y otras alteraciones que pudiesen estar afectando al nervio facial.
Al repasar su historial, se observa que la paciente ha perdido 200 gr en menos de 1 mes, pero según la propietaria, Maya come perfectamente, incluso con algo más de voracidad que de costumbre.
Se decide realizar un análisis coprológico de las heces, que no obtuvo hallazgos patológicos, también se realizó una analítica sanguínea y se observa la elevación de varias enzimas hepáticas: ALT:243 U/L (rango fisiológico: 14-80 U/L), AST: 251U/L (rango fisiológico: 14-113 U/L) y Ácidos biliares: 97 (rango fisiológico < 40).
También, se toma una muestra de orina por cistopunción para realizar una medición de ratio proteína/creatinina (UPC) ya que se sospecha que puede haber proteinuria dada la pérdida de peso, dando resultados de 0.2 (rango fisiológico:<0.6) en rango.
Se decide tratar con meloxicam a 1 mg/kg/12h, gabapentina a 5 mg/kg/12h y protector hepático. Además, la veterinaria recomendó aumentar la cantidad de pienso que se le ofrecía a Maya (marca Oxbow) y se recomienda complementar con papilla para animales herbívoros Critical Care de Oxbow para tratar de recuperar el peso perdido.
CONTINÚA LA PÉRDIDA DE PESO
A los 7 días, Maya acude a revisión, estaba tomando 70 ml de papilla diarios, se ha aumentado la cantidad de pienso que se le ofrece de forma diaria y cada vez comía con más voracidad, sin embargo, el paciente volvió a perder peso, encontrándose en 1,720 kg. “La hemiparesia facial continuaba exactamente igual, sin cambios”, comenta la veterinaria.
Se vuelven a medir las enzimas hepáticas, encontrando la ALT en 126 U/L y la AST en 170 U/L (disminuidas en comparación a la anterior medición, pero por encima del rango fisiológico), los ácidos biliares habían disminuido hasta estar en rango.
Ante la persistencia de la pérdida de peso junto con la polifagia, se comienza a sospechar de un posible hipertiroidismo a pesar de que no es una patología habitual en conejo, dado que los síntomas concuerdan: pérdida de peso, polifagia, afectación hepática, mal estado del pelaje y la hemiparesia facial.
Por tanto, Plaza decide realizar una medición de T4, obteniendo un resultado de 6.50 µg/dL (rango fisiológico 1.7-2.4 µg/dL).
Se realiza una ecografía a Maya para descartar la presencia de nódulos, tumores, inflamación o cualquier otra anomalía en la glándula tiroides, “el único resultado obtenido es una ligera inflamación de la glándula”, comenta.
TRATAMIENTO FRENTE AL HIPERTIROIDISMO
Ante el resultado positivo a hipertiroidismo se decide pautar metimazol a 1.25 mg/kg/12horas. Además, se continúa con el protector hepático, con las tomas de papilla Critical Care y controles de peso diarios.
Tras tres semanas de tratamiento, Maya acude a revisión, ha conseguido ganar algo de peso (su control de pesaje diario oscila entre 1,750 kg y 1,850 kg), continua con polifagia y voracidad. No obstante, “su pelaje tiene mucho mejor aspecto y no se cae con tantísima facilidad, además notamos ciertos cambios con su parálisis facial, ya que el belfo izquierdo había recuperado cierta sensibilidad”.
Se realiza nuevamente una medición de T4, obteniendo un resultado de T4 basal de 4 µg/dL (rango fisiológico 1.7-2.4 µg/dL), lo que confirma que “el tratamiento está funcionando, aunque aún no tenemos la T4 en rango fisiológico, por lo que decidimos continuar con el mismo tratamiento y pautar la siguiente medida de T4 en 2 meses junto con la medida de los parámetros hepáticos elevados”.
A los dos meses, Maya acude nuevamente a revisión, ha recuperado su peso habitual que oscila entre 1,850 kg-1,950 kg.
La hemiparesia facial persiste, aunque posee sensibilidad y “observamos que es capaz de masticar por ese lado de la cavidad oral nuevamente, ya que sus molariformes izquierdos presentan menos sobrecrecimiento, lo que denota un desgaste mayor que en las revisiones anteriores”.
Se realiza una medición de los parámetros hepáticos alterados, encontrando la ALT y AST en rango fisiológico.
También se realiza nuevamente una medición de T4, con un resultado de 2 µg/dL (rango fisiológico 1.7-2.4 µg/dL).
Ante la normalización de los síntomas y de los valores tiroideos, “se pauta de forma crónica el metimazol a la misma dosis y se retira el resto de medicación. Se realizarán mediciones seriadas cada 3 semanas de valores tiroideos”, concluye la veterinaria.