El linfoma del sistema nervioso central (SNC) primario o secundario es clínicamente difícil de tratar, ya que los medicamentos citotóxicos que cruzan la barrera hematoencefálica (BHE) son limitados. En humanos, la quimioterapia intratecal tiene un papel importante en la neoplasia hematopoyética del SNC, particularmente en el tratamiento de niños o pacientes mayores para minimizar la exposición a la radioterapia. Considerando específicamente el linfoma linfoblástico, la quimioterapia intratecal compone la mayoría de los protocolos prescritos en medicina humana, principalmente como medida profiláctica debido a la baja incidencia de afectación del SNC durante la presentación (3–9 %).
En perros, se ha documentado una baja tasa de complicaciones después de la quimioterapia intratecal para el tratamiento de afecciones neoplásicas o inflamatorias del SNC. Sin embargo, la literatura sobre el beneficio clínico de la quimioterapia intratecal para el tratamiento de la neoplasia del SNC en perros se limita a seis casos. De estos, cinco tuvieron un enfoque multimodal (quimioterapia sistémica, radioterapia del SNC y quimioterapia intratecal), y el sexto caso fue de un perro que recibió quimioterapia intratecal y L-asparaginasa. Todos estos casos recibieron quimioterapia intratecal con un solo agente, arabinósido de citarabina.
Un informe realizado por veterinarios de distintos países ha descrito el beneficio clínico del arabinósido de citarabina y el metotrexato administrados por vía intratecal junto con quimioterapia sistémica para el tratamiento del linfoma linfoblástico que afecta al SNC en un perro.
Un perro macho mestizo de 4 años presentó antecedentes de 24 h de letargo severo, debilidad de las extremidades pélvicas y retención urinaria.
Los hallazgos de diagnóstico por imágenes incluyeron la presencia de linfadenopatía mediastínica e intraabdominal, junto con hepatomegalia caracterizada por ecogenicidad heterogénea. También se observó esplenomegalia, mostrando un aspecto moteado difuso. Además, había una pequeña cantidad de derrame pleural y peritoneal.
Los hallazgos fueron consistentes con un linfoma linfoblástico multicéntrico de células B con sospecha de afectación del SNC e infiltración de la médula ósea.
Tras el diagnóstico de linfoma linfoblástico multicéntrico de células B, se inició una terapia con arabinósido de citosina y se logró la remisión clínica completa. Después de 4 semanas, hubo deterioro neurológico agudo (dolor espinal y déficit propioceptivo) sin linfadenomegalia periférica. Los hallazgos de la resonancia magnética y el análisis del LCR fueron consistentes con una infiltración de linfoma meníngeo y de médula espinal a nivel de L3.
EL PACIENTE PERMANECIÓ ASINTOMÁTICO DURANTE 3,5 SEMANAS
Ante este diagnóstico se recomendó quimioterapia intratecal. Bajo anestesia general, se colocó al paciente en decúbito lateral derecho y, tras la preparación aséptica del área, se extrajo 1 ml de LCR de la cisterna magna. A través de la misma aguja utilizada para la recolección de LCR, los autores administraron 100 mg de arabinósido de citarabina (solución de 100 mg/ml) y 2,5 mg de metotrexato (2,5 mg/ml, 25 mg/ml diluidos en cloruro de sodio al 0,9%) por vía intratecal. La inyección se administró en el transcurso de 1 min. El paciente toleró el procedimiento y se recuperó de la anestesia general sin incidentes. Recibió una dosis única de dexametasona intravenosa y continuó con la misma dosis por vía oral durante 7 días.
Los signos clínicos se resolvieron en 24 h y el paciente permaneció asintomático durante 3,5 semanas. Después de este período, se sospechó una recaída del SNC (déficits propioceptivos y dolor toracolumbar intenso) y se rechazó repetir la quimioterapia intratecal. El paciente fue sacrificado humanamente 9 semanas después del diagnóstico inicial.
Así, los científicos indican que “la quimioterapia intratecal puede considerarse en casos seleccionados de linfoma del SNC refractario a la quimioterapia sistémica con penetración de la BHE”. La combinación de metotrexato y arabinósido de citarabina administrada por vía intratecal “indujo una mejoría rápida y de corta duración (3,5 semanas) en los signos clínicos y fue segura en general”.
Según cuentan, “este es el primer informe sobre el beneficio clínico de la quimioterapia intratecal con una combinación de metotrexato y citarabina para el tratamiento del linfoma del SNC en perros”. Según este caso, “la quimioterapia intratecal con metotrexato y citarabina puede inducir una remisión clínica del SNC de corta duración (3 semanas)”.