El cerdo ibérico constituye una raza autóctona criada tradicionalmente en el suroeste de la Península Ibérica, debido a su buena capacidad de adaptación al medio y a los recursos alimentarios disponibles en el agroecosistema de dehesa. Los diferentes productos obtenidos de esta raza gozan de una importante reputación internacional y son apreciados mundialmente por su calidad y sus sistemas de producción de valor agregado. A pesar de la relación entre el agroecosistema de dehesa y esta raza autóctona, los sistemas de producción actuales en el sector porcino ibérico presentan diferencias importantes que dependen principalmente de la alimentación y el manejo de los animales, desde sistemas extensivos hasta intensivos.
El marco legal actual del sector del cerdo ibérico está disponible en el Real Decreto 4/2014, que resume la calidad y las condiciones productivas que deben garantizarse durante todo el proceso de producción del cerdo ibérico, incluyendo el etiquetado, la comercialización, la trazabilidad y la certificación, desde la granja hasta producto terminado. En esta norma se definen tres categorías comerciales diferentes en materia de alimentación animal: sistemas de alimentación animal alimentados con bellota o “bellota” (AF), totalmente extensivos situados en el agroecosistema de dehesa ; alimentados con pienso al aire libre o “cebo de campo” (OFF), que pueden considerarse sistemas mixtos; y por último, alimentación intensiva con pienso o “cebo” (IFF), que se refiere a sistemas intensivos en los que los animales están completamente estabulados sin acceso a espacios libres. Así, en estas categorías se obtienen diferencias importantes en el precio final de los productos, ya que la dieta y el manejo se consideran los principales factores para determinar su calidad.
PROCEDIMIENTOS SUBJETIVOS DE CERTIFICACIÓN
En la actualidad, los procedimientos de certificación establecidos por el Real Decreto 4/2014 sobre el régimen alimentario y los sistemas de producción en el sector del cerdo ibérico deben ser realizados por empresas acreditadas. En la práctica, estas tareas se basan en inspecciones visuales y documentales que realizan los técnicos que visitan las explotaciones de cerdo ibérico. Este hecho ha sido muchas veces criticado ya que el control visual de la dieta de los animales puede ser subjetivo e insuficiente, especialmente teniendo en cuenta el precio y reputación de los productos procedentes de la producción del cerdo ibérico.
Aunque ha habido intentos en el pasado, actualmente no existe una metodología analítica estandarizada para certificar el régimen de alimentación de los cerdos. Además, teniendo en cuenta la creciente conciencia de los consumidores sobre el origen y el etiquetado de los alimentos, la inclusión de técnicas analíticas dentro de los procedimientos de certificación del sector se considera esencial para asegurar información confiable a los consumidores y proteger a los productores de prácticas fraudulentas. En este contexto, en los últimos años se han publicado en el sector numerosas investigaciones centradas en el desarrollo y evaluación de este tipo de técnicas, como metodologías basadas en cromatografía de líquidos y gases o diferentes técnicas espectroscópicas.
La espectroscopia de infrarrojo cercano (NIRS) es una tecnología basada en la correlación entre las características fisicoquímicas de una muestra y la absorción de radiación en la región infrarroja. Varias ventajas como la facilidad de uso, un precio competitivo, la posibilidad de proporcionar información cualitativa y cuantitativa con un análisis único y no destructivo, así como su reproducibilidad y repetibilidad han inducido la implementación de NIRS en la industria agroalimentaria. Esta tecnología ha demostrado una gran versatilidad al analizar diferentes tipos de muestras, incluidos productos del cerdo ibérico, aunque normalmente han sido muestras de alimentos o canales, todas ellas caracterizadas por una colección post mortem. Otras muestras, como las heces, han recibido una atención limitada. Sin embargo, la gran cantidad de información que proporciona sobre el metabolismo interno, así como su sencilla recopilación, se consideran puntos fuertes. Por tanto, el análisis de este tipo de muestras podría suponer un enfoque innovador e interesante en la producción porcina ibérica, ya que permitiría un análisis in vivo. Las heces de cerdo se han analizado con éxito con tecnología NIRS anteriormente, aunque los estudios disponibles se centran principalmente en la evaluación de la digestibilidad y otros objetivos.
ANÁLISIS DE MUESTRAS FECALES EN 3 GRUPOS DE MANEJO
Así, el objetivo de un trabajo realizado por Pablo Rodríguez Hernández, Vicente Rodríguez Estévez, Cristina Burguillo Martín y Nieves Núñez Sánchez, del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba, fue evaluar el interés del análisis NIRS de muestras fecales para discriminar el régimen alimentario del cerdo ibérico.
En el estudio se incluyeron un total de 166 cerdos ibéricos de 12 granjas diferentes durante tres años consecutivos. Las explotaciones estaban ubicadas en las provincias de Córdoba y Huelva. Los animales evaluados fueron cerdos de engorde ibéricos en la última etapa del ciclo productivo, de aproximadamente 100 a 160 kg de peso vivo. Se aseguraron los tres diferentes regímenes de alimentación disponibles en el sector.
Se utilizaron muestras fecales debido a su fácil recolección, especialmente en sistemas extensivos donde el manejo de los cerdos es difícil. Aunque se detectaron ligeras diferencias según el enfoque quimiométrico, los mejores modelos obtuvieron un éxito de clasificación y una precisión de predicción superior al 94 % para la discriminación del régimen alimentario.
Los resultados, por tanto, se consideran “muy satisfactorios” y sugieren el análisis NIRS de heces como “un enfoque prometedor para la discriminación in vivo de la dieta del cerdo ibérico, y su implementación durante las inspecciones de campo, un logro significativo para el sector”.
Se considera de suma importancia la optimización de estrategias analíticas y objetivas, que contribuyan a la autenticación y certificación del régimen alimentario del cerdo ibérico.
En resumen, en el presente estudio, el análisis NIRS de heces “ha demostrado un enorme potencial para realizar una discriminación in vivo de la dieta administrada a cerdos en diferentes granjas”. Los autores celebran que se logró un alto nivel de precisión, confirmando así que “esta metodología puede proporcionar información confiable y objetiva para ayudar en los procedimientos de certificación actuales”.
Asimismo, añaden que se está trabajando más para aumentar la variabilidad de los conjuntos de calibración y validación mediante la inclusión de muestras de diferentes manejos de granja, características de los animales y dietas, y “para mejorar la solidez del modelo antes de su implementación como análisis de rutina”, e instan a mejorar los modelos específicos sobre la pureza racial del cerdo ibérico debido a su relevancia en el mercado, “así como a su posible influencia en la discriminación dietética perseguida en el presente estudio”.