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El español Xavier Roura participa en la declaración internacional sobre trombocitopenia inmune en mascotas
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El español Xavier Roura participa en la declaración internacional sobre trombocitopenia inmune en mascotas

En la nueva declaración sobre el diagnóstico de trombocitopenia inmune en perros y gatos, se ha diseñado un algoritmo diagnóstico para la exclusión sistemática de otras causas de trombocitopenia
Xavier roura
Xavier Roura.

La trombocitopenia inmunitaria (PTI) es el trastorno hemostático primario adquirido más común en perros, y aunque es menos común, la PTI ocurre en gatos. La tasa de mortalidad de la PTI en perros y gatos oscila entre el 10 % y el 30 % y se produce una morbilidad sustancial relacionada con el tratamiento inmunosupresor.


Debido a que la PTI es potencialmente mortal y se trata con inmunosupresores potentes, el diagnóstico rápido y preciso de la enfermedad es fundamental. Actualmente, la PTI en perros y gatos es un diagnóstico de exclusión que carece de criterios diagnósticos definitivos. Existe una ambigüedad diagnóstica, lo que impide la adopción de pautas bien definidas para la PTI en humanos.


La falta de una prueba de diagnóstico para la PTI puede atribuirse a la naturaleza heterogénea de la PTI, con variabilidad entre pacientes en la patogénesis, el curso de la enfermedad y la respuesta al tratamiento.


La trombocitopenia inmunitaria puede ser espontánea (primaria o no asociativa) o inducida por un supuesto desencadenante (secundaria o asociativa). Se puede utilizar "primario" y "secundario" de acuerdo con la nomenclatura estándar en medicina humana. La patogénesis y presentación de la PTI secundaria varían según la causa subyacente, lo que resulta en heterogeneidad de la enfermedad. El tratamiento de la PTI secundaria tiene como objetivo eliminar los desencadenantes de la enfermedad, pero las causas que provocan la PTI en perros y gatos no se han revisado sistemáticamente. Se necesitan directrices para la investigación de posibles desencadenantes de PTI para mejorar la gestión de casos.


La presentación clínica de la PTI primaria también es variable, con una asociación limitada entre la gravedad de la trombocitopenia y los signos clínicos de hemorragia. Muchos perros y gatos permanecen subclínicos a pesar de la trombocitopenia grave, mientras que otros con recuentos de plaquetas similares experimentan hemorragias que ponen en peligro su vida. Se necesitan biomarcadores de la gravedad de la enfermedad para guiar el tratamiento individualizado.


Las declaraciones de consenso del Colegio Americano de Medicina Interna Veterinaria brindan a la comunidad veterinaria información actualizada sobre la fisiopatología, el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades animales clínicamente importantes.


En este sentido, en la nueva declaración sobre el diagnóstico de trombocitopenia inmune en perros y gatos, se ha diseñado un algoritmo diagnóstico para la exclusión sistemática de otras causas de trombocitopenia como ayuda esencial en el diagnóstico de PTI.


Basados en una revisión sistemática de la evidencia veterinaria disponible, los autores también han desarrollado directrices sobre la detección de comorbilidad en perros y gatos con PTI; y pruebas para informar el pronóstico y guiar la intensidad del tratamiento.


En la elaboración de estas directrices ha participado el veterinario español Xavier Roura, del Hospital Clínic Veterinari de la Universidad Autónoma de Barcelona. Roura es Licenciado en veterinaria por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), y doctor en medicina veterinaria por la misma universidad. También es Diplomado del European College of Veterinary Internal Medicine (especialidad en pequeños animales).


Para identificar los pasos de diagnóstico clave para la PTI y las comorbilidades importantes asociadas con la PTI secundaria, desarrollaron 12 preguntas en formato de Evaluación de la población/Resultados de comparación de exposición (PECO). Estas preguntas fueron abordadas por los evaluadores utilizando un conjunto de literatura de 287 artículos.


TROMBOCITOPENIA INMUNITARIA PRIMARIA Y SECUNDARIA


Los investigadores resumieron la información y crearon recomendaciones de guías que luego fueron integradas para ofrecer guías de diagnóstico y comorbilidad.


Las versiones finales del algoritmo delinean seis niveles de certeza diagnóstica para la PTI primaria: Posible, Posible con evidencia inmunológica, Probable, Probable con evidencia inmunológica, Diagnóstico y Diagnóstico con evidencia inmunológica.


Aunque “consideramos que la evidencia inmunológica como la identificación de inmunoglobulina asociada a la superficie de las plaquetas (PSAIG) o inmunoglobulina asociada a megacariocitos fortaleció el diagnóstico, se podría hacer un diagnóstico confirmatorio de PTI sin dichas pruebas”.


Para la PTI secundaria, los niveles de certeza diagnóstica incluyen Posible, Probable o Probable con evidencia inmunológica. “La coexistencia de más de un mecanismo de trombocitopenia en la PTI secundaria impide el diagnóstico definitivo de PTI en este contexto”, matizan.


DIRECTRICES PARA LA DETECCIÓN DE COMORBILIDAD EN PTI


Por otro lado, el documento también resume la evidencia de un papel causal de diversas comorbilidades en la PTI; y presenta pautas para el cribado de comorbilidades basadas en la evidencia científica. El trabajo presenta resúmenes y recomendaciones basadas en textos científicos para detectar las comorbilidades.


Los datos se pudieron calcular para 59 comorbilidades, entre las que se incluyeron infecciones como Ehrlichia spp o Leishmania spp. En general, “la evidencia sugiere que la infección por Leishmania infantum causa PTI en perros, han comentado a este respecto. Otros mecanismos además de la destrucción mediada por el sistema inmunológico “también contribuyen a la trombocitopenia en perros con leishmaniosis”.


Los perros con sospecha de PTI y otros signos de leishmaniosis que viven en áreas enzoóticas o con antecedentes de viajes a ellas, y las razas en riesgo en áreas no enzoóticas, deben ser examinados, por lo tanto, “para detectar leishmaniosis mediante microscopía, serología, PCR o alguna combinación de estas pruebas”.


Igualmente, “los perros con sospecha de PTI deben ser examinados específicamente para detectar infecciones por Ehrlichia spp., Babesia spp. y Anaplasma spp.”, añadieron.


En cuanto a los gatos, por ejemplo, comentan que “a todos los animales enfermos se les deben realizar pruebas para detectar la infección por el virus de la leucemia felina (FeLV) y el virus de la inmunodeficiencia felina (VIF)”.


Asimismo, “en gatos con sospecha de PTI que viven en áreas enzoóticas o con riesgo de exposición, se debe considerar la detección de A. phagocytophilum, Ehrlichia spp. y B. felis”. Aunque el papel de las infecciones en el desarrollo de la PTI no está claro, “en gatos trombocitopénicos con sospecha de PTI se justifica identificar estas infecciones”.


En resumen, los autores celebran la publicación de estas guías, pero comentan que “dada la falta de literatura disponible para responder muchas de las preguntas, se necesitan estudios basados en resultados adecuadamente diseñados que pregunten y respondan directamente estas preguntas para elaborar pautas más sólidas para el diagnóstico de PTI en perros y gatos”.

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