La creciente urbanización de los ecosistemas ha tenido un impacto significativo en la vida silvestre en los últimos años. Las especies que encuentran un suministro ilimitado de alimento y refugio en las zonas urbanas han prosperado bajo la presencia humana. Se han identificado aves silvestres como huéspedes amplificadores y reservorios de Campylobacter en todo el mundo, pero la información sobre su transmisión y epidemiología aún es limitada.
Así, un estudio realizado por los investigadores Aida Mencía y María Marín de la Facultad Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid; Francisco Javier García del Grupo de Estudio de la Medicina y Conservación de la Fauna Silvestre (GEMAS); Fernando González y Natalia Pastor del Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA); Iratxe Pérez del Laboratorio Central de Veterinaria de Algete; y Bárbara Martín de la Universidad Europea de Madrid, ha evaluado la prevalencia de Campylobacter en 137 aves urbanas admitidas en un centro de rescate de vida silvestre, y el 18,8 % de los individuos dieron positivo. C. jejuni fue la especie más frecuente (82,6 %), seguida de C. coli y C. lari (4,3 % cada una). El orden Passeriformes (33,3 %) presentó una presencia significativamente mayor de Campylobacter en comparación con los órdenes Columbiformes (0 %) y Ciconiiformes (17,6 %), así como en muestras recolectadas durante la temporada de verano (31,9 %), de especies omnívoras (36,8 %) y jóvenes (26,8%). A nivel mundial, Campylobacter mostró una notable resistencia a la ciprofloxacina (70,6 %), la tetraciclina (64,7 %) y el ácido nalidíxico (52,9 %).
En cambio, la resistencia a la estreptomicina fue baja (5,8 %) y todos los aislados mostraron susceptibilidad a la eritromicina y la gentamicina. "Los resultados subrayan la importancia de las aves urbanas como reservorios de Campylobacter termófilo resistente a los antimicrobianos y contribuyen a mejorar el conocimiento de su distribución en los ecosistemas urbanos y periurbanos", apuntan los autores.
"Aunque la prevalencia de Campylobacter fue baja, la tasa de aislamientos resistentes a los antimicrobianos es preocupante, por lo que se deberían incluir estudios similares en los programas de vigilancia de la resistencia a los antimicrobianos", subrayan.