La leptospirosis es una enfermedad causada por la bacteria leptospira, que puede estar presente en el suelo y en el agua estancada. Asimismo, los roedores y otros animales salvajes pueden transportar esta bacteria y transmitirla a través de la orina.
Emmanuelle Butty, profesora clínica asistente en la Facultad de Medicina Veterinaria de Cummings, a veces trata perros con leptospirosis, una infección que puede provocar insuficiencia renal e incluso la muerte. Según expresa, "es desgarrador ver estos casos", ya que durante los últimos 20 años ha estado disponible una vacuna eficaz contra la leptospirosis.
¿CÓMO SE TRANSMITE LA LEPTOSPIROSIS?
Tanto los humanos como los perros pueden enfermar de leptospirosis y, en este sentido, el resultado de la infección puede variar desde leve hasta mortalmente grave. La mayoría de los perros se infectan al beber agua de charcos o lagos, o al entrar en aguas estancadas cuando tienen una herida abierta. De hecho, "todo perro que tiene acceso al aire libre corre el riesgo de contraer leptospirosis", explica Butty.
Las personas, por otro lado, tienen más probabilidades de infectarse después de un desastre natural como un huracán o una inundación que dispersen el agua contaminados por todas partes.
Asimismo, los perros con una infección activa también pueden transmitir la enfermedad a otros perros en el hogar, por lo que Butty recomienda que los dueños de mascotas pregunten a su veterinario sobre el tratamiento con antibióticos preventivos si a una de las mascotas se le diagnostica leptospirosis.
Por otra parte, los dueños de mascotas infectadas también deben comunicarse con sus médicos de atención primaria. "Es una enfermedad zoonótica", advierte Butty y recalca que "se puede transmitir de animales a humanos".
DIÁLISIS PARA TRATAR LA INSUFICIENCIA RENAL
En cuanto a los síntomas, un perro con leptospirosis parecerá enfermo y letárgico. De hecho, puede vomitar, tener menos apetito o negarse a comer. Asimismo, puede parecer muy sediento e, incluso, sus ojos y piel pueden verse amarillos (un signo de ictericia). Pero debido a que los síntomas no son específicos, Butty advierte a la población que es necesario acudir al veterinario para obtener un diagnóstico oficial.
Muchos perros se recuperan con antibióticos, pero un subgrupo desarrollará complicaciones graves. De hecho, muchos órganos pueden verse afectados, siendo los riñones y el hígado los que encabezan la lista. A este respecto, los perros que experimentan insuficiencia renal completa a veces pueden salvarse sometiéndose a varias sesiones de diálisis, y es que asumir la función de los riñones puede mantener vivo al perro hasta que pueda recuperarse de la infección. "Si ganamos tiempo", señala Butty, "tenemos la posibilidad de que el cuerpo se recupere".
Sin embargo, la estrategia funciona para algunos perros, pero no para todos. Con respecto a esto, Butty ha publicado recientemente los resultados de un estudio que ella y sus colegas han realizado para comprender mejor con qué frecuencia la diálisis salva a estos perros, con el objetivo de ayudar a los dueños y veterinarios a tomar decisiones informadas sobre el tratamiento.
Concretamente, descubrió que de los 22 perros con leptospirosis que experimentaron insuficiencia renal y se sometieron a diálisis, 16 sobrevivieron. “Todos habrían muerto sin diálisis porque sus riñones estaban completamente dañados”, advierte la veterinaria, “pero casi el 75 % de ellos pudieron salir del hospital. Incluso si las cosas se ven realmente mal, hay muchas posibilidades de que podamos salvar a este animal”. Por otra parte, el estudio demostró que la supervivencia era menos probable si la infección afectaba a múltiples sistemas de órganos.
En este sentido, Butty recuerda que incluso los perros que no requieren diálisis pueden tener problemas de salud crónicos después de una infección por leptospirosis. "Es triste cuando los perros tienen una enfermedad renal crónica al año o los dos años de edad” comenta antes de advertir que "su esperanza de vida se reducirá significativamente".
CÓMO PREVENIR LA LEPTOSPIROSIS
La vacuna contra la leptospirosis es la forma más sencilla de proteger a los perros de la infección, pero muchos perros no la reciben. Sin embargo, a Butty le gustaría cambiar este hecho: "Tenemos una buena manera de prevenir la enfermedad y prevenir los casos más graves de la misma, y esa es la vacuna".
La vacuna contra la leptospirosis consiste en una serie inicial de dos inyecciones espaciadas con 4 semanas de diferencia, que se puede iniciar en cachorros a las 12 semanas de edad, seguida de inyecciones de refuerzo anuales. En este sentido, la investigadora recuerda que el momento de los refuerzos anuales es importante: “Si la dosis de refuerzo no llega a tiempo, ya no se les considera vacunados y hay que reiniciarlos con las dos primeras dosis”. Por tanto, "los propietarios deben estar al tanto de esto y concertar una cita con el veterinario antes de la fecha prevista". Asimismo, recuerda que estas pautas son parte de la declaración de consenso actualizada sobre leptospirosis en perros publicada en 2023.
Por otra parte, la investigadora explica que los perros pueden sentirse un poco mal durante uno o dos días después de la vacuna, pero las reacciones graves son extremadamente raras. “Prefiero la reacción a la vacuna en cualquier momento antes que terminar en diálisis debido a una insuficiencia renal completa”, comentaba Butty antes de rematar que "los perros necesitan ser vacunados".