Siguiendo su compromiso con la salud y el bienestar de los pacientes, clientes y socios, Boehringer Ingelheim ha presentado, junto a la UNED, los resultados del estudio sobre los factores estresores de la profesión veterinaria en España. Todo ello con el afán de poner sobre la mesa la salud mental del veterinario para visibilizar, sensibilizar, fomentar el autocuidado e incitar cambios en el ecosistema.
La cita ha tenido lugar hoy, 22 de marzo, en la Facultad de Educación de la UNED. Más concretamente, la presentación del estudio, titulado "La salud mental en la profesión veterinaria", ha comenzado con la participación de Rosa María Martín Aranda, vicerrectora de la UNED, y Elena Gratacós, directora Gerente del área de Salud Animal en Boehringer Ingelheim Animal Health España.
Martín Aranda ha celebrado este estudio de gran importancia y ha agradecido a Boehringer Ingelheim y al equipo de investigación que dirige Amparo Osca, profesora titular de la UNED. Seguidamente, Gratacós ha tomado el turno de palabra, quien ha lamentado que aún no se aborda este tema con la profundidad que se debería, pero que sí es muy importante para Boehringer. “Somos una compañía que somos referente en el sector y que intenta trabajar lo más cerca posible de la profesión veterinaria”, ha señalado. Con respecto a este estudio, ha expuesto que, actualmente, los niveles de estrés van creciendo: “Somos conscientes de que este es un tema propio de la sociedad en general, pero hay determinadas profesiones de alta demanda, como la Veterinaria, que están siendo afectadas de manera más sensible”.
Asimismo, Lorena Millán, psicóloga y veterinaria responsable del Departamento de Diagnóstico por Imagen del Hospital Clínico de la Facultad de Veterinaria de la ULE, ha presentado la ponencia "Visibilizando el estrés laboral en la profesión veterinaria, origen del estudio". “Esta profesión es de un alto grado de estrés”, ha señalado tras hacer una panorámica sobre sus primeras inquietudes acerca de este fenómeno que afecta especialmente a la Veterinaria. Asimismo, sobre el origen de este estudio, ha recalcado que “tras realizar el TFG, fue cuando volví a contactar con Amparo, quien había sido la tutora del trabajo, y contactamos con Boehringer”.
Posteriormente, Millán ha entrado en detalles acerca de las fuentes de estrés en la profesión. “En general, una gran mayoría somos veterinarios autónomos; esto hace que la carga de trabajo sea muy extensa”, ha recalcado sobre una de las cuestiones que afectan a la profesión. Asimismo, ha explicado que, además de muchas horas de trabajo, no hay tiempo para recuperarte emocionalmente ante ciertos casos. También ha recalcado el tema de la conciliación laboral con la maternidad: “Yo que soy madre, la conciliación, aunque ahora ha mejorado, he tenido dificultades para organizarme”.
Además, ha señalado otras preocupaciones, como el tema de la disponibilidad fuera del trabajo y las horas de urgencia; la falta de comprensión de algunos clientes; o el hecho de “trabajar solo”, que sucede en muchas clínicas veterinarias, y “al final llegas a casa con una carga muy importante”. Otro de los problemas es que “tenemos una exposición a la muerte muy frecuente”, ya que los animales tienen una esperanza de vida mucho menor. Por otra parte, sigue habiendo un “trato negligente y abuso” de los animales, “que nos afectan especialmente”. Finalmente, como mensaje hacia la profesión, ha comunicado que “todos pasamos por cosas muy parecidas y hay que empezar a hablar de ello para apoyarnos los unos a los otros”.
En cuanto a los resultados de las entrevistas para el estudio, Millán ha señalado que los veterinarios de grandes animales que tenían que hacer largos traslados tenían estresores muy similares a los veterinarios de pequeños animales debido a sus largas jornadas. “No eran exactamente los mismos estresores, pero estaban bastante afectados”.
Por su parte, Amparo Osca ha presentado la Metodología y resultados del estudio. Para iniciar su participación, ha comentado que “tenemos que estar agradecidos a todos los veterinarios y veterinarias que han participado en el estudio, no solo por la información, sino también porque tuvieron que rememorar situaciones muy duras”.
En este marco, ha recordado que la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo señala unos riesgos psicosociales emergentes, como la “carga emocional”. La particularidad de la medicina Veterinaria, ha recalcado Osca, es que hay un elemento en esta carga, que es la mascota, que es fundamental para la familia: “Eso genera una carga emocional en la interacción con el dueño de la mascota; hace que sea más difícil porque el animal es indefenso, por lo que los dueños sienten la necesidad de protegerlos más”. También ha señalado lo complejo que es recuperarse de la fatiga emocional.
Hay que recalcar que el estudio es de gran notoriedad por el tamaño de las muestras, porque incluye dos estudios y por las diferentes variables analizadas. Acerca del método para realizar el estudio, Osca ha subrayado que “este cuestionario es específico para veterinarios”.
En cuanto a los resultados, ha concretado que más del 60 % de los encuestados se sienten mentalmente agotados. En este sentido, “si somos capaces de identificar las fuentes de estrés, podemos prevenirlos”, ha señalado sobre la importancia de anticiparse a los síntomas. En cuanto a las fuentes de estrés, se encuentra la sobrecarga de trabajo, el conflicto familia-trabajo, las demandas emocionales, los factores organizacionales, los problemas de urgencias y los problemas de los veterinarios autónomos.
Un dato preocupante es que un 91,2 % de los entrevistados ha señalado que se siente triste cuando falla en algo relacionado con el trabajo. “Se nos queman los mejores”, ha advertido Osca acerca del hecho de que, precisamente, los más implicados son los que se queman antes. Asimismo, ha recalcado que los grupos más susceptibles para sufrir estrés son las mujeres, los más jóvenes, los autónomos y los profesionales que atienden a pequeños animales.
Para finalizar, ha advertido de la necesidad de trabajar en la concienciación y realizar programas de prevención, como campañas informativas o formación. De igual manera, es importante poner el foco en los veterinarios susceptibles de sufrir problemas y en los profesionales con síntomas graves que necesitan la intervención de expertos en salud mental.
Asimismo, Osca ha comunicado que se van a realizar tres talleres, vinculados con los resultados de los estudios, de la mano de Purificación Sierra, Marta Isabel Díaz García y la propia Amparo Osca. Cabe destacar que se desarrollarán en los meses de abril, mayo y junio.
Tras una pausa, ha habido más ponencias. Primeramente, de la mano de Núria Tabares, veterinaria y experta en coaching y neuromárqueting, quien ha disertado sobre las “estrategias de supervivencia” a la hora de manejar el burnout veterinario. Concretamente, ha puesto como ejemplo el caso de Enrique, un veterinario que padece este síndrome. Posteriormente, Jaime López Reyero, vicepresidente de CEVE España, ha señalado que “nosotros representamos a un sector productivo donde los veterinarios trabajan”, haciendo referencia a la confederación, y ha señalado que una de las cargas mayores del sector es la gran cantidad de autónomos.
Por su parte, Natividad Pérez Villalobos, vicedecana la Facultad de Veterinaria de Veterinaria en Universidad Europea de Madrid, ha dedicado su intervención al tratamiento de burnout desde el plan de estudios y ha señalado algunas causas abordables de este síndrome desde la universidad. Finalmente, Manel López Béjar, decano de la Facultad de Veterinaria de la UAB, ha hablado sobre el perfil de los futuros graduados en Veterinaria. Concretamente, entre los retos que se enfrentan, se encuentran la revaloración de la profesión, la formación continua, el estrés y el ámbito laboral. Igualmente, ha destacado el problema de la migración de los graduados y el salario.