Cada 8 de marzo tiene lugar el Día Internacional de la Mujer, fecha en la que se conmemoran los derechos conquistados, se revindica la igualdad real y se recuerda el papel clave de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad.
En el sector veterinario, la mujer tiene un papel fundamental, ya que en los últimos años se ha venido produciendo un significativo cambio de perfil del alumnado que cursa estudios de Veterinaria, afectando en igual medida a la composición demográfica de la profesión a medida que los egresados se incorporan al mercado laboral. Así, se ha pasado de una estructura laboral mayoritariamente masculina a un perfil eminentemente femenino.
En 2023, las mujeres constituyen ya el 77,50 % de las personas matriculadas en Veterinaria en España, conformando, además, según datos del año precedente recogidos por el último informe de CEVE, el 77,54 % de personas egresadas y el 69,70 % de profesionales colegiados menores de 45 años.
Si bien, a pesar de la feminización del sector, diversos estudios recientes han demostrado que siguen existiendo diferencias entre hombres y mujeres, algo que se agrava por la dificultad que sufren las mujeres para poder conciliar su vida personal con su carrera laboral.
Recientemente, Flavie Vial y Alejandra Capozzo, de la Agencia de Sanidad Animal y Vegetal del Reino Unido, y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, respectivamente, publicaron un artículo repasando el papel de las mujeres en la veterinaria a nivel global. En el texto, explicaban que, tras la graduación, “existen pruebas claras de que las diferencias de género persisten en la remuneración y el logro de puestos de responsabilidad y liderazgo”.
Asimismo, según Vial y Capozzo, el avance y la posición de las mujeres en la medicina veterinaria académica pueden estar influenciados, en parte, “por diferencias pronunciadas de género en la autoría de artículos de investigación veterinaria”. Las mujeres, comentan, tienen menos probabilidades de ser autoras principales de un artículo de investigación y están significativamente subrepresentadas en algunos campos, como la investigación quirúrgica y con animales de producción.
Elena Carretón, veterinaria e investigadora, explicaba en una entrevista de hace unos años, la dificultad que sufren las mujeres en sus trabajos, “son muchos los retos a los que se tiene que enfrentar la mujer veterinaria en su día a día”. “El porcentaje de mujeres que se gradúan en esta profesión supera al de los hombres, pero es en la etapa predoctoral y postdoctoral en la que hay una gran criba y dónde el número de mujeres se ve reducido enormemente afectando a la carrera de investigación. La mitad de las mujeres se dedican a la docencia de este ámbito, dato que podría ser positivo, hasta que se mira la escala del profesorado, en la que los puestos más precarios son ocupados por mujeres y los cargos más estables y de toma de decisión por los hombres”, declaraba.
Carretón agregaba que “las mujeres son evaluadas con mayor dureza que los hombres, quienes son protagonistas y ocupan más portadas en los medios de comunicación cuando se habla de ciencias o de investigación y a quienes invitan para formar parte de comités científicos de cualquier naturaleza”.
Este problema también se denota entre la representación académica del profesorado. Consuelo Serres, decana de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense, comentaba que “las mujeres académicas representan el 53 % del total de profesores, cuando, sin embargo, llevamos unos 30 años con el 70 % o más de estudiantes que son mujeres”.
Y es que, aún con el claro proceso de feminización que está experimentando la Veterinaria, el personal docente e investigador de las áreas de conocimiento propias de esta carrera universitaria no termina de alinearse con esta tendencia.
SALARIOS Y PUESTOS DE MANDO
Según apunta la última Encuesta de la Profesión Veterinaria de la Federación de Veterinarios de Europa (FVE), las veterinarias dominan todos los sectores laborales en comparación con los varones. Si bien el estudio aclara que "los veterinarios son más propensos a ser propietarios o socios que sus homólogas femeninas (29 % frente a 20 %)".
Respecto a las diferencias salariales, el último informe de la FVE resalta que las desigualdades son evidentes entre géneros hablando de tiempo completo. “El salario medio para un veterinario hombre es de 55.360 € y de 46.400 € para una mujer. El 35 % de los veterinarios ganan más de 70.000 €, frente al 22 % de las veterinarias. Del mismo modo, hay más mujeres que ganan 40.000 euros o menos que los varones: 41 % frente a 34 %”.
Otro punto interesante está relacionado con la diferencia salarial entre hombres y mujeres en el ámbito educativo y público. En la “universidad nos diferencia el no poder seguir a la misma velocidad la progresión académica o investigadora” por motivos como las bajas maternales, ejemplificaba Consuelo Serres. Con esto, la decana se refería a que las mujeres llegan más tarde a conseguir los complementos de los sexenios.
La catedrática de Genética de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza y del Instituto Agroalimentario de Aragón IA2, Inma Martín Burriel, declaraba que hay una brecha importante en el periodo postdoctoral. "Estás cerca de los 30 años y tienes que dejar familia o pareja para continuar tu carrera investigadora. He visto investigadores hombres que han pasado etapas llevando consigo a sus parejas (investigadoras o no), pero no conozco el caso de ninguna mujer, aunque espero que las haya. Se están haciendo avances teniendo en cuenta los periodos de baja maternal o excedencia para que no sean contabilizados en la producción científica, pero la maternidad es mucho más que eso. Se necesita una igualdad total en hombres y mujeres, tanto en lo profesional como en lo familiar, para que podamos romper el famoso techo de cristal”.
Todavía queda mucho camino por recorrer para que dejen de existir estas diferencias entre los profesionales del sector veterinario y todos tengan las mismas posibilidades de alcanzar sus objetivos.