El Gobierno de Francia ha comunicado que los veterinarios velarán por la salud y el bienestar de los caballos en los Juegos Olímpicos de París 2024. Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos acogerán a unos 350 caballos para los eventos deportivos ecuestres, que tienen tres disciplinas: doma, salto de espectáculos y la competición completa de equitación.
“Previo a los Juegos, el ministerio participa en un comité de bienestar animal con el Instituto Francés del Caballo y la Equitación, además de con numerosos expertos. Hace recomendaciones sobre diversos ámbitos: alojamiento, transporte, alimentación animal, etc.”, señala Marie Grandcollot-Chabot, representante del sector equino en el Ministerio de Agricultura y Soberanía Alimentaria francés.
Según recuerdan desde el Gobierno galo, las tareas de esta institución son, por una parte, garantizar el respeto de la salud y el bienestar de los caballos durante su transporte y durante toda la duración de las competiciones y, por otro, impedir cualquier introducción o difusión de enfermedades animales en el territorio.
Los veterinarios, asimismo, “vigilarán el cumplimiento de los requisitos reglamentarios para la salud animal (enfermedades alimenticias, normas de bioseguridad, limpieza y desinfección de vehículos de transporte, gestión del estiércol, etc.) y bienestar animal (transporte, refugio, alimentación, riego, tratamiento, etc.)”. Asimismo, un equipo de veterinarios experimentados estará listo para intervenir si es necesaria la atención: en Versalles habrá una clínica veterinaria temporal para administrar los primeros auxilios, así como una clínica de remisión si se quieren considerar intervenciones más intensas.
Por otra parte, las tareas del Gobierno no solo se limitarán a proteger la salud y el bienestar de los équidos en competencia, sino que también consistirán en garantizar la salud de la población equina francesa y de las personas en contacto con ella, a través de un enfoque “Una sola salud”. Esto deberá impedir la introducción y propagación en el territorio de enfermedades de origen animal, y potencialmente transmisibles al hombre, recalcan.