AxSí denuncia que haya colegios San Fernando pendientes aún del mantenimiento de las zonas verdes - San Fernando - Noticias, última hora, vídeos y fotos de San Fernando Ver
Sugieren restringir el acceso de ciertas razas de perros a piscinas con cloro ante el posible riesgo de cáncer
EDICIÓN

Sugieren restringir el acceso de ciertas razas de perros a piscinas con cloro ante el posible riesgo de cáncer

Encontraron asociaciones significativas entre el carcinoma de células uroteliales canina y el uso de piscinas y mayores concentraciones de subproductos de cloración en el agua potable municipal
Piscina perro
Utilizaron las respuestas de los propietarios a un cuestionario sobre el entorno del hogar.

El carcinoma de células uroteliales (CCU) en perros es un cáncer invasivo que puede provocar hematuria, disuria y obstrucción urinaria. El tratamiento suele provocar recaídas y la enfermedad tiene una alta tasa de mortalidad en perros. 


Las causas subyacentes del cáncer de vejiga en perros no se comprenden completamente. Ciertas razas, como los terriers escoceses, tienen un alto riesgo de padecer CCU, pero el riesgo de la raza puede verse modificado por factores ambientales, como los vegetales de hojas verdes reportados en la dieta (menor riesgo) o la exposición a herbicidas. Se han medido las exposiciones de los perros domésticos a una variedad de sustancias químicas ambientales, pero la importancia toxicológica de estas exposiciones no está clara.


Por otro lado, las altas concentraciones de arsénico inorgánico en el agua subterránea se han relacionado con grupos de CCU humano, al igual que los subproductos de la cloración en el agua del grifo. Las concentraciones de arsénico en orina son significativamente más altas en pacientes humanos con carcinoma de células uroteliales en comparación con los controles, pero esto no se ha evaluado en perros.


La acroleína también es un carcinógeno urotelial conocido y se encuentra en la contaminación del aire interior, el humo del tabaco y algunos alimentos tratados térmicamente. Además, los herbicidas fenoxi están asociados epidemiológicamente con el CCU en aplicadores de pesticidas y en perros domésticos, pero no se han medido exposiciones urinarias directas en perros con carcinoma de células uroteliales.


Ante este panorama, unos investigadores de EEUU han planteado la hipótesis de que la exposición a sustancias químicas ambientales en el hogar contribuye al riesgo de CCU en perros. También supusieron que estas exposiciones a sustancias químicas ambientales podrían ser compartidas por los dueños de perros que viven en los mismos hogares.


Para comprobarlo, realizaron un trabajo con el objetivo principal de comparar la exposición urinaria al arsénico inorgánico, la acroleína y el herbicida fenoxi 2,4-D en perros con CCU vesical o uretral con aquellos en perros de control no afectados. Otro dato que estudiaron fue la relación entre las concentraciones químicas urinarias medidas y las posibles fuentes de exposición.


MEDICIÓN DE DISTINTAS SUSTANCIAS QUÍMICAS


Para realizar la investigación, utilizaron las respuestas de los propietarios a un cuestionario sobre el entorno del hogar; mediciones directas de arsénico en el agua del grifo y el polvo doméstico, acroleína en el aire interior y cotinina urinaria (un marcador del humo de segunda mano); y datos disponibles públicamente sobre los subproductos de la cloración en el agua potable municipal.


Uno de los objetivos finales fue determinar si las exposiciones más altas a sustancias químicas urinarias en perros se correlacionaban con exposiciones más altas a sustancias químicas urinarias en propietarios que compartían el mismo hogar.


El estudio incluyó 37 perros con carcinoma de células uroteliales y 37 perros de control no afectados de la misma raza, sexo y edad. Los dueños de los perros completaron un cuestionario ambiental y se recolectaron y analizaron muestras domésticas para detectar arsénico (en el agua del grifo y el polvo ambiental) y acroleína (en el aire ambiental). 


Los autores analizaron muestras de orina de perros con CCU, perros de control y propietarios que dieron su consentimiento para detectar especies de arsénico inorgánico, el metabolito de acroleína 3-HPMA y el herbicida fenoxi 2,4-D. Además, compararon los datos públicos sobre los subproductos de la cloración (trihalometanos totales) en el agua potable municipal entre los hogares de casos y de control. Los trihalometanos totales (TTHM) son subproductos de la cloración que se encuentran en el agua potable y que se han asociado con el CCU en personas.


RIESGOS DE NADAR EN LA PISCINA


Según recoge el trabajo, los perros con carcinoma de células uroteliales tenían significativamente más probabilidades (15,2 %) de nadar en una piscina (que puede contener subproductos de la cloración) en comparación con los perros de control, de los cuales ninguno nadaba en una piscina


Los perros con carcinoma de células uroteliales tuvieron concentraciones de subproductos de cloración (TTHM) en el agua municipal reportadas más de 4 veces mayores (mediana 28,0 ppb) en comparación con los perros de control (mediana 6,9 ppb).


Asimismo, las concentraciones de arsénico en el polvo fueron inesperadamente más bajas en los hogares con animales enfermos en comparación con los hogares de control. Igualmente, las concentraciones urinarias totales de arsénico inorgánico (iAs) no fueron significativamente mayores en los casos de CCU en comparación con los controles. De acuerdo con estos hallazgos, las concentraciones totales de arsénico en el agua potable de los hogares no difirieron entre los hogares de casos y de control. En cuanto al estudio del resto de compuestos, comentaron que “no fueron significativamente diferentes entre los grupos”.


De igual modo, hallaron "asociaciones significativas entre la CCU canina y el uso de piscinas y mayores concentraciones de subproductos de cloración (TTHM) en el agua potable municipal”. Estos hallazgos son consistentes con estudios de CCU en personas y “pueden representar factores de riesgo causales”.


Por ello, “respaldarían la recomendación de que los dueños de razas de perros con mayor riesgo de padecer CCU, como los terriers escoceses, los Shetland Sheepdog y los West Highland white terrier, restrinjan el acceso de sus perros a piscinas con cloro y, lo más importante, consideren instalar unidades de filtración de agua internas que están clasificadas para eliminar trihalometanos”.

Archivo