Las carroñas de los animales domésticos disponibles en el campo son fundamentales como alimento para las aves carroñeras. Sin embargo, también son su principal fuente de exposición a fármacos de uso veterinario, algo que podría comprometer su supervivencia. Un ejemplo lo encontramos en los fármacos barbitúricos, utilizados para la eutanasia de los animales domésticos.
Estudios liderados por el Grupo de Investigación en Toxicología de Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM) han demostrado que los barbitúricos causan intoxicaciones letales en diferentes especies de aves y mamíferos carroñeros obligatorios y facultativos cuando se alimentan de esos animales eutanasiados, siendo los buitres los más afectados. Estos científicos también detectaron el primer caso de mortalidad en quebrantahuesos asociado a una intoxicación por pentobarbital, poniendo de manifiesto el riesgo que suponen los cadáveres de animales domésticos eutanasiados con fármacos barbitúricos como el pentobarbital para la conservación de las aves carroñeras, incluido el quebrantahuesos, considerado en peligro de extinción en Europa.
La transferencia de la ciencia realizada por el IREC en este ámbito ha motivado recientemente la recomendación de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) de no permitir que los cadáveres de animales “eutanasiados” sean accesibles a la fauna silvestre y los animales domésticos. Dicha recomendación, que está especialmente dirigida a los profesionales veterinarios, a los responsables de los animales sometidos a eutanasia y al público en general, hace referencia de forma específica al pentobarbital sódico, un principio activo indicado para uso en animales de producción y/o de compañía que está presente en algunos medicamentos veterinarios autorizados utilizados para la eutanasia de animales en la Unión Europea.
La importancia de no permitir que los cadáveres de los animales sometidos a eutanasia sean accesibles a la fauna silvestre radica en la necesidad de evitar el riesgo de intoxicación secundaria y posible muerte de las aves carroñeras y otras especies que pudieran alimentarse de carroña por la exposición a medicamentos veterinarios que contienen pentobarbital sódico. Así lo han acordado los Estados miembros en la última reunión del Grupo de Trabajo de Farmacovigilancia Veterinaria de la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
En la nota informativa de la AEMPS se insta a asociaciones veterinarias, instituciones involucradas en la protección de la fauna silvestre y expertos ambientales a informar cuanto antes a la propia AEMPS (a través de NotificaVET) o al titular de la autorización de comercialización del medicamento de cualquier acontecimiento adverso observado en la fauna silvestre o en los animales domésticos que sea sospechoso de estar asociado a la ingestión de carne procedente de animales sometidos a eutanasia con fármacos barbitúricos.
Este es un claro ejemplo de cómo la transferencia de la ciencia ha permitido que los avances científicos en el ámbito de la Ecotoxicología sean accesibles a los usuarios, resultando esencial para la conservación de la biodiversidad al proporcionar el conocimiento necesario para comprender, abordar y mitigar, por parte de las entidades competentes, una de las amenazas que enfrenta la fauna silvestre de hábitos alimenticios carroñeros.