El bazo es el órgano linfoide más grande del cuerpo ubicado en el abdomen craneal izquierdo y responsable del filtrado de la sangre y la inmunidad, entre otras funciones. Las anomalías congénitas del bazo son raras en animales e incluyen duplicaciones, ausencia del bazo (asplenia/aplasia) o de su desarrollo (hipoplasia), desplazamientos (ectopia), fisuras y presencia de uno o más bazos accesorios.
Los bazos accesorios son focos de tejido esplénico sano que se encuentran separados del cuerpo principal del bazo debido a la falla de la fusión del anillo esplénico. Los bazos accesorios suelen ser pocos y comúnmente se ubican en o cerca del hilio esplénico, el ligamento gastroesplénico y la cola del páncreas. La descripción del bazo accesorio intrapancreático (IPAS) es un fenómeno frecuente en humanos que no presenta importancia clínica. Sin embargo, la aparición de IPAS en animales está poco documentada en la literatura, con solo unos pocos casos descritos.
A simple vista, los IPAS aparecen como nódulos redondos firmes, bien delimitados, de color marrón a rojo oscuro, y se pueden encontrar tanto en el lóbulo derecho como en el izquierdo del páncreas. Microscópicamente, los IPAS son estructuralmente idénticos al bazo normal, y consisten en pulpa roja y blanca, pero la presencia de pulpas blancas deficientes o mal formadas y la ausencia de estructuras trabeculares se han descrito previamente en bazos accesorios humanos. Por lo tanto, la presencia de bazos accesorios plantea un desafío diagnóstico, que requiere diferenciarlos de otras alteraciones como hemorragia, hematoma, ganglio, fusión esplenopancreática y tumores endocrinos o vasculares.
Estudios anteriores han demostrado que los bazos accesorios pueden crecer bajo ciertos estímulos. Así, una mayor frecuencia de bazos accesorios se ha asociado con ciertas enfermedades hematológicas hereditarias en humanos, pero también se ha observado en conejos una asociación entre la anemia hemolítica inducida y los bazos accesorios. Varias enfermedades, como el linfoma, la leucemia y la hemosiderosis, también pueden afectar al IPAS en la misma medida que al bazo. Además, se ha demostrado que tanto el bazo como el tejido esplénico ectópico sufren las mismas alteraciones.
Asimismo, las lesiones pancreáticas causadas por la peste porcina africana en cerdos tienen una apariencia similar al IPAS, por lo que podrían diagnosticarse erróneamente durante estudios experimentales o de campo.
LESIONES CAUSADAS POR EL VIRUS DE LA PPA
La peste porcina africana (PPA) es una enfermedad hemorrágica letal, de declaración obligatoria a la Organización Mundial de Sanidad Animal (WOAH). Afecta a los cerdos domésticos y al jabalí (Sus scrofa), y el agente causante es un virus de ADN grande, complejo y de doble cadena, y es el único miembro de la familia Asfarviridae del género Asfivirus.
El virus de la peste porcina africana induce la formación de lesiones hemorrágicas y necróticas en la superficie del páncreas. Estas lesiones tienen una apariencia similar al IPAS. Por tanto, la evaluación histológica e inmunohistoquímica es fundamental para diferenciar el origen de las lesiones.
Un trabajo realizado por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y del Centro de Investigación en Sanidad Animal ha explorado la relación entre la PPA y el bazo accesorio intrapancreático.
El objetivo del trabajo fue caracterizar los casos sospechosos de IPAS en jabalí mediante estudio macroscópico, histológico e inmunohistoquímico, realizando un estudio de diagnóstico diferencial. Además, asociar su formación y reactividad con la presencia de del virus mediante la detección inmunohistoquímica de la proteína viral VP72.
Según el conocimiento de los autores, este es el primer informe que describe la presencia de IPAS en jabalíes y asociado con la infección por PPA.
ESTIMULO DEL TEJIDO ESPLÉNICO
Para realizar la investigación, se obtuvieron 11 casos sospechosos de IPAS en lechones de jabalí de 3 a 4 meses de edad. Siete de los 11 animales fueron inmunizados con un aislado de baja virulencia del virus de la peste porcina africana (ASFV) y posteriormente se expusieron a un aislado de PPA altamente virulento (grupo LVI-HVI).
Los cuatro animales restantes fueron infectados exclusivamente con un aislado altamente virulento de ASFV (grupo HVI). Macroscópicamente, las lesiones comprendían áreas rojizas focales o multifocales de forma variable, ubicadas en la superficie de la cola pancreática o dentro del parénquima.
Los estudios histológicos e inmunohistoquímicos confirmaron la presencia de IPAS en ocho de los 11 casos. IPAS compartió la misma estructura histológica y alteraciones que las observadas en el bazo original. El estudio inmunohistoquímico frente al virus de la PPA reveló la presencia de células VP72+ tanto en el bazo como en IPAS de siete de los ocho lechones.
Los resultados de este estudio, comentan los autores, describen por primera vez la presencia de IPAS en la infección por PPA del jabalí independientemente del aislado y sugieren que la infección “puede inducir el desarrollo de tejido esplénico ectópico debido a una mayor demanda de células fagocíticas del sistema reticuloendotelial”.
“La presencia de bazos accesorios en la infección crónica por PPA en jabalíes sugiere que el virus podría estimular el desarrollo y la alteración de este tejido esplénico ectópico congénito con función inmune”, comentan.
Sin embargo, “se necesitan más estudios para comprender los mecanismos inmunológicos que desencadenan la formación de estos órganos accesorios”.