La enfermedad de Chagas es causada por el parasito Trypanosoma cruzi, cuya infección se transmite principalmente a través del Triatoma infestans y otros triatominos, insectos vulgarmente conocidos como vinchuca, que se alimentan de la sangre de mamíferos silvestres, domésticos y seres humanos.
Además de la vía vectorial, la infección también puede trasmitirse mediante donaciones de sangre y órganos, al igual que de madres a hijos (vía congénita) y a través de la ingesta de alimentos contaminados por el parásito.
En la actualidad se calcula que entre 7 y 10 millones de personas en el mundo están infectadas por T. cruzi, la gran mayoría de las cuales se concentra en zonas endémicas de veintiún países de América Latina.
La principal estrategia para interrumpir la transmisión de T. cruzi es evitar el contacto de las poblaciones de los vectores, es decir, los triatominos, con los humanos.
En este marco, los volátiles de los aceites esenciales comerciales son excelentes candidatos para servir como repelentes de vinchucas. Y es que un reciente estudio realizado en México ha utilizado un dispositivo de exposición para evaluar el efecto de repelencia de ocho aceites esenciales comerciales sobre Triatoma pallidipennis. Los aceites más eficaces se mezclaron y evaluaron contra T. infestans, T. pallidipennis y Rhodnius prolixus. La mezcla también se evaluó en T. pallidipennis parasitado.
Posteriormente, los datos se compararon con el repelente comercial NN-dietil-3-metilbenzamida. Además, registraron el tiempo que los insectos pasaron en la proximidad del huésped y determinaron si alguno de los aceites evaluados sirvió como repelente de vinchucas.
“Encontramos aceites esenciales comerciales y una mezcla que redujo significativamente el tiempo de permanencia en la proximidad del huésped”, han celebrado los autores, añadiendo que “la mezcla fue eficaz para ser utilizada tanto por hombres como por mujeres, repeliendo insectos infectados y no infectados”.
El estudio de los aceites esenciales como repelentes de insectos hematófagos vectores de enfermedades “podría arrojar luz sobre el desarrollo de nuevas estrategias de control”, concluyen.