En gatos renales, la dieta “se está introduciendo de forma indiscriminada y sin respetar la transición”

La enfermedad renal crónica (ERC) se ha considerado uno de los trastornos metabólicos más comúnmente diagnosticados en la medicina felina, particularmente en gatos de mediana edad y mayores, con una prevalencia general estimada en el rango de 1,2 a 50 %, según las diferentes poblaciones de gatos.

Se ha reportado un impacto clínico importante en esta especie doméstica dada la alta morbilidad y mortalidad asociada con esta enfermedad, que tiende a aumentar con la edad.

El diagnóstico de ERC se puede lograr mediante la combinación de hallazgos clínicos y de laboratorio compatibles con deterioro de la función renal: aumento de las concentraciones séricas de creatinina y/o dimetilarginina simétrica (SDMA); una gravedad específica de la orina (USG) inapropiadamente baja; hallazgos ecográficos sugestivos, como pérdida de la distinción corticomedular; y/o signos clínicos compatibles con la enfermedad, tales como anorexia, pérdida de peso y poliuria/polidipsia.

En cuanto a los dos biomarcadores séricos (creatinina y SDMA), ambos se asocian con la tasa de filtración glomerular (TFG), pero difieren en su sensibilidad. La SDMA aumenta cuando hay en promedio aproximadamente un 40 % de disminución en la TFG, mientras que la creatinina muestra un aumento sólo cuando este porcentaje de reducción ya es del 75 %. Por lo tanto, la SDMA se ha considerado un biomarcador renal más sensible, lo que permite una detección más temprana de la ERC en la población felina.

Una vez establecido el diagnóstico, el médico debe realizar la estadificación y subestadificación de la enfermedad. Según las directrices de la Sociedad Internacional de Interés Renal (IRIS), la ERC felina debe estadificarse según las concentraciones séricas de creatinina y/o SDMA en ayunas medidas en un paciente estable y bien hidratado. Posteriormente, la subestadificación se puede realizar con base en la evaluación de la proteinuria, considerando la relación proteína-creatinina urinaria (UPCR), idealmente evaluada en al menos dos muestras de orina obtenidas con al menos 2 semanas de diferencia, y la medición de la presión arterial sistólica ( PAS).

DIETA Y MEDICAMENTOS

Se deben implementar estrategias terapéuticas y de manejo basadas en el estadio y subestadio de la enfermedad para retrasar la progresión de la enfermedad, preservar la función renal remanente, controlar los signos clínicos y garantizar la calidad de vida del paciente.

La intervención dietética y la hidratación optimizada son las piedras angulares del tratamiento de la ERC. Sin embargo, las secuelas clínicas de la ERC son comunes en estos pacientes, incluyendo proteinuria, hipertensión, hiperfosfatemia como parte de la ERC (trastorno mineral y óseo), anemia y acidosis metabólica. Por lo tanto, normalmente se requiere un enfoque de gestión cuidadosamente planificado y ajustado periódicamente.

Esto debe individualizarse para cada gato diagnosticado con ERC y puede incluir uno o más de los diferentes productos/fármacos, cada uno con un objetivo terapéutico específico, comp antieméticos y estimulantes del apetito para aliviar los signos clínicos; suplementos de potasio y quelantes de fosfato para corregir los trastornos electrolíticos; inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA).

Además, cabe señalar que el manejo de la ERC felina puede ser un desafío, ya que el éxito terapéutico depende del cumplimiento del propietario y del paciente, que en estos casos puede ser limitado.

Recientemente, un estudio basado en cuestionarios ha logrado caracterizar el manejo clínico de la ERC felina por parte de los veterinarios en Portugal, particularmente en lo que respecta a su diagnóstico, tratamiento y seguimiento.

ENTRE 2 Y 5 CASOS DE ENFERMEDAD RENAL AL MES

Un total de 409 veterinarios respondieron al cuestionario, y aproximadamente la mitad de ellos diagnosticaron entre 2 y 5 casos de ERC felina por mes. Aunque una alta proporción de ellos informó haber utilizado las directrices publicadas por la Sociedad Internacional de Interés Renal (92,7 %), sólo el 19,1 % realizó mediciones sistemáticas de la presión arterial sistólica (PAS) en todos sus pacientes.

Por otro lado, la dieta renal fue aconsejada por casi todos los encuestados (99,3 %), pero el 36,9 % de ellos consideró que representaba menos del 75 % de la ingesta diaria de alimentos para la mayoría de sus pacientes.

Esta intervención dietética a menudo se prescribió independientemente de la etapa (73,4 %) y sin una transición dietética gradual adecuada.

En cuanto al uso de medicamentos, se prescribieron con frecuencia estimulantes del apetito (89,5 %), así como un bloqueador de los canales de calcio (41,8 %) y un inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina (59,9 %) para controlar la hipertensión sistémica y la proteinuria, respectivamente.

La prescripción de un quelante de fosfato también fue común (76,0 %). En cuanto al seguimiento, el 70,9 % recomendó que los pacientes estables fueran reevaluados cada 2-3 meses o con mayor frecuencia, pero sólo el 35,7 % pudo cumplir con esta periodicidad por limitaciones de los propietarios.

Ante estos hallazgos, los autores consideran que, aunque la mayoría de los encuestados conocen las pautas internacionales para el manejo clínico de gatos con ERC, “no realizan la medición de la PAS”.

De hecho, apuntan que “la medición de la PAS aún no es una práctica sistemática, lo que compromete la correcta subestadificación de estos pacientes e impide el diagnóstico adecuado de hipertensión sistémica, lo que en consecuencia aumenta el riesgo de daño a órganos diana.

Además, estos resultados mostraron que “la intervención dietética debe perfeccionarse, ya que la dieta renal se está introduciendo de forma indiscriminada y sin respetar la transición gradual ideal, lo que posiblemente limita su aceptación”.

Finalmente, la frecuencia de monitoreo reportada mostró que “es necesario investigar los posibles factores responsables del incumplimiento de estas recomendaciones por parte de los propietarios, con el fin de crear soluciones que promuevan reevaluaciones más periódicas, lo cual es crucial para un manejo clínico más exitoso de los felinos”, concluyen los autores.

IMPORTANCIA DE UNA ADECUADA ALIMENTACIÓN

En los gatos diagnosticados con enfermedad renal crónica, el suministro de una dieta adecuada adaptada a dicha patología es uno de los pilares claves en el tratamiento.

Con el fin de proporcionar alternativas nutricionales para cuidar y proteger la salud renal en los gatos, empresas como Visán están continuamente investigando para ofrecer las mejores soluciones. Por eso han desarrollado la gama de alimentos dietéticos para mascotas Trovet Plus.

Trovet Plus cuenta entre sus piensos con la gama renal, alimentos dietéticos completos para gatos adultos, indicado para la ayuda a la función renal en caso de insuficiencia renal crónica y reducción de la intolerancia a ingredientes y nutrientes.

Limitados en proteínas y fósforo para reducir el estrés en los riñones, “contienen ingredientes seleccionados cuidadosamente para minimizar la posibilidad de alergia a los alimentos o intolerancia a los alimentos en forma de problemas cutáneos y/o gastrointestinales”, explican desde la compañía.

Por otro lado, en alas de promover la investigación clínica veterinaria, Visan ha lanzado un concurso para veterinarios con una dotación de 6.500 euros en becas. El concurso tiene como objetivo recoger casos clínicos sobre cuadros alérgicos, diabetes, dolencias hepáticas, renales, urinarias o cualquier otra patología cuya evidente mejoría o resolución quede claramente relacionado con la utilización de dietas específicas como tratamiento.

La entrega de premios tendrá lugar en un evento organizado por TrovetPlus, coincidiendo con la próxima feria del animal de compañía Iberzoo+Propet, que se celebrará el próximo mes de marzo de 2024 en Madrid.