El sector veterinario “está cambiando absolutamente, lo vea la gente o no”, afirma Miguel Ángel Pellitero Pérez, veterinario y consultor, fundador y director de Diferentia, una empresa que ofrece consejos integrales de gestión a las clínicas veterinarias.
En primer lugar, Pellitero explica que “el cliente y su relación con la mascota” no es la misma: “antes tenías mascota, ahora un hijo-gato. Y por un hijo eres capaz de hacer lo que sea, pero también eres más exigente”.El problema, advierte, es que “hay un retraso de adaptación del veterinario a los cambios que le exige el cliente”. Cada vez “hay más dinero, y habrá más. Pero también habrá mayor exigencia”, recuerda el experto. Sin embargo, todavía “el sector no ha cambiado mucho” desde un punto de vista profesional, porque hay “mayor nivel de profesionalización, pero menor nivel empresarial”.
Otro factor importante es la entrada de los grandes fondos de inversión. “Es lo que más miedo o morbo da, pero es un proceso normal de maduración en todos los mercados”, advierte Pellitero. La irrupción de grupos multinacionales que compran pequeñas empresas “es algo que ha sucedido en todos los sectores”. Ante esta situación “el cambio debemos tenerlo los veterinarios”, enfatiza. El principal problema en este momento es que “los proveedores, sobre todo los internacionales, se han dado cuenta” y los distribuidores se están “reduciendo a una velocidad brutal, porque se están preparando para no tener que hablar con 6000 clínicas pequeñas, sino con corporaciones, que tienen el 30 % del mercado en toda Europa”.
El cambio más importante en el sector, opina Pellitero, es “la entrada de las empresas aseguradoras. Llevaban intentándolo varios años, pero hasta este no ha cuajado, porque entienden que ahora sí hay dueños interesados en contratarlos”.
Para hacer frente a todo esto, “las clínicas van a tener que profesionalizarse como empresa y probablemente tendrán que unirse a corporaciones de clínicas independientes”. Esto debe hacerse “de una manera rápida en tiempo y asumible en coste”, indica. El experto matiza que “no se trata de crear franquicias, sino en unirse respetando la independencia y libertad de cada clínica, tanto de marca como de organización y visión”, y añade que, aunque “van a poder seguir solas, la diferencia entre esto o marchar con otras va a ser grande”. Reconoce que habrá “mucha gente que no se va a subir al carro”, pero quienes lo hagan “tienen por delante un gran futuro”.
También ha cambiado el perfil de los veterinarios. Los más veteranos “suelen ser hombres de más de 55 años que fueron entrenados y crecieron en un mercado que ya no existe”. En la nueva generación “lo normal es encontrar mujeres de 30 o 35 años con muchas ganas y con un potencial de crecimiento mucho mayor”. “Siempre digo que hay tres tipos de veterinarios: los que crecieron viendo el osito Misha, los que crecieron viendo los Mosqueperros y los que crecieron viendo la Patrulla Canina”, expone Pellitero. De pequeños “fueron formándose de tres maneras distintas de ver a los animales”, y tiene su reflejo en los cambios que sufre en sector. El experto cree que “la veterinaria va a ser mucho más bonita dentro de unos años”.
CAMBIO DE MENTALIDAD EN EL SECTOR
La mentalidad tampoco es la misma: antes cuando los veterinarios acababan la carrera “pensaban que eran profesionales independientes que tenían que formarse”, y se formaban con otros profesionales. “Por lo general se pensaba que «me explota, pero aprendo», más que contratadores eran mentores”. Esta forma de pensar ha cambiado, y mientras que “antes había falta de centros, ahora hay falta de veterinarios”. Además, “las nuevas generaciones no tienen ningún problema en trabajar por cuenta ajena, y es una gran ventaja para ellos”, observa. Aunque hay algunas personas que “quieren ser empresarios, la mayoría no tiene por qué serlo”. Esto implica que “estamos en un momento de revolución brutal, y la situación irá a mejor. Lo que pasa es que el cambio da miedo”, concluye.
“No se encuentran veterinarios desde el verano del año pasado”, indica. Sin embargo, no cree que el problema esté en la carrera, sino que es algo “generalizado a todos los sectores”, porque hay menos personas de las franjas de menor edad. “Yo no me creo que haya tan pocos veterinarios, pero las empresas tienen que empezar a venderse para atraerlos”.
LA SOCIEDAD HACE EVOLUCIONAR AL SECTOR VETERINARIO
Pese a todos estos cambios en el sector “no hará falta una mayor especialización”, indica, ya que “esto solo vale en un sistema superorganizado, superestratificado”, como es el caso de la medicina humana. Se dirige a los empresarios veterinarios y expone que “si contratas junior, y debes contratar junior, tienes que entender que esa persona no te va a facturar inmediatamente. Tienes que darle las herramientas necesarias para que pueda llegar”. Los nuevos veterinarios, por tanto, “no tienen que salir más especializados de la facultad, porque perderían la capacidad de hacer cosas sencillas”. Además, señala que “no se necesitan tantos especialistas”.
La sociedad también es un actor importante en la evolución del sector veterinario, y puede propiciar cambios en la legislación. Considera que la filosofía de la nueva ley de bienestar animal “emana de la misma sociedad”, ya que cada vez se plantea más “qué derechos tienen los animales”. Sin embargo, “todavía no está preparada” para aceptar One Health, que “implica un cambio de mentalidad total”.