Un equipo internacional de investigadores ha encontrado una nueva evidencia arqueológica y genética que transforma nuestra comprensión de la historia de los gatos en Europa. Según sus estudios, los gatos domésticos introducidos desde Oriente y los gatos monteses nativos de Europa no se mezclaron hasta la década de 1960, a pesar de haber estado expuestos entre sí durante 2.000 años.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo secuenció y analizó gatos domésticos y salvajes, incluidos 48 individuos modernos y 258 muestras antiguas excavadas en 85 sitios arqueológicos durante los últimos 8.500 años. A continuación, evaluaron los patrones de hibridación después de que los gatos domésticos se introdujeran en Europa hace más de 2.000 años y entraran en contacto con los gatos monteses nativos europeos.
Los resultados de los estudios demuestran que, desde su introducción, los gatos domésticos y los gatos monteses europeos generalmente evitaron el apareamiento. Pero hace unos 50 años, en Escocia, todo eso cambió. Quizás como resultado de la disminución de las poblaciones de gatos monteses y la falta de oportunidades de aparearse con otros gatos monteses, las tasas de mestizaje entre gatos salvajes y domésticos aumentaron rápidamente.
Los investigadores explican “los gatos monteses y los gatos domésticos se han hibridado sólo muy recientemente. Está claro que la hibridación es el resultado de amenazas modernas comunes a muchas de nuestras especies nativas. La pérdida de hábitat y la persecución han llevado a los gatos monteses al borde de la extinción en Gran Bretaña. Es fascinante que podamos utilizar datos genéticos para analizar la historia de su población y utilizar lo que hemos aprendido para proteger a los gatos monteses escoceses”.
Por otra parte, señalan que “tendemos a pensar que los perros y los gatos son muy diferentes. Nuestros datos sugieren que, al menos en lo que respecta a evitar el mestizaje con sus homólogos salvajes, los perros y los gatos son mucho más similares entre sí que con todos los demás animales domésticos. Será divertido explorar por qué esto es cierto”.
Según recoge el estudio, la naturaleza del gato montés escocés y su relación con los gatos domésticos salvajes ha sido durante mucho tiempo un misterio. “Los métodos moleculares modernos y los modelos matemáticos han ayudado a comprender qué es realmente el gato montés escocés y las amenazas que han provocado su declive”, se observa en el artículo.
Es importante mencionar que los animales domésticos, incluidos el ganado vacuno, ovino, caprino, perros y cerdos, han estado estrechamente asociados con las personas desde el surgimiento de las comunidades agrícolas hace más de 10.000 años. Estas estrechas relaciones llevaron a la dispersión de plantas y animales mediada por el hombre mucho más allá de sus áreas nativas.
Ahora bien, las secuencias genómicas de individuos modernos y antiguos han revelado durante la última década que, a medida que los animales domésticos se trasladaban a nuevas regiones, se cruzaban con especies silvestres estrechamente relacionadas, lo que ha alterado drásticamente sus genomas.
Este patrón se ha observado en todos los animales domésticos, excepto en los perros. Los autores de este hallazgo concuerdan en que sería fascinante saber si los gatos domésticos se cruzaron con los gatos monteses europeos, pero la disminución de las poblaciones de gatos monteses nativos en toda Europa y la falta de genomas de gatos antiguos han dificultado hacerlo.