El virus del dengue, que se transmite por mosquitos, infecta aproximadamente a 400 millones de personas cada año. Las personas con dengue llenan los hospitales durante la temporada de lluvias en África tropical, Asia y América del Sur, donde la enfermedad es endémica.
La mayoría de las personas infectadas con el virus del dengue no presentan síntomas o presentan fiebre que desaparece rápidamente. Sin embargo, el 5 % de las personas progresa hacia el dengue grave, lo que puede provocar insuficiencia orgánica e incluso la muerte a los pocos días de aparecer los síntomas. El riesgo es particularmente alto para los niños, que experimentan las reacciones más graves al virus del dengue.
Hasta ahora, se entendía poco por qué algunos pacientes tienen dengue leve, mientras que otros progresan a una enfermedad grave. Un estudio publicado recientemente trata de comprender qué está funcionando mal, y concretamente en los niños que no responden bien a la infección.
El principal mosquito portador del dengue es el Aedes aegypti, "el hábitat de estos mosquitos se está ampliando con el tiempo debido al cambio climático", afirma Fabio Zanini, coautor principal del estudio .
A pesar de décadas de investigación, existe solamente una única vacuna contra el dengue autorizada, con una aceptación limitada debido a dudas sobre su seguridad y eficacia. Tampoco existe un tratamiento antiviral que limite la progresión de un paciente a dengue grave.
ESTUDIO MULTIDISCIPLINARIO
Para este estudio, los investigadores se centraron en los niños porque tienen un mayor riesgo de contraer dengue grave. Los participantes del estudio fueron 19 niños colombianos que acudieron a centros de atención sanitaria con infección por el virus del dengue en las primeras etapas. Aproximadamente la mitad de este grupo progresó a una enfermedad grave.
Se incluyeron como grupo de control cuatro niños sanos que se presentaron para controles de rutina o procedimientos electivos.
Los investigadores analizaron muestras de sangre tomadas a los niños el primer día que presentaron dengue. Utilizaron una técnica llamada secuenciación de ARN unicelular, que les permitió estudiar células inmunes individuales en la sangre y cómo se comportaban.
"La pregunta era: si extraemos muestras de sangre de los pacientes el primer día cuando llegan al hospital y utilizamos las tecnologías más avanzadas y los algoritmos computacionales más sofisticados, ¿podemos ver signos tempranos de progresión a dengue grave?", se cuestiona el doctor Zanini.
CONFUSIÓN INMUNE
En los niños que progresaron a una enfermedad grave del dengue, los investigadores identificaron tres cambios principales en las células inmunitarias de la sangre.
En primer lugar, descubrieron que las células presentadoras de antígenos se comportaban de manera diferente. Normalmente, las células presentadoras de antígenos toman las partículas del virus del dengue, las cortan en trozos más pequeños y muestran estos fragmentos del virus al resto del cuerpo como advertencia de infección.
En segundo lugar, las células B se infectaron gravemente con el virus del dengue y tuvieron una capacidad reducida para producir anticuerpos, que son una de las principales armas del sistema inmunológico para combatir las infecciones.
"El tercer elemento del enigma es que ciertas células llamadas natural killer, y sus compañeras, las células T, parecen estar en un extraño estado de inactividad o agotamiento", explica Zanini.
“Esperamos que sean máquinas para matar virus. En cambio, se transforman en adictos a la televisión que observan la acción y se preguntan si deberían hacer algo o no”.
Esta confusión inmunológica significa que el sistema inmunológico del niño no lo protege del virus como lo haría normalmente, lo que provoca dengue grave.
IMPORTANCIA DE LAS SEÑALES DE ALERTA TEMPRANA
Al comprender qué es lo que falla en las primeras etapas de la infección por el virus del dengue, los científicos pueden diseñar pruebas de diagnóstico para identificar qué pacientes corren riesgo de sufrir una enfermedad grave.
"Los métodos actuales para predecir qué pacientes progresarán a dengue grave se basan en parámetros clínicos que aparecen tarde en el curso de la enfermedad", indica la coautora del estudio, Yike Xie.
“Estos métodos no son sensibles ni específicos. Los médicos tienen que mantener a la mayoría de los pacientes sintomáticos en el hospital y controlar la progresión posterior de su enfermedad, lo que consume muchos recursos médicos y genera desperdicio”.
Los cambios en el sistema inmunológico de los pacientes también podrían abordarse con terapias para prevenir la progresión al dengue grave. Por ejemplo, los médicos podrían recetar un fármaco que reactive las células natural killer y las células T para combatir la infección.
Los investigadores ya continúan su trabajo para comprender mejor el vínculo entre la confusión inmunitaria y el dengue grave, utilizando secuenciación de ARN unicelular y otras técnicas analíticas avanzadas.