Tras dos décadas estudiando a la comunidad Ngogo de chimpancés salvajes del Parque Nacional Kibale (en el oeste de Uganda), un equipo de investigadores ha publicado un informe que demuestra que las hembras de esta población pueden experimentar la menopausia y la supervivencia posreproductiva.
Previamente, estos rasgos sólo se habían encontrado entre los mamíferos en unas pocas especies de ballenas dentadas y, dentro de los primates, sólo en los humanos. Por tanto, estos nuevos datos demográficos y fisiológicos pueden ayudar a los investigadores a comprender mejor por qué la menopausia y la supervivencia posfértil ocurren en la naturaleza y cómo evolucionaron en la especie humana.
"La gente ha estado estudiando este fenómeno en chimpancés durante algún tiempo para ver si hay un período post-reproductivo, y no lo han visto en muchos grupos de chimpancés", recoge el estudio. "Efectivamente, vemos patrones muy similares en esta subpoblación particular de chimpancés, lo que sugiere que sí: la menopausia y esta larga esperanza de vida post-reproductiva no son necesariamente un fenómeno exclusivamente humano".
Asimismo, "los resultados del estudio muestran que, bajo ciertas condiciones ecológicas, la menopausia y la supervivencia posfértil pueden surgir dentro de un sistema social que es bastante diferente al nuestro y no incluye el apoyo de los abuelos", haciendo referencia a la hipótesis de la abuela.
Esa hipótesis, que se ha utilizado para explicar la existencia de la supervivencia posmenopáusica humana, propone que las mujeres en sus años post-reproductivos pueden ayudar cuidando directamente a sus nietos, aumentando así sus probabilidades de supervivencia. Y, de hecho, varios estudios de abuelas humanas han encontrado estos efectos positivos.
Sin embargo, los chimpancés tienen condiciones de vida muy diferentes a las de los humanos. Las chimpancés hembras mayores normalmente no viven cerca de sus hijas ni cuidan a sus nietos, pero las hembras de Ngogo suelen vivir más allá de sus años fértiles.
Si bien no se ha observado previamente en otros estudios una esperanza de vida post-reproductiva sustancial a largo plazo con chimpancés salvajes, sí se ha advertido a veces en chimpancés y otros primates en cautiverio que reciben buena nutrición y atención médica. Esto plantea la posibilidad de que la esperanza de vida post-reproductiva de las hembras de chimpancé Ngogo pueda ser una respuesta temporal a condiciones ecológicas inusualmente favorables, ya que esta población disfruta de un suministro de alimentos estable y abundante y bajos niveles de depredación.
Otra posibilidad es que la esperanza de vida posreproductiva sea, en realidad, un rasgo evolucionado típico de la especie en los chimpancés, pero que no se haya observado en otras poblaciones de chimpancés debido a los recientes impactos negativos de los humanos.
"Los chimpancés son extremadamente susceptibles a morir por enfermedades que se originan en los humanos y contra las cuales tienen poca inmunidad natural", comentan los autores del trabajo. "Los investigadores de chimpancés, incluidos nosotros en Ngogo, hemos aprendido a lo largo de los años cuán devastadores pueden ser estos brotes de enfermedades para las poblaciones de chimpancés y cómo reducir sus posibilidades de que ocurran".
UN ESFUERZO EXTRAORDINARIO
El equipo de científicos examinó también las tasas de mortalidad y fertilidad de 185 chimpancés hembras a partir de datos demográficos recopilados entre 1995 y 2016. Calcularon la fracción de la vida adulta que pasaron en estado posreproductivo para todas las hembras observadas y midieron los niveles hormonales en muestras de orina de 66 hembras de distintos estados reproductivos y edades, que van desde los 14 a los 67 años.
"Este estudio es el resultado de un esfuerzo extraordinario", afirman. "Solo porque nuestro equipo ha pasado décadas monitoreando a estos chimpancés podemos estar seguros de que algunas hembras viven mucho después de haber dejado de reproducirse”.
Los investigadores midieron los niveles hormonales asociados con la menopausia humana, que incluyen niveles crecientes de hormona estimulante del folículo y hormona luteinizante, así como niveles decrecientes de hormonas esteroides ováricas, incluidos estrógenos y progestinas.
De la misma manera que con otras poblaciones de chimpancés y humanos, la fertilidad en los chimpancés estudiados disminuyó después de los 30 años y no se observaron nacimientos después de los 50 años. Además, los datos hormonales mostraron que las hembras Ngogo experimentaron una transición menopáusica similar a la de los humanos, comenzando alrededor de los 50 años.
Al igual que los humanos, no era inusual que estas hembras de chimpancé vivieran más de 50 años. Una hembra que alcanzaba la edad adulta a los 14 años era post-reproductiva durante aproximadamente una quinta parte de su vida adulta, aproximadamente la mitad que un humano.
Los hallazgos plantean una serie de nuevas preguntas que marcarán la pauta de los investigadores, incluido el hecho de cómo aprovechar los datos de los chimpancés para comprender mejor los desafíos de salud humana asociados con el envejecimiento. Cabe recalcar que algunos científicos, previamente, habían señalado la falta de la menopausia en chimpancés salvajes para sugerir que había poco que deducir sobre la biología del envejecimiento humano estudiando a los chimpancés.
"Este es el tipo de estudio que muestra que necesitamos repensar ese modelo", señala la publicación. "Tal vez, el estudio del envejecimiento de los chimpancés tenga una relevancia para los problemas médicos humanos aún mayor de lo que pensábamos anteriormente".