El uso de drones en las actividades de monitoreo y control de enfermedades transmitidas por vectores como dengue, zika y chikungunya, permite extraer imágenes e información del entorno urbano de forma mucho más rápida que a pie, y con mayores ventajas que la tecnología satelital.
Así lo revelan los recientes resultados del proyecto de investigación "Modelos de aprendizaje automático para la predicción temprana de áreas de riesgo de transmisión de arbovirosis", implementado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece) de la Secretaría de Salud, en conjunto con otras instituciones académicas, de prevención y atención en salud.
El director del Centro Regional de Investigación en Salud Pública (Crisp) del INSP, con sede en Tapachula, Chiapas, Rogelio Danis Lozano, detalló que un dron puede tardar en completar la información necesaria de un área determinada aproximadamente en 20 minutos, mientras que el mecanismo de encuestas en campo toma entre dos y tres semanas.
Danis Lozano, también coautor del artículo, comentó en una entrevista que, el desarrollo de esta metodología inició en los años 90, cuando a través de imágenes de satélite se identificaron los sitios de reproducción de los vectores de paludismo, los cuales se pueden eliminar de manera mecánica al quitar la vegetación, y es un padecimiento propio de áreas rurales. El dengue es una enfermedad de zonas urbanas, y se ha identificado que en las ciudades existen lugares específicos de transmisión que constantemente están produciendo casos; el uso de drones permite tomar imágenes y extraer información del entorno urbano con mayor oportunidad.
La jefa del Departamento de Sistemas de Salud del Crisp, Kenia Mayela Valdez Delgado, autora principal del artículo y coinvestigadora del proyecto, sostuvo en entrevista que los drones, en comparación con la tecnología satelital, tienen la ventaja de que pueden emplearse a cualquier hora del día además de ofrecer mayor resolución espacial.
Valdez Delgado abundó en que, para entender mejor los entornos urbanos o domiciliarios, es necesario tomar fotografías alrededor del mediodía, cuando la sombra de los objetos vistos desde arriba no distorsione sus características reales.
Adicionalmente, continuó, esta tecnología presenta ventajas relacionadas con mejor conocimiento de los entornos urbanos y domiciliares para comprender la dinámica de transmisión que utilizan también otro tipo de vectores como garrapatas o chinches, que transmiten padecimientos como rickettsiosis o chagas.
La jefa del Departamento de Sistemas de Salud del Crisp explicó que el proyecto contempla que la información recabada por el uso de drones se registre en el Sistema Integral de Monitoreo de Vectores (SIMV), que es una plataforma informática desarrollada en 2009, producto de un convenio de colaboración entre el INSP y Cenaprece, que concentra toda la información relacionada con la vigilancia y el control de enfermedades transmitidas por vectores.
Dentro de este sistema también se pueden incorporar los algoritmos desarrollados en colaboración con el Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat) del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), que ha generado índices de riesgo para determinar las áreas con más probabilidades de experimentar problemas de vectores.
IMPORTANCIA DE LA PARTICIPACIÓN COMUNITARIA
Rogelio Danis Lozano informó que el propósito de estos esfuerzos es enriquecer el Sistema de Información del Cenaprece con datos, con el objeto de que, a través del desarrollo de algoritmos, se generen mapas donde se puedan identificar las áreas de riesgo.
Para estos efectos, indicó, los drones se ponen en funcionamiento a mediodía, que es cuando los mosquitos salen a poner los huevos en los recipientes que tienen agua; luego, estos insectos buscan lugares donde haya cierto tipo de vegetación para reposar. Posteriormente, buscan una nueva fuente de alimentación, que en este caso se refiere a humanos; en ese punto puede empezar el proceso de infección relacionado con enfermedades transmitidas por vectores.
El titular de Crisp precisó que la operación de drones ayuda a identificar, localizar y eventualmente eliminar tanto las áreas donde los vectores dejan sus huevos, como los espacios donde reposan.
Este proyecto de investigación ha permitido identificar auténticos corredores dentro de esas áreas de transmisión que se pueden atacar de manera sencilla: limpiando los patios de las viviendas o defoliando los árboles para disminuir la probabilidad de que los mosquitos puedan sobrevivir, con el consecuente decremento del riesgo de transmisión en algunos lugares, señaló.
La jefa del Departamento de Sistemas de Salud del Crisp, Kenia Mayela Valdez Delgado, recalcó la importancia que tiene la participación comunitaria en la intervención de sus entornos para que sean saludables y que estén libres de criaderos, e hizo un llamado para que esta tecnología se vea como algo amigable en virtud de que permite identificar áreas potenciales para la transmisión de enfermedades. Sin la colaboración de la comunidad, continuó, las estrategias difícilmente van a tener éxito.
Para el impulso de los esfuerzos académicos y gubernamentales, dentro de los que se encuadran el proyecto de investigación y el artículo especializado, se cuenta también con la participación del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), a través de la Facultad de Ciencias Biológicas y la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica y su Centro de Investigación e Innovación en Ingeniería Aeronáutica, especializados en el diseño, fabricación y navegación de drones.