Una nueva investigación ha descubierto que los venados de cola blanca en Estados Unidos han sido infectados con el virus que causa la COVID-19, y los resultados también muestran que las variantes virales evolucionan aproximadamente tres veces más rápido en los venados que en los humanos.
Los científicos recolectaron 1.522 hisopos nasales de ciervos en libertad en 83 de los 88 condados del estado entre noviembre de 2021 y marzo de 2022. Más del 10 % de las muestras fueron positivas para el virus SARS-CoV-2 y se encontró al menos un caso positivo en el 59 % de los condados en los que se realizaron las pruebas.
El análisis genómico mostró que al menos 30 infecciones en ciervos fueron introducidas por humanos.
“Generalmente hablamos de la transmisión entre especies como un evento raro, pero esta vez pudimos documentar 30 eventos de contagio. Parece moverse entre personas y animales con bastante facilidad”, apuntan los autores.
“Y cada vez hay más evidencia de que los humanos pueden contraerlo a través de los ciervos, lo cual no es radicalmente sorprendente. Probablemente no sea un camino unidireccional”.
ANIMALES POSITIVOS EN ZONAS RURALES ALEJADAS DEL HOMBRE
Los hallazgos combinados sugieren que la especie de venado de cola blanca es un reservorio del SARS-CoV-2 que permite una mutación continua, y que la circulación del virus en los venados podría conducir a su propagación a otros animales salvajes y ganado.
Los investigadores informaron anteriormente sobre la detección de infecciones por SARS-CoV-2 en venados de cola blanca en nueve localidades de Ohio en diciembre de 2021, y continúan monitoreando a los venados para detectar infecciones por variantes más recientes.
"Nos expandimos por Ohio para ver si se trataba de un problema localizado, y lo encontramos en muchos lugares, por lo que no es sólo un evento localizado", aseguran. “Parte del pensamiento en aquel entonces era que tal vez se trataba solo de ciervos urbanos porque están en contacto más cercano con la gente. Pero en las zonas rurales del estado, estamos encontrando muchos ciervos positivos”.
Más allá de la detección de infecciones activas, los investigadores también encontraron a través de muestras de sangre que contenían anticuerpos (que indican una exposición previa al virus) que aproximadamente el 23,5 % de los ciervos en Ohio habían sido infectados en un momento u otro.
Las 80 secuencias del genoma completo obtenidas de las muestras recolectadas representaban grupos de variantes virales: la variante delta altamente contagiosa, la cepa humana predominante en los Estados Unidos a principios del otoño de 2021 que representaba casi el 90 % de las secuencias, y la alfa, la primera variante preocupante nombrada que circuló en humanos en la primavera de 2021.
GRAN VELOCIDAD DE MUTACIÓN
El análisis reveló que la composición genética de las variantes delta en los ciervos coincidía con los linajes dominantes encontrados en los humanos en ese momento, lo que apunta a los eventos de desbordamiento, y que la transmisión de venado a venado se produjo en grupos, algunos de los cuales abarcaron varios condados.
El estudio sugirió que es probable que la vacunación contra la COVID-19 ayude a proteger a las personas contra infecciones graves en caso de que se transmita a los humanos. Un análisis de los efectos de las variantes del venado en los hámsteres siberianos, un modelo animal para los estudios del SARS-CoV-2, mostró que los hámsteres vacunados no enfermaban tanto por la infección como los animales no vacunados.
Dicho esto, se espera que las variantes que circulan entre los ciervos sigan cambiando. Una investigación de las mutaciones encontradas en las muestras proporcionó evidencia de una evolución más rápida de las variantes alfa y delta en los ciervos en comparación con los humanos.
"Los ciervos no solo se infectan con el SARS-CoV-2 y lo mantienen, sino que la tasa de cambio se acelera en los ciervos, potencialmente alejándose de lo que ha infectado a los humanos", sugiere Bowman.
Cómo se transmite el virus de los humanos al venado de cola blanca sigue siendo un misterio. Y hasta ahora, incluso con alrededor de 30 millones de ciervos en libertad en los EE. UU., no se han producido brotes sustanciales de cepas de origen ciervo en humanos.
Sin embargo, la circulación entre animales sigue siendo muy probable. Bowman señaló que alrededor del 70 % de los ciervos en libertad en Ohio no han sido infectados ni expuestos al virus, "por lo que es un gran grupo de animales sin inmunidad a través de los cuales el virus podría propagarse sin inhibiciones".
"Tener ese animal huésped en juego crea situaciones a las que debemos prestar atención. Si esta trayectoria continúa durante años y tenemos un virus que se adapta a los ciervos, ¿se convierte eso en la vía hacia otros animales huéspedes, ya sean silvestres o domésticos? Simplemente no lo sabemos”, concluye.