El abuso animal es un grave problema concerniente no sólo a veterinarios, sino a la sociedad en general. Los actos de violencia hacia los animales son delitos en sí mismos, pero, además, gran parte de su relevancia radica en que constituyen una faceta más de la violencia interpersonal.
En los últimos años, se ha observado un claro incremento de la sensibilidad social, lo que se traduce en un marcado aumento de los procesos judiciales y denuncias derivados de estos casos.
Sobre este asunto, los investigadores Esther Vázquez, Agustín Miguel Rebollada, Blanca Chinchilla, Néstor Porras, dirigidos por Antonio Manuel Rodríguez, han realizado un estudio retrospectivo, presentado durante unas jornadas organizadas por el Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (Visavet), de los casos de autopsia forense en perros recibidos entre julio de 2014 y mayo de 2023 (n=106).
Según exponen, se observa un incremento progresivo de casos, con un pico en el año 2022 (n=25; 23,6 %). Se reciben un mayor número de machos (60 %), respecto a hembras (36 %). Con relación a la edad, la mayor parte de los animales son adultos (>2 años) (63 %), seguido de jóvenes (6 meses – 2 años) (33 %) y cachorros (< 6 meses) (4 %).
La causa de la realización de la autopsia forense en la mayoría de los casos está sustentada en una sospecha de abuso (n=101; 95,2 %), o en aquellos en los que se busca determinar una mala praxis, de los cuales se ha registrado un aumento en los últimos años. La causa de muerte se puede dividir entre causas naturales (n=28; 30 %), destacando las causas “infecciosas” (n=16; 57 %) y “degenerativas” (n=12; 43 %); y las no naturales relacionadas con abuso animal (n=64; 70 %), divididas en “traumatismo contuso” (n=29; 45 %), “lesiones por arma de fuego” (n=11; 17 %), “asfixia” (n=8; 12 %), “inanición” (n=8; 12 %), “golpe de calor” (n=4; 6 %), “mordeduras” (n=3; 5 %) y “traumatismo inciso” (n=1; 2 %).
Pese a la sospecha inicial de abuso en todos los casos estudiados, en un tercio se determina una causa de muerte natural. Esto pone en evidencia la necesidad, explican los autores, de contar con patólogos veterinarios forenses especializados en reconocer una amplia tipología de lesiones.
“Este estudio contribuye a un mayor conocimiento de la situación reciente de la patología forense en la especie canina, remarcando la importancia de la identificación del abuso animal y dando respuesta a una demanda creciente por parte de la sociedad”, concluyen.