El papel de los animales de compañía en la sociedad ha sufrido grandes cambios a lo largo del tiempo, especialmente en los grandes centros de población, donde se han vuelto especialmente populares. En 2022, el informe anual de la Federación Europea de Industrias de Alimentos para Mascotas (Fediaf) informó que 90 millones de hogares europeos tienen al menos una mascota.
La mayoría de los dueños de mascotas prestan especial atención a sus animales, incluida su dieta. Antes de la llegada de los alimentos industriales, los perros solían ser alimentados con sobras de la comida de sus dueños. No obstante, el enfoque de los propietarios ha cambiado gradualmente a medida que se han desarrollado nuevos conocimientos sobre la nutrición de los animales de compañía. Como resultado, una gran cantidad de alimentos para mascotas caracterizados por diferentes ingredientes y concentraciones de nutrientes han irrumpido al mercado durante las últimas dos décadas.
El contenido de carbohidratos (p. ej., azúcares solubles, almidón y fibra dietética) varía mucho entre las marcas comerciales de alimentos para mascotas. A lo largo de los años, la domesticación de los perros ha mejorado su capacidad para digerir y metabolizar los carbohidratos.
Además, los carbohidratos permiten que los perros almacenen nutrientes esenciales, como aminoácidos o ácidos grasos, especialmente durante etapas específicas de la vida. Sin embargo, no se han indicado requerimientos específicos de carbohidratos para animales de compañía.
La disponibilidad de carbohidratos intrínsecos puede cambiar debido a variaciones en el contenido de proteínas y grasas y los procesos tecnológicos utilizados. Además, se ha demostrado que la digestibilidad del almidón es muy variable y está influenciada por varios factores, como las fuentes, el tamaño de las partículas, la relación amilosa:amilopectina, los métodos de procesamiento y la relación almidón:proteína.
Igualmente, todos estos factores pueden afectar los niveles glucémicos posprandiales en perros sanos. La respuesta glucémica posprandial se puede evaluar tanto en alimentos únicos como combinados. Sin embargo, la presencia de proteínas y grasas puede afectar las respuestas y variar las diferencias entre alimentos.
En este sentido, un estudio reciente realizado por veterinarios italianos tuvo como objetivo evaluar si la administración de tres dietas, dos dietas sin cereales (GF1 y GF2) y una dieta a base de cereales (CB), formuladas con diferentes fuentes y cantidades de carbohidratos, puede influir en la respuesta glucémica posprandial en perros sanos.
50 DÍAS CON CADA DIETA
Un total de 15 perros sanos se dividieron en tres grupos y se alimentaron alternativamente con cada dieta durante 50 días. Se recogieron muestras de sangre al comienzo de cada período de alimentación. La glucemia y la insulina se midieron antes y después de la administración de la dieta durante 120, 240 y 360 minutos para evaluar las respuestas posprandiales.
Los resultados revelaron que la dieta GF2 mostró el mayor nivel de albúmina y concentración media de insulina. Además, la dieta GF1 provocó el área bajo la curva (AUC) de glucosa e insulina más pequeña y el nadir de glucosa más bajo.
Por otro lado, GF1 mostró el tiempo máximo de insulina más alto. La dieta GF2 mostró el nivel más alto de albúmina y reportó la cantidad más baja de fructosamina. La dieta GF2 registró el mayor nivel de insulina.
Asimismo, la dieta basada en cereales reportó la mayor cantidad de fructosamina y los niveles más altos de glucosa y las más altas concentraciones medias de glucosa e insulina. Igualmente, dicha dieta informó el nadir de insulina más bajo. Estos resultados podrían deberse a la alta proporción de espelta entera y avena (20 %) en la dieta, “lo que permite una disponibilidad de energía más rápida en comparación con la batata y el almidón de guisantes”.
Los autores consideran que “las dietas con diferentes fuentes de carbohidratos y composiciones químicas podrían modular la respuesta glucémica en perros sanos”. Teniendo en cuenta que las respuestas posprandiales de glucemia/insulina influyen en la disponibilidad de energía y que los diferentes perros tienen estilos de vida específicos, “puede ser preferible considerar también estos aspectos al elegir una dieta de mantenimiento para animales”.
A pesar de algunas limitaciones en el diseño experimental, los resultados obtenidos muestran cómo diferentes fuentes de almidón pueden conducir a una respuesta glucémica diferente.
Las dietas libres de cereales GF1 y GF2, aun reportando la falta de cereales, mostraron una respuesta glucémica e insulínica diferente debido a la diferente digestibilidad del almidón. Mientras que la dieta CB mostró un aumento en la respuesta glucémica probablemente debido a la rápida absorción del almidón.
No obstante, recalcan que “se necesitan más estudios sobre las características del almidón de las dietas y los beneficios potenciales de estos carbohidratos para la salud del perro”.