El ganado produjo alrededor de 930 millones de toneladas de leche en 2022, un 0,6 % más que en 2021. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación espera un aumento en la producción de leche de más de 15 millones de toneladas por año para 2030, principalmente en los países en desarrollo. Además, la producción de leche también juega un papel relevante en el desarrollo económico y la mitigación de la pobreza.
En relación a la nutrición humana, la leche y los derivados lácteos son una de las principales fuentes de proteína de alta calidad; vitaminas A, D3, B1, B2, B6 y B12; y otros micronutrientes como calcio, fósforo, selenio y potasio. Los compuestos de la leche y los tipos de grasa en los productos lácteos están relacionados con la salud ósea, las enfermedades cardiovasculares y otras afecciones, incluido el desarrollo inmunitario en los niños. La calidad y cantidad de estos y otros nutrientes relevantes dependen de la salud y nutrición de la vaca y de otros factores como el procesamiento de la leche.
El aumento de la productividad manteniendo la calidad a través de la selección genética, el manejo del ganado y las estrategias nutricionales es un tema que está bien estudiado. En los últimos años, la selección genética en vacas lecheras ha mejorado la producción y la calidad de la leche. Otros rasgos como la salud, la fertilidad, la producción de embriones y la resistencia a la mastitis también se han mejorado a través de la selección genética en vacas lecheras.
La aplicación de tecnologías ómicas ha logrado mejoras notables en estos y otros rasgos en el ganado lechero. Los nuevos sistemas de manejo de las vacas han tenido un gran impacto en el rendimiento reproductivo, resistencia a infecciones y salud en general. En relación con la nutrición, se evaluaron diferentes estrategias para aumentar la producción de leche y los parámetros de fertilidad, y para reducir las emisiones de metano, entre otros beneficios.
Por tanto, un trabajo realizado por Ana lesta, Pablo Jesús Marín García y Lola Llobat de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Cardenal Herrera, ha actualizado el conocimiento actual sobre los efectos del manejo nutricional sobre los mecanismos epigenéticos en el ganado lechero.
NUTRICIÓN EN VACAS LECHERAS
La lactancia es el proceso biológico más exigente. Este proceso requiere que las vacas consuman suficientes nutrientes para producir leche y aumentar de peso. Entonces, si las dietas son deficientes en algún nutriente, la producción de leche y sus componentes disminuirán. Sin embargo, las dietas con cantidades excesivas de nutrientes disminuirán la eficiencia de su utilización de nutrientes, aumentarán la excreción de nutrientes en el medio ambiente, aumentarán el coste de producción de leche, disminuirán las ganancias para los productores de leche y aumentarán los costes para los consumidores de productos lácteos.
La nutrición puede afectar la regulación epigenética en la glándula mamaria, lo que, a su vez, puede afectar la producción de leche. “Diversos estudios han demostrado que la dieta durante la gestación y la lactación puede influir en las modificaciones epigenéticas en la glándula mamaria, lo que lleva a cambios en la expresión génica y la composición de la leche”.
Por ejemplo, “se demostró que la restricción de proteínas durante la gestación y la lactancia altera los patrones de metilación del ADN en la glándula mamaria de la descendencia, lo que lleva a cambios en la expresión de genes implicados en la producción y secreción de leche en bovinos y caprinos”.
Asimismo, se ha probado que la suplementación con el aminoácido metionina “mejora el contenido de proteína y grasa de la leche, la calidad de la leche y la producción de leche”. También se estudió el efecto de la suplementación con metionina sobre la inmunidad, lo que revela “que la metionina desempeña un papel fundamental en la respuesta inmunitaria, y su deficiencia puede afectar la capacidad del sistema inmunitario para combatir infecciones y enfermedades”.
INFLUJO DE LA NUTRICIÓN EN LA EPIGENÉTICA
Tras analizar dichas correlaciones, explican los autores, “la regulación epigenética es fundamental para el correcto funcionamiento de la glándula mamaria durante la lactancia, y la desregulación de los mecanismos epigenéticos puede contribuir a la insuficiencia de la lactancia u otros trastornos relacionados con la leche”. La nutrición puede influir en la regulación epigenética en la glándula mamaria, lo que lleva a cambios en la expresión génica y la producción de leche. Por tanto, “comprender el papel de la nutrición en la regulación epigenética puede ayudar a desarrollar estrategias para mejorar la producción y composición de la leche, así como la salud y el bienestar de la descendencia”.
“Es importante comprender los efectos de la variación de los niveles de proteínas y aminoácidos en los cambios epigenéticos, ya que estas interacciones afectan no solo los rasgos productivos del animal, sino también otros rasgos del animal y su descendencia. Estos cambios epigenéticos pueden tener consecuencias significativas en la salud, el bienestar y la productividad del animal”, concluyen.