El síndrome de Cushing es una de las endocrinopatías más comunes en perros. Se puede sospechar en base a una combinación de antecedentes, exámenes, análisis de sangre de rutina, análisis de orina y ecografía de la glándula suprarrenal. Sin embargo, el diagnóstico definitivo sigue siendo un desafío, ya que el rendimiento de algunas pruebas de diagnóstico es limitado, y el estrés en perros aparentemente sanos pueden dar lugar a falsos positivos.
Las investigaciones endocrinológicas solo deben realizarse cuando ya existe una fuerte sospecha basada en una combinación de signos clínicos, análisis de sangre de rutina y análisis de orina. La prueba diagnóstica de elección actual es la técnica de supresión con dexametasona en dosis bajas (LDDST), que también es valiosa para discriminar entre el síndrome de Cushing hipofisario y suprarrenal.
Otra prueba diagnóstica comercialmente disponible para el síndrome de Cushing es la prueba de estimulación con hormona adrenocorticotrófica (ACTH), como el estándar de oro para diagnosticar el síndrome de Cushing iatrogénico, pero con un amplio rango de sensibilidad y especificidad para detectar el síndrome de Cushing no iatrogénico.
La prueba del cociente corticoide:creatinina en la orina (UCCR) es otra prueba no invasiva con una sensibilidad del 75 % al 100 % y una especificidad del 21 % al 100 % para diagnosticar el síndrome de Cushing.
Ninguno de los métodos de diagnóstico mencionados anteriormente es 100% sensible o específico, y los resultados falsos positivos o negativos son comunes. La LDDST puede verse influida por condiciones patológicas no relacionadas (p. ej., enfermedades inflamatorias e infecciosas) y medicamentos, lo que limita su valor diagnóstico. Sin embargo, se sigue considerando la prueba diagnóstica de elección cuando no hay sospecha de síndrome de Cushing iatrogénico.
Por otro lado, la prueba UCCR puede ser superior para la detección debido a su alta sensibilidad, pero el valor diagnóstico de la prueba aún está en discusión. Por lo tanto, el Colegio Americano de Medicina Interna Veterinaria propuso la necesidad de reevaluar la prueba UCCR en el diagnóstico de la enfermedad.
Así, el objetivo de un estudio realizado en Alemania fue establecer valores de corte de diagnóstico actualizados para que la prueba UCCR se use como una prueba estándar de referencia clínica. Se utilizaron modelos para calcular la sensibilidad y la especificidad de las pruebas LDDST y UCCR.
La investigación incluyó a 324 perros con resultados de la prueba UCCR y LDDST. El valor de corte óptimo de UCCR fue 47,4 × 10-6. Cualquier UCCR <40 × 10-6 se interpretó como un resultado negativo, 40-60 × 10-6 como valores en una zona gris y >60 × 10-6 como positivo. Utilizando el punto de corte de 60 × 10 −6, el análisis mostró una sensibilidad del 91 % (LDDST) y del 86 % (prueba UCCR) y una especificidad del 54 % (LDDST) y del 63 % (prueba UCCR).
Estos datos, explican los autores, “sugieren que la prueba UCCR puede ser útil como prueba de detección para excluir pacientes con síndrome de Cushing si se utilizan valores de corte de <40 × 10-6”. Además, “demostramos que la prueba UCCR tenía una sensibilidad del 86 % y una especificidad del 63 % para diagnosticar el síndrome de Cushing si se usaba un valor de corte de >60 × 10-6“.
Por lo tanto, consideran que la prueba UCCR “es un primer método de detección atractivo en perros con sospecha de síndrome de Cushing”.
Teniendo en cuenta una sensibilidad del 86 % y una especificidad del 63 %, la prueba UCCR “puede considerarse una investigación de primera línea para descartar el síndrome de Cushing, y el propietario puede recolectar muestras de orina de manera no invasiva en el hogar, lo que reduce el impacto potencial del estrés”.
REEVALUACIÓN DE LA PRUEBA DE SUPRESIÓN CON DEXAMETASONA A DOSIS BAJA
Dado que una de las pruebas de elección para abordar el diagnóstico de esta enfermedad es la prueba de supresión de dosis bajas de dexametasona, sobre esta técnica se ha publicado una reevaluación que pretendía afinar el punto de corte de cortisol para el diagnóstico de la enfermedad.
Para realizar el estudio, 27 perros con la enfermedad y 30 perros sanos de control fueron reclutados prospectivamente. El rendimiento de la prueba de supresión con dosis bajas de dexametasona se evaluó teniendo en cuenta su sensibilidad y especificidad.
Tras la realización del trabajo, 24 perros fueron diagnosticados con hiperadrenocorticismo dependiente de la hipófisis y tres con hiperadrenocorticismo dependiente de las glándulas suprarrenales. En 30 perros de control sanos, las concentraciones de cortisol de 8 horas después de la dexametasona oscilaron entre 5,5 y 39 nmol/L.
Una curva construida a partir de las concentraciones de cortisol de 8 horas posteriores a la dexametasona de hiperadrenocorticismo y perros de control demostró que el punto de corte más discriminatorio fue más de 36 nmol/L con una sensibilidad del 85,2 % y especificidad del 100 %.
Los investigadores indican que “el punto de corte óptimo de más de 36 nmol/L propuesto por este estudio es similar al punto de corte de concentración de cortisol de 8 horas actualmente aceptado para diagnosticar hiperadrenocorticismo”.