La resistencia a los antimicrobianos (RAM) es una preocupación mundial creciente, y la aparición de bacterias resistentes a múltiples fármacos representa una amenaza importante para la salud humana y animal. La estrecha interacción entre las mascotas y sus dueños puede facilitar la transmisión de bacterias patógenas entre humanos y animales, especialmente microorganismos multirresistentes (MDR), que representan una grave amenaza para la salud humana y animal. Además, las infecciones multirresistentes complican el tratamiento médico, prolongan las estancias hospitalarias y tienen un gran impacto económico.
Los conejos son unas de las mascotas más comunes entre los hogares de Europa y América. Actualmente, los conejos se están expandiendo en otras regiones, siendo mascotas extremadamente populares en Australia y en países asiáticos como Japón y Singapur.
En este sentido, los conejos domésticos también pueden albergar parásitos (Encephalitozoon cuniculi, Cryptosporidium spp., Giardia spp. y Tricostrongylus spp.), virus (hepatitis E), bacterias (Bartonella spp., Pasteurella spp.) y hongos, que pueden ser potencialmente zoonóticos.
Las personas mayores y los niños, así como las personas inmunodeprimidas y las mujeres embarazadas, son particularmente susceptibles a estas zoonosis inducidas por mascotas. Sin embargo, en relación con las bacterias RAM, la mayoría de los datos publicados en mascotas se centran en perros y gatos, y muy pocos están relacionados con otras especies de mascotas como los conejos.
Por lo tanto, comprender la prevalencia de RAM entre conejos domésticos es muy necesario desde la perspectiva de la medicina veterinaria y humana. Dado que el número de antibióticos disponibles en medicina veterinaria es limitado, y existen muchos antibióticos contraindicados para la administración oral en conejos por su toxicidad (clindamicina, lincomicina, eritromicina, ampicilina, amoxicilina/ácido clavulánico y cefalosporinas), es muy importante seleccionar la mejor opción terapéutica.
En este aspecto, un grupo de investigadores ha realizado un trabajo con el objetivo ofrecer una visión general del estado actual de la RAM en conejos atendidos en clínicas veterinarias distribuidas en España y discutir las posibles causas y consecuencias de este problema bajo el enfoque One Health.
ELEVADA PRESENCIA DE RESISTENCIA ANTIBIÓTICA
Se analizaron registros de 3.596 resultados microbiológicos de casos clínicos presentados entre 2010 y 2021.
Staphylococcus spp. (15,8 %), Pseudomonas spp. (12,7%), Pasteurella sp. (10 %), Bordetella spp. (9,6 %) y Streptococcus spp. (6,8 %) fueron los agentes diagnosticados con mayor frecuencia. Enterobacteriaceae, principalmente Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae y Enterobacter cloacae, representó alrededor del 18 % de los casos y mostró la mayor proporción de aislamientos multirresistentes, con 48 %, 57,5 % y 36 % de MDR, respectivamente.
Con respecto a las pruebas de susceptibilidad a los antimicrobianos para varias categorías/familias de antimicrobianos, la mayor proporción de aislamientos que mostraron resistencia a una media de cinco categorías de antimicrobianos se observó en P. aeruginosa, Stenotrophomonas maltophilia y Burkolderia spp.
Por el contrario, las infecciones causadas por Staphylococcus, Streptococcus spp. y Pasteurella multocida fueron altamente sensibles a los antimicrobianos convencionales autorizados para uso veterinario.
Los altos niveles de RAM a antibióticos de importancia crítica en la medicina humana que se encuentran en los conejos domésticos, “son motivo de gran preocupación, ya que puede ocurrir una transmisión potencial de genes de resistencia de los conejos a los humanos u otros animales domésticos”, comentan los autores.
Además, teniendo en cuenta que “las bacterias predominantes en este estudio se encuentran entre los principales patógenos atribuidos directamente a las muertes humanas por RAM, es fundamental que los veterinarios y los médicos trabajen juntos para optimizar, racionalizar y utilizar con prudencia las terapias antimicrobianas en animales domésticos y humanos bajo el enfoque de One Health”, concluyen.