La esterilización quirúrgica de perras es una de las cirugías más comúnmente realizadas en medicina veterinaria. La ovariectomía abierta convencional (COV) o la ovariectomía laparoscópica (LapOV) son las opciones más populares, y estas técnicas se han comparado desde múltiples perspectivas para identificar sus ventajas.
En particular, la laparoscopia es estéticamente superior ya que implica incisiones más pequeñas y, por lo tanto, deja menos cicatrices. También proporciona al cirujano una mejor visualización de las estructuras durante la cirugía, pero los costes del equipo son altos y la técnica tiene una curva de aprendizaje pronunciada.
Sin embargo, la respuesta inflamatoria al trauma quirúrgico tras cualquiera de las dos técnicas ha sido menos estudiada. Algunos estudios han evaluado el estrés sistémico postoperatorio, el dolor y la actividad según el tipo de técnica de ovariectomía, pero ningún estudio controlado ha evaluado la respuesta inflamatoria desencadenada tras LapOV en comparación con la desencadenada tras COV en perros.
En este aspecto, Lorena Espadas González, Jesús Usón Casaús, Nieves Pastor Sirvent, Massimo Santella, Javier Ezquerra-Calvo y Eva María Pérez Merino, investigadores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Extremadura, han llevado a cabo un estudio con el objetivo de evaluar y comparar varios indicadores de respuesta inflamatoria sistémica en perras después de una ovariectomía por laparoscopia o método convencional.
La hipótesis barajada es que la evaluación de estos marcadores sanguíneos puede ayudar a aclarar la ventaja real de la castración laparoscópica, ayudando así a los cirujanos a elegir el procedimiento quirúrgico más adecuado.
En medicina veterinaria, la proporción de neutrófilos/linfocitos (NLR), la proporción de plaquetas/linfocitos (PLR) y el índice de inflamación inmune sistémica (SII) se reconocen cada vez más como indicadores de una respuesta inflamatoria sistémica, por lo que fueron los parámetros evaluados por los investigadores.
ESTADO INFLAMATORIO SIMILAR A LAS 24 HORAS
Durante el estudio, las perras se sometieron a LapOV (n = 25) o COV (n = 25). Los valores de NLR, PLR y SII se calcularon 1 hora antes de la ovariectomía (T0) y 2-3, 6-8 y 20-24 horas (T1-T2-T3) después de la cirugía.
Comparando la duración de ambos procedimientos, el tiempo quirúrgico fue mayor en el grupo LapOV. Se observaron cambios a lo largo del tiempo en NLR, PLR y SII en ambos grupos. PLR al inicio y T1 y NLR, PLR y SII en T2 fueron mayores en el grupo LapOV que en el grupo COV, pero no difirieron en T3.
Este estudio muestra “por primera vez que las perras experimentan cambios similares en los marcadores inflamatorios a lo largo del tiempo después de LapOV o COV, alcanzando un estado inflamatorio comparable 24 horas después”.
Sin embargo, “estos marcadores inflamatorios alcanzan un pico más alto 6 a 8 horas después de la cirugía en perros sometidos a laparoscopia que en aquellos sometidos a cirugía convencional”.
En resumen, “aunque se observó un pico inflamatorio a las 6-8 h tras COV o LapOV, el pico fue mayor tras la laparoscopia”.
Este hecho, según explican, debe ser considerado durante el postoperatorio inmediato para brindar la mejor atención y evitar complicaciones posteriores.
Como limitaciones del estudio, los autores señalan la sobrerrepresentación de galgos en el grupo LapOV y el seguimiento a corto plazo.