La inocuidad de los alimentos es un tema de creciente interés y preocupación en todo el mundo. Los problemas de salud pública relacionados con la seguridad alimentaria pueden convertirse en un riesgo para los consumidores en cualquier etapa de la cadena alimentaria.
Así, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) reconoce la inocuidad de los alimentos en la producción ganadera como una de sus prioridades más apremiantes. La importancia del control de la salud animal tiene varios objetivos, tales como garantizar el estado veterinario óptimo de los animales y promover su producción en términos de bienestar animal, mantener el comercio de ganado a nivel regional, nacional e internacional, apoyar la producción de productos de origen animal de alta calidad basados en la filosofía europea de seguridad alimentaria “de la granja a la mesa”, garantizar la salud pública mediante la prevención de zoonosis y enfermedades transmitidas por los alimentos, y promover la sostenibilidad y competitividad de los sector ganadero en un mercado cada vez más global, mejorando la conservación del medio ambiente.
La garantía de la inocuidad de los alimentos de origen animal se logra mediante la implementación de varios controles por parte de las autoridades veterinarias a lo largo de la cadena alimentaria, incluida la producción primaria, el sacrificio, la industria de procesamiento de alimentos (es decir, la industria láctea, pesquera o cárnica, entre otros), y la venta al por menor en los establecimientos.
Desde el punto de vista de la salud pública, el objetivo del matadero es garantizar la inocuidad de la carne en la que las inspecciones representan una herramienta fundamental para controlar las enfermedades animales y garantizar la salud pública. Por ello, un estudio internacional reciente ha revisado la relevancia del matadero en la salud animal y pública.
Los autores explican en el texto cómo los controles veterinarios realizados en estos puntos “sirven para supervisar varios aspectos relacionados con la salud animal y humana, como la epidemiología y el control de enfermedades en la producción primaria, el control del bienestar animal en la explotación, la vigilancia de agentes zoonóticos responsables de intoxicaciones alimentarias, así como la vigilancia y control de la resistencia a los antimicrobianos”.
Estos controles, indican, no deben verse como “una última barrera defensiva”, sino como un “complemento a los controles que se realizan en la explotación”.
CONTROL DE ENFERMEDADES EN LOS MATADEROS
En cuanto al control de enfermedades en el ganado, la investigación científica “es escasa y desactualizada”, y “no aprovecha el potencial para el control de enfermedades que se puede realizar en los mataderos”, lamentan los autores.
Los registros de las causas de los decomisos en aquellos países con una adecuada inspección de la carne “son esenciales para la vigilancia epidemiológica de enfermedades y la gestión del bienestar”.
Las altas tasas de decomiso están asociadas a la presencia de lesiones en diferentes órganos. Por ello, la existencia de bases de datos de enfermedades y procesos patológicos en los mataderos, actualizadas en tiempo real, junto con una adecuada base de datos de trazabilidad del ganado, constituye “el punto de partida para el desarrollo e implementación de programas de control o erradicación de enfermedades del ganado con alto impacto económico y social”.
En relación al bienestar animal en la producción primaria y durante el transporte, se puede monitorear a través de la inspección ante mortem y post mortem en el matadero, proporcionando valiosos datos individuales sobre cómo los animales han sido tratados. Por ejemplo, “los hematomas se han utilizado como un indicador de bienestar porque brindan información sobre las etapas previas al sacrificio y el manejo del ganado”, señalan.
RESISTENCIA ANTIBIÓTICA
El uso de antibióticos en medicina veterinaria y producción animal para el tratamiento, prevención y control de enfermedades ha dado como resultado animales más sanos y productivos. Sin embargo, el uso continuado, incluso excesivo, de antibióticos contribuye a la aparición y propagación de bacterias resistentes.
En la Unión Europea, la autoridad veterinaria nacional de cada Estado miembro debe monitorear las resistencias antimicrobianas (RAM) de las bacterias indicadoras y zoonóticas en los animales destinados a la producción de alimentos y la carne derivada, tal como lo define la ley.
En este sentido, los autores lamentan que la vigilancia e investigación sobre la resistencia a los antimicrobianos en los mataderos es escasa, principalmente en bovinos, ovinos y caprinos. Sin embargo, “la mayoría de los patógenos zoonóticos son sensibles a los antibióticos”.
No obstante, instan a la mejora, indicando que “los programas de vigilancia de RAM deben incluir canales y superficies y/o equipos de mataderos, así como programas adecuados de limpieza y desinfección”.
MAYOR INVERSIÓN ECONÓMICA EN LOS CONTROLES VETERINARIOS
El matadero, además, representa un punto de control fundamental en la vigilancia y control de los agentes zoonóticos responsables de las infecciones e intoxicaciones alimentarias. Agentes, como Salmonella spp., E. coli o L. monocytogenes, son obligatoriamente controlados.
Aunque los informes disponibles “indican una baja prevalencia de estos agentes en los mataderos de toda Europa, aspectos como la falta de armonización en términos de control y comunicación pueden subestimar su prevalencia real”.
Asimismo, se ha observado que la prevalencia de agentes zoonóticos es muy variable en aquellos países donde no existe una política específica para su control, programas de erradicación de enfermedades zoonóticas o implementación de programas de profilaxis en la producción primaria.
En consecuencia, reclaman una mayor inversión económica ya que, para la vigilancia de RAM y control de agentes zoonóticos, además de recursos humanos, “es necesario destinar un presupuesto importante”.