Los analitos bioquímicos séricos se utilizan habitualmente para la evaluación de la salud y el tratamiento de enfermedades en perros. A menudo se recomienda no tomar alimentos antes de la extracción de la muestra de sangre para reducir la variación preanalítica en variables como la hemólisis, la lipemia y otros factores relacionados con la recolección, manipulación, procesamiento y almacenamiento de la muestra.
Las pautas actuales de la Sociedad Internacional de Interés Renal recomiendan no comer durante la noche antes de medir la creatinina y la dimetilarginina simétrica (SDMA). Sin embargo, los estudios que evaluaron los efectos de la alimentación en las concentraciones de creatinina sérica se basaron en un pequeño número de perros y produjeron resultados variables con creatinina que aumentó, disminuyó o permaneció sin cambios después de que los animales ingiriesen alimento.
Por el contrario, el nitrógeno ureico en sangre (BUN) parece consistentemente más alto después de la ingestión de dietas comerciales, así como carnes cocidas y crudas.
Asimismo, la lipemia es una fuente común de variación preanalítica, que causa interferencia por dispersión de luz, desplazamiento de volumen y hemólisis. Dado que la lipemia suele ser un efecto posprandial, con frecuencia se recomienda no comer para reducir la posible interferencia con las mediciones de analitos.
Dado que el cumplimiento por parte del propietario de los protocolos para evitar la ingesta alimentos puede ser deficiente, es importante que los veterinarios conozcan los efectos anticipados de la alimentación con analitos sanguíneos.
Para ello, un estudio realizado en EE UU ha comparado las mediciones de triglicéridos, BUN, fósforo, glucosa, bilirrubina, SDMA, creatinina, colesterol, albúmina y lipasa en muestras obtenidas sin ingesta de alimento durante la noche versus, muestras obtenidas a las 2, 4, 6, y 8 horas después de la alimentación en 100 perros clínicamente sanos.
AYUNO PARA TRIGLICÉRIDOS Y FÓSFORO
Se recolectó suero preprandial y luego se alimentó a los perros con su comida habitual en una cantidad equivalente a al menos 2/3 del requerimiento de energía total. Los analitos séricos seleccionados se midieron a varias horas posprandiales.
Tras realizar el análisis de los resultados, los hallazgos indican que los triglicéridos, el BUN, el fósforo, la glucosa y la bilirrubina a menudo aumentaron después de las comidas, mientras que las concentraciones de SDMA, creatinina, colesterol y albúmina, y la actividad de la lipasa no se vieron alteradas por la alimentación. Sin embargo, “es poco probable que la magnitud del cambio observado para la mayoría de estos analitos afecte la toma de decisiones clínicas”.
Por lo general, “no es necesario indicar el ayuno antes de realizar análisis bioquímicos de rutina en perros clínicamente sanos”. No obstante, “el ayuno si podría ser útil para limitar la variabilidad en los analitos afectados por la alimentación, como los triglicéridos y el fósforo”.