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Día de la Mujer en la Ciencia: La dificultad para una veterinaria de desarrollar una carrera investigadora
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Día de la Mujer en la Ciencia: La dificultad para una veterinaria de desarrollar una carrera investigadora

La dificultad de conciliar la vida familiar y la laboral es una de las razones principales que apuntan algunas científicas
Inma martín
Inma Martín Burriel en el laboratorio de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza.

El 11 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Un día único para la profesión científica e investigadora de España, y sobre todo para las mujeres dedicadas a estas ramas profesionales, las cuales siguen perpetuando, según recogen datos de diferentes estudios, la desigualdad salarial frente a los hombres y el denominado techo de cristal, que impide que éstas escalen a altos cargos o puestos de mayor responsabilidad.


Una de las investigaciones recientes apunta que “el 52 % de las personas que inician su carrera profesional de investigador en España en el ámbito de la ciencia –incluyendo tecnología y salud– son mujeres, frente a un 48 % de hombres. Y a medida que avanza la carrera, cuando se trata de catedráticos y profesores de investigación, los hombres pasan a ocupar un 76 % de los puestos y la mujer queda relevada al 24 %”.


El sector de la salud animal no es una excepción, ya que la mayoría de las estudiantes de Veterinaria son mujeres, pero en proporción hay más representación académica masculina en el profesorado. “El número de profesores mujeres y hombres actualmente está muy igualado. Las mujeres académicas representan el 53 % del total de profesores, cuando, sin embargo, llevamos unos 30 años con el 70 % o más de estudiantes que son mujeres” en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, según explica la decana de la facultad, Consuelo Serres, en declaraciones a Diario Veterinario.


Aún con el claro proceso de feminización que está experimentando la Veterinaria, el personal docente e investigador de las áreas de conocimiento propias de esta carrera universitaria no termina de alinearse con esta tendencia. Es decir, mientras que más del 72 % de los veterinarios menores de 35 años colegiados en España son mujeres, según las cifras oficiales del año 2021 de la Organización Colegial Veterinaria (OCV), la tendencia en cuanto a presencia femenina en el sector de la investigación es sustancialmente inferior.


Para la catedrática de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona y presidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT), María Teresa Paramio, esta desproporción ocurre en todas las ramas de las Ciencias de la Salud y en casi todas las profesiones, donde “los grandes cargos de dirección siguen estando en manos de los hombres”. Ella advierte que se trata de “un tema cultural incrustado en nuestra sociedad” por el que solo se posibilita “la vía masculina”, y que "entorpece la carrera profesional de las mujeres". 


En cuanto a la diferencia salarial entre hombres y mujeres en el ámbito educativo y público, en la “universidad nos diferencia el no poder seguir a la misma velocidad la progresión académica o investigadora” por motivos como las bajas maternales, por ejemplo, según cuenta Serres. Con esto, la decana se refiere a que las mujeres llegan más tarde a conseguir los complementos de los sexenios.


CAUSAS DE LA BRECHA DE GÉNERO


La dificultad de conciliar la vida familiar y la laboral es una de las razones principales que apuntan algunas científicas cuando hablan sobre este tema. “Hay una brecha importante en el periodo postdoctoral. Estás cerca de los 30 años y tienes que dejar familia o pareja para continuar tu carrera investigadora. He visto investigadores hombres que han pasado etapas llevando consigo a sus parejas (investigadoras o no), pero no conozco el caso de ninguna mujer, aunque espero que las haya. Se están haciendo avances teniendo en cuenta los periodos de baja maternal o excedencia para que no sean contabilizados en la producción científica, pero la maternidad es mucho más que eso. Se necesita una igualdad total en hombres y mujeres, tanto en lo profesional como en lo familiar, para que podamos romper el famoso techo de cristal”, declara la catedrática de Genética de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza y del Instituto Agroalimentario de Aragón IA2, Inma Martín Burriel.


INICIARSE EN LA INVESTIGACIÓN VETERINARIA


Paramio estudió Veterinaria en León en 1974 “en un momento en el que muy pocas mujeres la estudiaban, mientras que ahora son mayoría. Entonces éramos pocas mujeres, más bien dedicadas a la ganadería que a los animales de compañía”. Cuando terminó la carrera le dieron una beca para hacer un máster especializado en Producción Animal en Zaragoza y es ahí donde empieza a tomar contacto con investigadores extranjeros del campus. Una vez finalizada la carrera, obtuvo otra beca, esta vez para hacer el doctorado en el Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias, y una vez acabado, continuó su carrera investigadora.


Cuenta que cuando finalizó el doctorado “lo que todo el mundo esperaba es que fuese una ayudante del catedrático o que siguiera trabajando como becaria durante toda su vida. Conseguir un laboratorio, una línea de investigación y un equipo de trabajo es dificilísimo, o por lo menos lo fue para las mujeres” de su generación, relata.


En el grado de Veterinaria hay alumnos que ya saben que quieren dedicarse al ámbito clínico y otros que no tienen muy claro en qué especialización quieren formarse. Sin embargo, aquellos que estudian la carrera con el propósito de trabajar como investigadores son pocos. Martín Burriel expresa que “se requieren cada vez notas más altas para conseguir un contrato predoctoral. El número de becas es siempre limitado por lo que la competitividad es alta y, una vez que estás dentro, sigue siendo muy difícil conseguir la estabilidad laboral, es una carrera de obstáculos que puede acabar agotando”.


En su caso, el motivo por el que entró en la carrera fue la asignatura de Genética. “Cursé la especialidad de Producción Animal porque incluía Mejora Genética y comencé en la investigación con la caracterización genética de razas autóctonas, línea en la que continúo colaborando. Sin embargo, mi carrera investigadora me ha ido llevando hacia las aplicaciones de la Genética en el estudio de la salud animal y humana. Considero que, aunque decidas hacer Veterinaria porque quieres tratar animales, si tienes inquietud en saber por qué se están produciendo las enfermedades o cómo mejorar los tratamientos, la investigación también te puede apasionar”, anima la veterinaria.


INVERSIÓN CIENTÍFICA EN ESPAÑA


La decana de la UCM opina que “la inversión nunca es suficiente en investigación”, y que “en España en general la inversión en esta área está muy por debajo de Europa o EE. UU., por lo tanto, la parte dedicada a la protección de la mujer proporcionalmente también es menor”.


Por su parte, Paramio señala que “España no ha sido un país que se haya caracterizado exactamente por su interés por la investigación”, sobre todo desde el año 2008. La catedrática comenta que “en los países en los que se invierte mucho presupuesto no hay tanta lucha por llegar a trabajar en la investigación y los resultados son mucho mejores”, mientras que en los que no se invierte “los resultados son peores porque hay menos inteligencia puesta en esos trabajos y mucha más competitividad”.


La presidenta de la AMIT subraya que la ciencia es la responsable de todos los avances tecnológicos que se han empezado en el planeta y es la única capaz de resolver los problemas que puedan surgir en él.


Paramio y Martín coinciden en la necesidad de que los políticos apuesten por proyectos a largo plazo, porque así es como ha de invertirse en la ciencia, según manifiestan. “Los científicos tenemos que esforzarnos por dar a conocer la utilidad de la ciencia, la mayoría no estamos acostumbrados a divulgar nuestros proyectos o los avances que se desarrollan en nuestro campo a la sociedad, si bien en esto también estamos aprendiendo y progresando”, apunta Martín.


PREMIOS DE RECONOCIMIENTO A CIENTÍFICAS INVESTIGADORAS


Recientemente, la veterinaria Júlia Vergara-Alert ha recibido el Premio Nacional de Investigación al Talento Joven. La investigadora del Centro de Investigación en Sanidad Animal (IRTA-CReSA) relataba a Diario Veterinario que en los últimos Premios Senior la mayoría de los premiados fueron hombres y solo algunos de los jóvenes talentos mujeres, “lo que es un claro reflejo” de la brecha de género, comentaba.


Pese a que este reconocimiento es un hito para la ciencia y la investigación y un orgullo para el sector veterinario, la presidenta de la AMIT, Paramio, asegura que estas condecoraciones, sobre todo las que tienen una “muy buena dote económica, se dan mayoritariamente a hombres”, según una investigación que desde su asociación llevaron a cabo.


Por ello, la AMIT, con su estudio: ‘Las mujeres en los premios científicos en España 2009-2014’, y su labor, tiene como objetivo, según su presidenta, “presentar a mujeres investigadoras y tecnólogas a premios” de este calibre. 

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