Los flavivirus son un género de virus cuya transmisión ocurre principalmente través de los mosquitos. En la última década, varios de estos flavivirus han expandido su distribución habitual provocando serios problemas sanitarios tanto en medicina humana como animal. Algunos ejemplos de flavivirus emergentes incluyen el virus del Zika, declarado emergencia sanitaria internacional en 2016 por la Organización Mundial de la Salud (OMS); el virus de la fiebre del Nilo, del que solo en España se registraron 77 casos en humanos en 2020, 8 de los cuales fueron mortales; y el virus Bagaza (BAGV).
Éste último, el virus Bagaza, pertenece al serocomplejo Ntaya y debe su nombre al distrito de Bagaza de la República de África Central, donde fue detectado por primera vez en 1966. En 2010, este virus africano fue detectado por primera vez en Europa, concretamente en una región del sur de España, como el causante de un brote de alta mortalidad que afectó principalmente a la perdiz roja (Alectoris rufa) y en menor medida a faisanes.
PERDIZ ROJA, ESPECIE AMENAZADA POR EL VIRUS
La mortalidad debida a los brotes españoles de BAGV tuvo un grave impacto no solo en la abundancia de las poblaciones naturales de esta especie, sino también en el ecosistema de la Península Ibérica. Como ave silvestre autóctona, la perdiz roja tiene una gran relevancia socioeconómica en Portugal, España, Francia e Italia.
En las últimas décadas, las poblaciones silvestres han disminuido debido al deterioro de su hábitat natural, el aumento de la presión cinegética y la aparición de enfermedades causadas por agentes como BAGV 2, al punto que la perdiz roja declarada como una especie casi amenazada por la Unión Europea y ha sido clasificada como Especie de Interés Europeo para la Conservación desde 2021.
Asimismo, el potencial zoonótico de BAGV se ha sugerido en base a la detección de anticuerpos neutralizantes anti-BAGV en pacientes humanos con meningoencefalitis en la India. También se ha demostrado que las cepas de BAGV que circulan en África Occidental tienen genes adaptados a los humanos. Independientemente de esta evidencia, resulta necesario realizar más estudios para aclarar el verdadero potencial zoonótico de BAGV.
DETECCION DEL VIRUS EN PORTUGAL
A pesar de compartir fronteras terrestres con España, donde se notificó la enfermedad en 2010 y 2019, no se notificó evidencia de circulación de BAGV en Portugal antes de 2021.
En septiembre de 2021, el virus Bagaza fue detectado por primera vez en Portugal, en el corazón y el cerebro de una perdiz roja encontrada muerta en un coto de caza en Serpa (región de Alentejo; sur de Portugal).
Un grupo de científicos portugueses realizaron un informe donde detallaron la caracterización genómica de la secuencia completa del BAGV detectado, incluidas las reconstrucciones filogenéticas y los análisis espaciotemporales.
Los hallazgos indicaron que la cepa BAGV de Portugal está estrechamente relacionada con las cepas BAGV previamente detectadas en España, lo que sugiere “un ancestro común que parece haber llegado a la Península Ibérica a finales de 1990 a principios de 2000”, comentan los autores del estudio.